Contra valor no hay desdicha 4. Cuarta entrega
de Lope de Vega

Contra valor no hay desdicha 4. Cuarta entrega

 

 

Fuente artelope. Autor Lope de Vega

 

1175

que la sangre sosiegue mis desvelos

del labrador valiente

que quiere los laureles de mi frente

trasladar a la suya!

Que no es justicia que a maldad se arguya

1180

que, a quien quiere matarme al mediodía,

le mate yo a la aurora.

(EVANDRO.)

EVANDRO

¿Qué manda Vuestra Alteza?

REY

Evandro, agora

mandé partir a Ciro sin castigo.

EVANDRO

¿Así guardas justicia?

REY

Evandro amigo,

1185

no fue sin ocasión, porque no quiero

parecer tan severo

a los ojos del pueblo, aficionado

a ese mancebo loco y alentado.

Hoy se parte, y hoy quiero que le mates.

1190

Sólo va con el viejo Mitrídates:

síguele con soldados de mi guarda,

y de noche le aguarda

al paso más oculto deste monte.

Pero a pensar disponte

1195

que has de traerme su cabeza fiera,

que el frontispicio de mi templo espera,

como del oso o jabalí le adorna

el cazador que torna alegre de la presa.

EVANDRO

De que se tarde el claro sol me pesa,

1200

de partirse al ocaso.

REY

Ya te espero:

por verlo muerto, muero.

(Aparte.)¡Oh cielos, no os canséis de asegurarme

de un hombre que nació para matarme!

(Vanse.)

(FILIS y BATO.)

FILIS

  Como si fuera la ausencia

1205

fácil pena al sentimiento,

añadieron mis desdichas

el peligro a mis deseos.

¿Cómo dejas, Bato, a Ciro?

Que amor, en tales sucesos,

1210

del mal temiendo lo más,

del bien espera lo menos.

BATO

Aunque el Rey le recibió

a los principios severo

por enojo o por costumbre

1215

(que es la majestad en ellos

como un vínculo real),

después, con rostro risueño

templó la deidad; que mueve

mucho al airado el discreto.

1220

Así diez años Ulises,

matador de Polifemo,

aquel gigante de un ojo,

anduvo por varios reinos.

¡Oh, si le vieras hablar

1225

con atrevido despejo,

pensaras que era Sibila

o el oráculo de Delfos!

Finalmente, le mandó

regalar: y así, le dejo

1230

en un cuarto de palacio

tan metido a caballero,

que parece que lo ha sido

toda su vida.

FILIS

El ingenio

lo alcanza todo: y así,

1235

muchos hombres que subieron

en brazos de la fortuna

a ocupar honrosos puestos,

saben presto ser señores.

BATO

Y aún saben serlo tan presto,

1240

que cuanto fueron humildes,

parecen después soberbios.

Finalmente, por quitarte,

Filis, del peligro el miedo,

me ha enviado a que te diga

1245

que no le tengas en esto;

porque aunque lamenta Evandro

los azotes de Fineo,

espera Ciro del Rey

en vez de castigo, premio.

FILIS

1250

¿Qué dice mi hermano Arpago?

BATO

¡Por Júpiter que no entiendo,

Filis, si verdad te digo,

el alma destos enredos!

El y el Rey y Mitrídates

1255

andan hablando en secreto.

Ayer comió con el Rey.

FILIS

¡Con el Rey! ¿Qué dices?

BATO

Puedo

asegurar lo que vi,

y que entré a verlos comiendo.

1260

¡Tanta plata, tantos platos,

de tantos manjares llenos,

tanto servicio y criados,

éste entrando, aquél saliendo,

todos atentos al Rey,

1265

y alguno, por dicha, atento

más al capón que comía

que a la deidad del imperio!

¡Oh, bien haya, dije yo,

debajo de un pobre techo

1270

la olla de un labrador,

los rotos manteles puestos

sobre una tabla de pino,

y aquel ver salir hirviendo

el repollo en el verano,

1275

los nabos en el invierno,

a su lado su mujer

con el hijo tierno al pecho,

el gato por mayordomo,

y por maestresala el perro!

1280

Porque los contentos, Filis,

si hay en el mundo contentos,

no están en las ceremonias,

sino en el gusto y el sueño.

