Explota el rating latino
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Explota el rating latino

 

 

27/02/2014 Fuente revistaenie. Televisión. Dos telenovelas latinoamericanas se revelaron como las ficciones más exitosas de este año. “Avenida Brasil” y “Escobar...” desafían a las tiras locales.

 

En medio de la continua línea de montaje de ficciones locales, dos latas importadas se colaron en la programación de aire convirtiéndose en las telenovelas por ahora más exitosas del año: Avenida Brasil y Escobar, el patrón del mal .

 

La telenovela brasileña que emite desde el 16 de diciembre Telefe, en la franja de la segunda tarde –es decir, fuera del prime time – fue la número uno en audiencia en enero con 14,9 puntos de rating promedio y en febrero viene sumando 15,2.

 

Citada por la revista Forbes como una de las telenovelas más rentables de la historia –recaudó 1.000 millones de dólares–, los 179 capítulos de Avenida Brasil , la producción de más de 90 millones de dólares del grupo Globo, escrita por João Emanuel Carneiro, paralizaron cada noche a Brasil entre marzo y octubre de 2012. Por el último capítulo, que alcanzó picos de 53 puntos de audiencia y para el que se instalaron pantallas gigantes en todo el país, como en una final de fútbol, la presidenta Dilma Rouseff, postergó el acto de apoyo al candidato oficialista por la alcaldía de Sao Paulo y pidió refuerzos a las empresas de energía eléctrica para que a nadie se le cortara la luz. El éxito se asoció al auge de la “clase C”, la nueva clase media emergente (casi 55% de la población de 195 millones de habitantes), nacida de los planes sociales del ex presidente Lula da Silva. Así, el título refiere a la avenida que recorre los barrios pobres de Río de Janeiro, el pasaje desde el basural a la mansión del nuevo rico, nada más ni menos que la actualización fresca de un melodrama clásico con verdadero “festival de malos”, como lo llamó el crítico de tevé brasileño Eugenio Bucci. Además,  Avenida...

 

fue un fenómeno en las redes sociales –que se repite aquí, donde mucha gente sigue las incidencias de la trama vía You Tube–, donde las citas eran constantes, y hasta el bolso del diseñador Michael Kors, que usó la villana Carminha, se agotó rápidamente en las tiendas de Nueva York.

 

Por su parte, Escobar, el patron del mal , estrenada el 2 de enero en horario central, es lo más visto en el canal 9 con 7,4 puntos el pasado mes y 9,5 en febrero, un marca sobresaliente para un canal que redondeó 4,4 puntos en 2013, el año de menor encendido de la tevé abierta en la última década. Diferencias aparte, ambas tienen efecto viral al punto de llamar al debate en programas de chimentos de la tarde y provocar el desafío, a milímetros del chauvinismo, sobre el cómo ganarles. Al punto que el secretario de Seguridad Sergio Berni usó esta semana a Pablo Escobar como cita de autoridad a la hora de comparar la persecusión policial contra el narcotráfico. La referencia local no es peregrina en un contexto donde la problemática del narco se globaliza y se observa, por caso, la acción de mafias locales en ciudades como Rosario. De hecho, la esposa y dos hijos de Escobar viven hoy entre nosotros, en la localidad de Tigre.

 

Versión para televisión del libro La parábola de Pablo , escrita por el periodista y ex alcalde de Medellín, Alonso Salazar, Escobar...

 

está basada en hechos comprobados y en los testimonios recogidos entre personas involucradas en la historia de Escobar –tanto desde el lado de quienes sufrieron sus atrocidades como quienes lo combatieron– por el guionista y adaptador Juan Camilo Ferrand. La tira refleja sin filtros la jerga paisa , el modo de hablar propio de Medellín, salpicado del argot de la delincuencia, aspecto ajustado a la realidad que fue muy bien recibido por el resto de la audiencia colombiana.

