Otros de nosotros, en Cádiz
De interés general

Otros de nosotros, en Cádiz. De interés general

 

 

25/10/2013 Fuente lanacion. La obra de Carlos Ares, que dirige Leonor Benedetto, se presentó en el encuentro gaditano e hizo salir feliz al público de la sala

 

ÁDIZ, España.- Todavía no llegaron ni Concha Velasco para hacer su esperada versión de  Hécuba , ni la compañía Atalaya para su personal versión de  Madre coraje  , ni los catalanes de Scura Splats para hacer su peculiar "danza de la muerte" con  Disco Death  . Pero una importante cantidad de elencos latinoamericanos han desfilado por los distintos espacios escénicos que ofrece Cádiz. Y entre esos debuts se cuenta la participación de la compañía dirigida por Leonor Benedetto, que representó  Otros de nosotros  , en el bellísimo Teatro del Títere La Tía Norica. No con soberbia, sí con experiencia, puede afirmarse que había expectativa en la participación del único grupo argentino en el Festival Internacional de Teatro de Cádiz. Fue así como media hora antes de comenzar la función, una larga fila de personas que ya habían adquirido sus entradas aguardaba el acceso a la sala. La puesta que hizo Leonor Benedetto de la obra de Carlos Ares tuvo su toque de distinción con respecto al montaje realizado en Buenos Aires durante esta temporada, y fue la incorporación de un grupo de cinco músicos y bailarines senegaleses residentes en la vecina ciudad de San Fernando. La trama muestra a una pareja de clase media alta, residente en algún barrio del norte del conurbano bonaerense, que, en medio de un calor agobiante, prepara una fiesta para recibir y agasajar a un empresario francés que puede mejorarles el futuro para siempre. Materialistas, soberbios, egoístas, ellos están anclados en una frivolidad que transforman según su mirada en conveniencia social o seguridad económica. ¿Se puede ser ingenuamente inescrupuloso? Estos dos seres lo son. Apenas comenzada la función, se puede ver a Marcelo Zlotogwiazda, desde unas pantallas, como conductor de un noticiero internacional, en el que anuncia que mundialmente se establece que los ciudadanos de todos los países deben hacerse cargo de los millones de refugiados. De la nada, de pronto, en la vereda de la casa de esta pareja se instala un grupo de refugiados haitianos, hambrientos y sedientos. De este modo, los tilingos sentirán que sus planes podrán arruinarse por este imprevisto y dejarán salir todo lo peor de la idiosincrasia argentina. El público recibió con risas y complicidad esta inteligente idea de Ares, pero no sólo por la gracia que puede causar el acento porteño puesto en esta suerte de neogrotesco a través de las espléndidas composiciones de Ana Celentano y Adrián Navarro (potentes y precisos), sino porque la tilinguería no es sólo criolla. En cada país hay sentimientos xenófobos, propósitos utilitarios y ética corrupta. A pesar del marco "argento" de la propuesta, bien podrían verse reflejados muchos pueblos en ese micromundo corrompido. El terceto protagónico se cierra con un sólido trabajo de Carlos da Silva, pero el grupo se completa con la participación de Cheikh Sadieye Mbaye, Pape Seck, Mohuoamed Faye, Djali y Marem, la familia de músicos y bailarines senegaleses que encarnaron a estos refugiados. Luego del final, le dieron a la propuesta un buen fin de fiesta que hizo salir feliz al público de la sala.

 

Como de una fiesta

 

"En Buenos Aires los músicos eran de diferentes lugares: de Haití, Camerún, Uruguay y Cuba. Les costaba sentirse parte de un grupo étnico determinado. En este caso jugó a favor que era un grupo existente. Apareció un alma que se sumó al hecho dramático de los actores -reconoce Leonor Benedetto-. Estos personajes son individuos desagradables disfrazados de amables, que es el peor grupo humano. Se contrapuso esta comunidad orgullosa de su cultura. Además, a los nuevos intérpretes les explicamos con mucho cuidado la trama y quiénes eran los blancos de esta historia. El público salía como de una fiesta."

 

Leonor Benedetto no es una figura nueva en el FIT de Cádiz. El año pasado, cuando la Argentina fue el país invitado, llegó con un unipersonal de temática española:  Atentamente, para d  oña Josefa. "En aquella oportunidad fui traída por la Secretaría de Cultura del gobierno nacional; esta vez, por el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires. Es que considero que estas manifestaciones culturales y educativas, como una obra que habla de la discriminación, son una obligación de las autoridades", subraya la actriz y directora, que reconoce haberse sentido atraída desde un principio por la obra de Ares.

 

"Me encantó esta experiencia. Creo que España es más americana que europea. Neruda decía que se llevaron el oro y nos dejaron el oro: nos dejaron las palabras, es decir, el idioma", concluye.

 

El día anterior se presentó  Helen Brown  , una propuesta chilena diferente que combina distintas disciplinas teatrales y musicales a cargo de Trinidad Piriz y Daniel Marabolí; mientras que el lunes subió a escena  Sara dice  , de Fabio Rubiano Orjuela, basada en escritos de Mako Saguru, escritor y piloto japonés desaparecido durante la Segunda Guerra Mundial, a cargo del elenco colombiano Petra.

 

Anteayer, a su vez, fue muy bien recibida una interesante coproducción cubano-española:  Chamaco , de Abel González Melo, sobre un hecho policial ocurrido una Navidad, en Madrid. Allí, un hombre aparece asesinado y la policía incrimina a Kárel Darín, un muchacho cubano que vaga por la ciudad en busca de dinero a cambio de placer; luego el padre y la hermana del muerto se van involucrando en el caso en forma obsesiva.

 

Pero éste es sólo el comienzo de esta celebración teatral gaditana que concluye pasado mañana..