Las oscuras revelaciones de Ludovico, mi abuelo héroe
De interés general

Las oscuras revelaciones de Ludovico, mi abuelo héroe. De interés general

 

 

13/12/2013 Fuente revistaenie. En "Huellas", Miguel Colombo indaga en la mítica figura de su abuelo italiano que luchó en la Segunda Guerra Mundial, y vivió en el desierto argentino su propia fiebre del oro como punto de partida para reconstruir sus vínculos familiares rotos. El documental, que se estrena este jueves en el cine Gaumont, podrá verse en función continuada junto a "Boxing Club" de Víctor Cruz.

 

En Huellas (2012), el cineasta Miguel Colombo cuenta que de chico Ana, su mamá, le relataba las aventuras de su abuelo Ludovico, que había luchado junto a los partisanos para liberar a Italia de los nazis. Una vez terminada la guerra, él, su esposa y sus dos pequeñas hijas, Paula y Ana, emigraron a Buenos Aires. Años después la familia se instaló en el medio del desierto, en Catamarca, donde Ludovico vivía con el revólver en la cintura mientras buscaba oro y recorría ruinas indígenas.

 

Casi como el personaje de Indiana Jones, Ludovico se convirtió en el héroe imaginario que tenía el director de pequeño, ya que nunca conoció a su abuelo. Pero a los 17 años, Colombo se enteró de que no era hijo único, tenía dos hermanos mayores. Y también descubrió que su abuelo era el responsable de que su madre se hubiera alejado de toda su familia.

 

En su documental, el cineasta se propone rehacer el camino transitado por Ludovico y vincularse con su familia extendida, para poder encontrar el doloroso motivo que generó la ruptura del entorno familiar. La película, que se estrena este jueves en el cine Gaumont, se podrá ver en función continuada junto a Boxing Club, de Víctor Cruz.

 

Miguel Colombo, director de Huellas, habló con Revista Ñ sobre los motivos que lo llevaron a indagar en su historia familiar y acerca de cómo las acciones de su abuelo marcaron a todos sus descendientes. "Yo crecí pensando que era hijo único, pero de grande me enteré de que tenía dos hermanos mayores y una gran familia. Con la película descubrí facetas ocultas de la historia de mi abuelo que me permitieron reinsertarme en el mapa familiar".

 

-¿Le fue más accesible investigar la historia de su abuelo en Italia que poder hablar con su madre en la película?

-A veces uno necesita dar un rodeo porque es muy difícil llegar directamente. Es algo que me planteaba a la hora de definir la narración de la película, que tuvo un proceso de post-producción muy largo buscando cuál era la mejor forma para contar todas las subtramas de la historia. Algunos me preguntaban por qué no empezaba el documental con el testimonio de mi mamá, y yo les contestaba que no podía. Primero necesité descubrir todo lo que le había pasado a ella de chica para, finalmente, poder hablar con ella.

 

-¿Cómo fue el encuentro con su familia italiana?

-Fue muy emotivo. Mi tío Enzo tenía cuatro años cuando mi familia viajó a la Argentina. El recordaba que se había querido despedir de sus primas pero que no lo habían dejado, porque mi madre y mi tía tenían varicela. Había perdido contacto con mi madre y quería conectarse y conocerme. Él me llevó al pequeño pueblo de mi abuelo, donde todo el mundo se acordaba de él y pude encontrar a algunos de sus amigos.

 

-Usted cuenta en Huellas que tenía miedo de que su abuelo hubiera estado involucrado con los nazis.

-Yo sabía por mi mamá que él había sido partisano. Pero mi abuelo mientras seguía casado con mi abuela armó una segunda familia en Santiago del Estero, y era bígamo. Mis tíos de esa rama familiar me contaron que mi abuelo les dijo que había sido nazi y me mostraron una medalla del Tercer Reich. En ese momento se derrumbó el héroe que había construido de chico y sentí mucho rechazo. Eso me motivó a viajar a Italia para buscar en los archivos cuál fue su accionar en la guerra. Finalmente pude comprobar que había luchado junto a los partisanos y que cobró una pensión italiana por su participación en la guerra. Nunca pude resolver por qué el se había inventado un pasado nazi.

 

-¿Cree usted que las largas ausencias de su abuelo, en las que iba a pasar un tiempo con su otra familia, generó el deterioro familiar?

-Mi madre y mi tía Paula fueron víctimas del abandono de mi abuelo, que dejaba solas a mi abuela y a sus dos hijas adolescentes por largos períodos en medio del desierto. Mi madre fue obligada a casarse a los 13 años con un hombre que la maltrataba y con quien tuvo dos hijos. Incluso mucho tiempo después, cuando pudo rehacer su vida y elaborar su pasado, entendió que ella no era una madre abandónica, sino que ella también fue abandonada por su padre.

 

-¿Por qué cree que sus abuelos obligaron a su madre a que se casara con ese hombre, aún sabiendo que no iba a ser bueno para ella?

-A mis padres siempre les interesó conocer cuáles son las consecuencias psicológicas de la gente que vivió una guerra. La guerra desata muchos desequilibrios y creo que mis abuelos no pudieron elaborar las brutalidades de esos tiempos y que mis padres fueron producto de todo eso. Y a esto se le suman los desbarajustes emocionales y familiares que armó mi abuelo, que tenía una segunda familia en Santiago del Estero y vivía entre los dos lugares. Creo que eso habrá generado un desgaste emocional terrible en la vida de mi abuela, que al verse sola en medio del desierto, tomó decisiones equivocadas.

 

-¿Cuándo decidió su madre rehacer su vida?

-A principios de los años 70, cuando tenía 25 años, se fue a Salta a estudiar Bellas Artes, aunque continuaba viajando a Catamarca para ver a sus hijos. En el 74 se conoció con mi papá y en el 78 nací yo. Pero en el año 83, cuando se murió mi abuelo, cortó todos los vínculos y no vio más a sus dos primeros hijos.

 

-¿Por qué decidió no hablar con sus hermanos en la película?

-Decidí estructurarla en base a la vida de mi abuelo y que fueran sus hijos los que contaran su historia. Además, quería que fuera mi mamá la que hablara de eso. Me pareció que el conflicto estaba ahí. Cuando conocí a mis hermanos no tuve ningún problema y tenemos una muy buena relación. Una vez, comparando nuestras historias con Lucas, uno de mis hermanos, me dijo que se notaba que yo era hijo de una mujer de 33 años y ellos de una nena de 13. Esos 20 años marcaron una diferencia abismal en nuestras crianzas y en la vida que tuvimos. Pero entre los tres tomamos lo que nos sucedió como circunstancias dadas. Yo lo que quería saber era por qué se había dado de esa manera.

 

 

Ficha Técnica:

 

Huellas (2012). Duración 84 minutos. Argentina-España.

 

Dirección, Guión y Producción Ejecutiva: Miguel Colombo.

 

Dirección de Producción: Marcos Pastor.

 

Dirección de Fotografía: Miguel Rivarola.

 

Sonido Directo: Marilina Giménez.

 

Asistente de Cámara: Andrea Trejo.

 

Montaje: María Leguizamón, César Custodio y Miguel Colombo.

 

Música Original: MIGUEL MAGUD

 

Postproducción de Sonido: Diego Setton (edición) y Jorge Gutiérrez Jiménez (mix)