El fiscal está convencido de que la pareja sabía que transportaba drog
Droga

El fiscal está convencido de que la pareja sabía que transportaba droga en el baúl

 

 

11/09/2015 Fuente elpatagonico. El fiscal federal Mariano Sánchez está convencido de que el matrimonio paraguayo sometido a juicio por contrabando de estupefacientes conocía perfectamente lo que llevaban oculto en el baúl de la Mercedes Benz con la que intentaban cruzar a Chile con 100 kilos de marihuana. Con idéntica calificación jurídica, la querella y el representante del Ministerio Público acusaron y pidieron 10 años para el hombre y 9 años de prisión para la mujer. En los próximos días los jueces del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia darán a conocer el veredicto.

 

Con los alegatos de la querella, Fiscalía y Defensa Pública se dio por concluido el juicio oral y público contra Pablo Brites Ríos (22) y Claudia Ojeda Enciso (21), el matrimonio de nacionalidad paraguaya que el 11 de mayo del año pasado fue detenido en el paso fronterizo Futaleufú –ubicado en inmediaciones de Esquel– luego de que el personal de Aduana apostado allí, advirtiera anormalidades en el baúl de la flamante Mercedes Benz en la que viajaban.

 

"El vehículo no coincidía con la vestimenta de los ocupantes", declaró el primero de los ocho testigos del juicio, quien también explicó que al revisar el baúl levantó la alfombra, luego una membrana y allí observó una soldadura nueva que rodeaba todo el habitáculo y a la que se le sumaban remaches.

 

Con un destornillador, el empleado de Aduana comenzó a ejercer fuerza sobre distintos puntos de la chapa hasta que finalmente la herramienta atravesó esa protección y generó un orificio que, más tarde y con una lupa, les permitió observar hacia adentro del doble fondo descubierto. Allí se detectó la existencia de envoltorios de color ocre.

 

La perra "Ramona", al servicio de Aduana, terminó de confirmar la sospecha. Las tres oportunidades que la hicieron revisar el vehículo, con su pata delantera derecha marcó la zona del baúl. Su guía, quien también declaró en el juicio, afirmó que el animal está entrenado para detectar cocaína, heroína, marihuana y dólares.

 

"¿Dólares?", le preguntó uno de los integrantes del Tribunal Oral Federal y el guía de can se lo confirmó, aunque reconoció que durante el tiempo que lleva trabajando el animal aún no ha detectado esa moneda estadounidense.

 

ACUSACION Y PENA

 

La calificación jurídica que escogió la querella –representada por las abogadas de Aduana-AFIP Luciana Gil y Paula Morales– y a la que adhirió el fiscal ad hoc, Mariano Sánchez, fue la de contrabando por importación de estupefacientes con ocultamiento, agravado por estar destinado a ser comercializado; transporte de estupefaciente y tentativa de contrabando por exportación de estupefaciente con ocultamiento agravado por estar destinado a ser comercializado en el exterior, todo ello en concurso y ideal. Además, en concurso real, con el delito de uso de documento público falso. Ello, respecto a la cédula paraguaya del automotor que conducía Brites Ríos.

 

Con esa calificación fueron acusados el matrimonio paraguayo y para el hombre se solicitó una pena de prisión de 10 años, mientras que para la mujer fue de 9 años de prisión.

 

Se debe recordar que el joven está detenido en Marcos Paz y ella cumple arresto domiciliario en Buenos Aires porque tiene un hijo de 5 años.

 

A todo esto, la defensora pública María Fernández Van Raap, planteó una serie de nulidades que serán evaluadas por los jueces Pedro José de Diego, Nora Cabrera de Monella y Enrique Jorge Guanziroli, tras lo cual reclamó la absolución de ambos. Afirmó que desconocían que la existencia de la droga en el baúl y que su misión era llevar el vehículo a Chile, tarea para la cual habían contratado al joven.

 

Hay que recordar que su declaración, Pablo Brites Ríos, contó que mientras trabajaba de estibador en su país de origen, un hombre –al que prefirió no identificar porque afirmó que tiene amenazada a su familia que quedó en Paraguay– le propuso como trabajo el traslado de un vehículo hasta Valparaíso, Chile, tarea que sería remunerada con 1.500 dólares. El dinero lo necesitaba por su condición de pobreza y acumulación de deudas –dijo– y como se trataba de un trabajo simple, sólo debía manejar e incluso podía viajar con su esposa e hijo, lo aceptó. No obstante, aseguró que nada sabía sobre la existencia de droga.

 

También explicó que el recorrido era dictado por teléfono desde Paraguay y una de las órdenes fue que se detuvieran en Azul, provincia de Buenos Aires, entregaran el vehículo a unos hombres que se les presentarían en el hotel y recién cuando estos se lo devolvieran podrían continuar viaje.

 

"Yo creo que en Azul habrán metido la droga, porque cuando nos devolvieron la camioneta hacía un ruido raro el amortiguador de atrás, pero no le presté importancia", declaró.

 

Para los acusadores esa versión no tiene asidero porque no surge de ninguno de los datos obtenidos que hubieran estado en esa localidad del sur bonaerense. Además, el olor impregnado que quedó en la sala de audiencias durante las pocas horas que los 114 panes de marihuana estuvieron al pie del estrado, llevaron a deducir a los acusadores respecto de la imposibilidad de desconocimiento.

 

"Acá la tuvimos durante algunas horas y la tuvimos que retirar del recinto debido a que no se soportaba el penetrante olor. Ellos la tuvieron en el baúl durante todos los días que viajaron. Es imposible que no se dieran cuenta que llevaban marihuana", sostuvo en un tramo de su alegato el fiscal.

 

El tribunal pasó a deliberar tras escuchar a las partes y en los próximos días dará a conocer el veredicto.