 

Según el autor (también de otras series de Caracol Televisión como El cartel de los sapos , a partir del relato del arrepentido “Florecita”), no se trata de un documental ficcionado pero sí, en parte, de un documento histórico, definición que tolera mucho mejor que “narconovela” (extendida desde el boom de Sin tetas no hay paraíso , en 2006): “No me gusta ese término, aunque los productores y ejecutivos insistan en seguir abusando del mismo subgénero. Su auge reside en que la audiencia desconocía la dinámica interna de los narcos y hay cierto morbo porque esas historias se revelen; y porque en televisión es bastante habitual que los éxitos se quieran repetir. Lo conocido y probado es mucho más apetecido que dar luz verde para aventurarse a producir algo nuevo y hasta no agotar la última gota del vaso, no se detienen.

 

El patrón del mal no responde simplemente a contar la historia de Escobar porque sí o porque creyéramos que daría rating . Los dos productores de la serie fueron víctimas de Escobar: a Camilo Cano le mataron a su padre y a Juana Uribe le secuestraron a su mamá y le mataron a su tío político. Esa historia se contó para evidenciar que los narcos son victimarios. Y si ya nos habíamos atrevido a contar historias de mafiosos menores, ¿por qué no contar la historia del más grande y criminal de la historia?”, dice acerca de la producción realizada entre 2009 y 2012, con un costo de unos 165.000 dólares por capítulo (113, en total), emitida en su país entre mayo y noviembre de 2012, y vendida en Latinoamérica, Europa y Africa.  “En Colombia, México y Brasil se trabaja para una comunidad de más de 500 millones de latinos, perspectiva que en la Argentina, con buenos técnicos y profesionales, no se toma en cuenta y se desarrollan ideas para el mercado interno. Los mercados internacionales se perdieron a expensas de líderes que consideran desde hace muchos años a la televisión y la ficción como una industria más”, dice Andrés Vicente, actor argentino que desarrolló su actividad como guionista y productor en México y Colombia, donde reside desde 2004. Su opinión a la distancia no difiere de los guionistas Marcelo Camaño y Ana María Montes, socios fundadores e integrantes de la comisión directiva de Migré Asociación de Autores Audiovisuales.

 

“Producen mucho y variado hasta que la pegan con algo que está en el imaginario popular. Los colombianos suelen tomar personajes públicos y novelarlos. La premisa en Avenida Brasil fue hablarle a todo ese público de la clase media, Globo detectó ese déficit y Carneiro fue el autor que mejor interpretó ese mensaje, lo tradujo eficazmente contando con la garantía que da el melodrama bien hecho. A nuestros productores esas premisas no se les ocurren. Es imposible llegar con una idea de producción propia, el mercado está muy limitado por las casas productoras y es difícil diferenciarse en ideas y estilos”, afirma el autor de Montecristo y Vidas robadas .

 

“Argentina entre 2003 y 2005 tuvo un salto grande en los niveles de producción y ganó mercados. Lamentablemente vinieron a comprar los mercados conquistados y se vendieron. El productor local se quedó con la venta de los libros para otras versiones y obtuvieron excelentes ganancias. Pero nadie invierte en producción para vender librotes. Recién ahora este descuido de los niveles de producción queda en evidencia. Estamos produciendo como en los 90”, dice Montes.

 

Buenos libros, pero latas pobres, fue el negocio internacional de los productores nacionales: ese es el diagnóstico de ambos para explicar el porqué del estancamiento. “La novela argentina fue reconocida por su ruptura y valentía. Fuimos cuarto exportador de formatos entre ficción y no ficción. Ocurrió algo muy pensado desde las grandes cadenas latinoamericanas: frenar al producto argentino. Y eso se hizo con la complicidad de algunas empresas argentinas que vieron en esa oportunidad un negocio. Pero como con todo negocio, se producen los daños colaterales”, dice Camaño para quien el único camino es producir más desde distintas usinas y sin monopolios. Y como en los ejemplos de Colombia y Brasil, que sea el guionista quien controle la historia.