FILIS

¡Bueno vienes de la corte!

BATO

1285

Filis, este poco seso

de acá le llevé; que allá

no venden entendimientos.

FILIS

Y ¿cuándo piensas volver?

BATO

Esta noche volver pienso;

1290

que sólo a verte he venido.

FILIS

Escucha un atrevimiento.

BATO

¿Cómo?

FILIS

Yo he de ver a Ciro;

que secretamente quiero

irme contigo esta noche.

BATO

1295

A no estar el monte en medio,

fuera fácil la jornada

con recato y con silencio.

FILIS

Entra, y despacio en mi casa

la venida trataremos;

1300

que amor no permite espacio

donde le lleva el deseo.

BATO

Míralo, Filis, mejor.

FILIS

No gusta amor de consejos.

BATO

Pues ¿de qué gusta el amor?

FILIS

1305

De ejecutar los remedios.

(Vanse.)

(MITRÍDATES y CIRO con espada.)

CIRO

  Apenas de la licencia

del Rey, padre, me informé,

cuando, de la corte fue,

y para siempre, mi ausencia.

1310

  ¡Bien haya mi pobre aldea,

que me falte o que me sobre,

porque no hay contento pobre,

ni bien que sin él lo sea.

MITRÍDATES

  Sólo me causa cuidado,

1315

Ciro, de Evandro la queja,

pues sin venganza le deja,

el Rey, del hijo azotado.

  No hay satisfacción que cuadre

a injuria tan afrentosa,

1320

y ya sabes que es la cosa

mas ciega del mundo un padre;

  que el amor con que le viene

a estimar su pensamiento,

le quita el entendimiento;

1325

pues ¿qué hará si no le tiene?

  Temo, al fin, un padre airado,

Ciro, y aumenta mi pena,

saliendo en noche serena,

haberse el cielo turbado;

1330

  Que, aunque no está del aldea

este monte muy distinto,

no hay Creta ni laberinto,

que como su centro sea.

  Las nubes, rotos los senos,

1335

las estrellas amenazan,

que el campo desembarazan

del cielo, huyendo los truenos.

  Alguna desdicha temo

entre tanta oscuridad.

CIRO

1340

Si vos, de tan larga edad

llegando, padre, al extremo,

  teméis, con mayor razón

temiera mi juventud

la muerte, sin la virtud,

1345

que es alma del corazón.

  ¿Qué monte, que padre airado,

qué cielo tempestuoso,

qué enemigo poderoso

en obscura noche armado;

1350

  qué voraz actividad

del fuego, ni qué violencia

de agua o viento, o negra ausencia

de la solar claridad;

  qué relámpagos y truenos,

1355

qué rayos ni qué centellas?

Que, si huyeren las estrellas,

estará firme a lo menos

  la que nació con mi dicha.

Venga el mundo contra mí;

1360

que si con valor nací,

contra valor no hay desdicha.

MITRÍDATES

  ¡Ay, hijo! ¿Qué estás diciendo?

Aunque de valor te armas,

con rumor de gente de armas

1365

está el monte estremeciendo.

  Pienso que sale verdad,

Ciro, el rigor que temí.

CIRO

Pues padre, escondeos allí,

entre aquella oscuridad;

1370

  que si no habéis de ayudarme,

mejor es que viváis vos.

MITRÍDATES

Eso no permita Dios.

Vengan primero a matarme,

  y ¡ojalá pudiera ser

1375

que me transformara en ti,

porque, matándome a mí,

te pudiera defender!

  Que es mi amor tan excesivo,

que, si por ti me matara,

1380

pienso que resucitara

con saber que estabas vivo.

CIRO

  Padre, retiraos allí:

mirad que se acercan ya.

(EVANDRO, FINEO y soldados.)

EVANDRO

Aquí suenan.

CIRO

Y aquí está

1385

quien buscáis.......

EVANDRO

¿Es Ciro?

CIRO

Sí.

EVANDRO

  ¡Muera!

MITRÍDATES

¡Ay, hijo de mi vida!

(Riñen.)

(Aparte.)¿Cómo te diré quién eres

antes que mueras, pues mueres?

FINEO

¿Tienes, hombre, revestida

1390

  la furia de Flegetonte,

en ese pecho?

