Por encima de todos, el equipo
06/07/2014 Fuente lanacion. RASILIA.- Es el equipo. Messi presiona la salida de Kompany desde el fondo y recupera la pelota. Así nace el golazo de Higuaín. Mascherano y Biglia le niegan espacios a De Bruyne y a Fellaini. Witsel se queda sin receptores de pase corto y debe buscar en largo a los extremos. Zabaleta no lo deja recibir a Hazard. Basanta hace lo mismo con Mirallas. Bélgica saltea líneas con pelotazos desde los centrales a Origi. Garay le gana todos los duelos individuales. Demichelis acierta en cruces y cierres. Con perfiles invertidos, Di Maria y Lavezzi ocupan la zona delante del lateral propio. Vigilan las proyecciones de Vertonghen y Alderweireld. Romero apenas interviene para rechazar un tiro de De Bruyne.
El equipo se comprime en defensa. Corta circuitos de juego. Desquicia a su adversario, lo obliga a cambiar de planta. Se despliega para cuidar la pelota. Demichelis contribuye con su preciso primer pase: 35 correctos de 39 muestra su planilla. Enorme acierto del entrenador. Hay toques de 3 o 4 metros, necesarios para agruparse al balón. Biglia, Mr. Juego Simple, es el segundo eslabón de la cadena. Luego se involucra el resto. El objetivo de no perder balones en propio campo se cumple durante todo el match.
El plantel entrega más respuestas desde el banco. Sale Di María, entra Enzo Pérez. El 8 juega tranquilo y con naturalidad. Ayuda a Zabaleta en la ocupación del espacio e interviene en la circulación de la pelota. Sabella ve a los jugadores todos los días, los conoce mejor. Aunque a veces no guste su decisión, sabe más que cualquiera de nosotros.
Siguen los ajustes. Mascherano y Biglia se tiran al costado en el queBélgica intenta triangular. Basanta toma a Fellaini en los tiros de esquina y también cuando Courtois saca largo desde el arco. Si el de la porra logra peinarla, el resto reacciona rápido para no quedar mal parados ante el desvío. Messi se involucra en la recuperación. Pasa la línea de la pelota y cuando la tiene, no la pierde. ¿No hay pase? No importa. Se la guarda, la cuida y le hacen foul. Casi marca el segundo de tiro libre. Hace lo que el equipo necesita.
Bélgica rota, pero choca ante el orden, la organización y la intensidad. La Argentina le impide ejecutar su plan y no renuncia al contraataque. Higuaín se toma el partido como algo personal. La rompe. Desequilibra en el mano a mano, ayuda en la tarea defensiva. Protege la pelota, la juega segura. Surgen los apoyos, esa ayuda imprescindible para defenderse desde la posesión. El resultado queda corto, más cuando Higuaín corta camino con caño a Kompany y rompe el travesaño. ¡Clank! Wilmots hace sus cambios. Lukaku por Origi, anulado por Garay. Mertens por Mirallas, borrado por Basanta. Lavezzi corre otra proyección de Alderweireld.
El partido pide ese compromiso. Entra Palacio para no perder energía en la presión. Tampoco pierde concentración en los detalles. Lateral belga en ataque. Buscan a Fellaini. Biglia lo marca por delante y Garay por detrás. Zabaleta se merienda a Hazard. Wilmots lo saca, pone a Chadli y manda a su central Van Buyten de triple nueve, con Fellaini y Lukaku. Gago por Higuaín en el tiempo del cómo sea.
Desesperado, Bélgica se reduce a centros. Demichelis, Garay y Basanta rechazan todo lo que les llega. Se sufre, claro. Acá nadie gana tranquilo. A las semifinales, contra Holanda. Por encima de todo y todos, hay algo. El equipo..