CIRO

¡Villanos,

mal conocéis estas manos!

(Mételos a cuchilladas.)

MITRÍDATES

Huyendo van por el monte.

  ¿Quién pensara tal valor?

(Dentro.)

FINEO

1395

¡Padre, muerto soy!

MITRÍDATES

Fineo

es aquél. No es éste Ciro.

Marte, de su quinto cielo

debió de bajar armado

de diamante. Ya no siento

1400

las voces. ¡Ay de mí, triste?

¿Si por dicha Ciro es muerto?

¡Ciro!... Nadie me responde.

Sólo, de lástima, el eco

repite su amado nombre.

1405

Subir por el monte quiero.

¡Ánimo, caducas fuerzas!

(Súbese por el monte.)

(CIRO, sangriento, con la espada desnuda.)

CIRO

Tres de los villanos dejo

entre las peñas tendidos,

y los demás van huyendo.

1410

Herido estoy; pero poco.

Sólo de mi padre siento

la pena, porque habrá sido

la espada con que le han muerto.

¡Qué terrible obscuridad!

1415

Si ignorar pudiera el cielo

que no habían de matarme,

pensara que lo había hecho

por cubrir su gran teatro

de paños de luto negro.

(Dentro y lejos.)

BATO

1420

¡Ciro!...

CIRO

¿Qué voz es aquella?

Pensara que destos cerros

era pastor si mi nombre

no pronunciara tan presto.

(Dentro.)

MITRÍDATES

¡Ciro!

CIRO

Otra voz diferente:

1425

que es de mi padre sospecho.

Por acá, por acá, padre.

No responde: mi deseo

debió de burlarme.

(Dentro y lejos.)

FILIS

¡Ciro!...

CIRO

¡Júpiter santo! ¿Qué es esto?

1430

Parece voz de mujer,

y si el alma no hace enredos

(porque no es mujer el alma,

si en el nombre, no en los hechos),

Filis es la que me llama.

1435

¡Qué pensamiento tan necio!

¡En un monte... a media noche!

(Dentro.)

FILIS

¡Ciro!...

CIRO

Más cerca la siento.

  Quiero responder. ¿Quién es?

¿Quién llama a Ciro?

(Salen por tres partes a un tiempo, FILIS, MITRÍDATES y BATO.)

FILIS

Yo.

MITRÍDATES

Yo.

BATO

1440

Yo.

CIRO

¡Cielos! ¿Quién respondió?

FILIS

Yo soy.

CIRO

¡Filis!

FILIS

¿No me ves?

MITRÍDATES

Si hay para un padre después

brazos, aquí estoy contigo.

CIRO

¡Padre!...

BATO

Y después un amigo.

CIRO

1445

¡Bato! ¿Es posible que os veo,

o es burla de mi deseo

que los tres estéis conmigo?

FILIS

  ¡Ay, mi bien! ¿Herido estás?

CIRO

De tu amor, Filis hermosa.

FILIS

1450

No de balde tu dichosa

presencia, ¡oh Ciro!, me das;

pero pudiendo ser más

entre enemigos tan fieros,

que el eco de sus aceros

1455

llevaba el aire al oído,

dichosa desdicha ha sido.

CIRO

¡Ay, bellísimos luceros!

  Cese el aljófar que os baña;

que más me podréis vencer

1460

que los que pueden volver

con más gente a la montaña.

Aún pienso que amor me engaña;

que cuando tu voz oí,

que era el alma presumí,

1465

que con la imaginación,

hurtando a tu voz el son,

hablaba dentro de mí.

  ¿Cómo vienes desta suerte?

FILIS

Llevando a Bato por norte,

1470

me llevaban a la corte,

Ciro, las ansias de verte.

Era el estruendo tan fuerte

de las armas y las voces

de tus contrarios atroces,

1475

que en hielo me transformaron,

y aun pienso que se espantaron

los animales feroces.

  Y si en aquesta ocasión

vives, yo pienso que fue

1480

porque tu vida pasé

desde el campo al corazón;

que entre aquella confusión,

fiero y bárbaro tropel

de tanta gente cruel,

1485

con el alma enternecida,

dije: «Aquí estará su vida,

y me matarán por él.»

CIRO

  Con este favor, mi bien,

que amor trujo a mis oídos,