Los tres mosqueteros
de Alexandre Dumas

LOS TRES MOSQUETEROS. DE INTERÉS GENERAL

 

 

Fuente Wikipedia. Los tres mosqueteros (en francés: Les trois mousquetaires) es una novela del escritor Alexandre Dumas, publicada inicialmente en folletines por el periódico Le Siècle, entre marzo y julio de 1844. En ese mismo año fue publicada como volumen por la editorial Baudry y reeditada en 1846 por J. B. Fellens y L. P. Dufour con ilustraciones de Vivant Beaucé.

 

La novela relata las aventuras de un joven gascón de 18 años llamado D'Artagnan, que viaja rumbo a París para convertirse en mosquetero. D'Artagnan no es uno de los mosqueteros del título, sino que lo son sus amigos Athos, Porthos y Aramis, amigos inseparables que viven bajo el lema «uno para todos, todos para uno». Juntos, sirven al rey Luis XIII y enfrentan a su primer ministro, el Cardenal Richelieu, y a sus agentes Milady de Winter y el Conde de Rochefort, para así resguardar el honor de la reina Ana de Austria.

 

La historia de D'Artagnan continúa en Veinte años después y en El vizconde de Bragelonne. Estas tres novelas de Dumas se conocen como Las novelas de D'Artagnan.

 

Gracias a su popularidad, la novela ha sido objeto de numerosas adaptaciones al cine y la televisión.

 

Argumento []

 

La historia inicia en 1625, en Francia. El protagonista, D'Artagnan, nacido en una familia noble empobrecida de Gascuña, se va de casa a París para cumplir su gran sueño: convertirse en un mosquetero de la «Compañía de Mosqueteros del Rey». Por fortuna, su padre conoce al capitán Señor de Trèville, el capitán de la compañía de mosqueteros (también gascón, y compañero suyo en las guerras de Enrique IV) y le ha escrito una carta de presentación, que le entrega junto con otros dos regalos, un caballo y la espada. En el camino de París, el joven gascón se ve envuelto en una pelea con un caballero misterioso y es atacado por los lacayos de la posada cercana, quedando herido e inconsciente. Cuando D'Artagnan recupera la conciencia, se da cuenta de que el caballero ha robado su carta de presentación. El posadero se las arregla para tener en sus manos gran parte de la cantidad de dinero limitada de D'Artagnan, así como su recuperación.

 

En París, D'Artagnan va directo al cuartel general de los mosqueteros. Obtiene audiencia y es introducido en la antecámara, pero careciendo de la carta de su padre es recibido fríamente por el Señor de Trèville. En una serie de incidentes en el cuartel general, D'Artagnan es retado a duelo por los tres mosqueteros: Athos, Porthos y Aramis. Los cuatro hombres se encuentran y D'Artagnan comienza a luchar contra Athos (su primer retador), sin embargo, son interrumpidos por los guardias del Cardenal Richelieu que amenazan con arrestarlos, porque los duelos están prohibidos por decreto real. Los tres mosqueteros y D'Artagnan se unen para derrotar a los guardias del cardenal, batiendo D'Artagnan a Jussac, capitán de los guardias del Cardenal y una de las primeras espadas del reino. De esta manera, al derrotarlo, el gascón se gana el respeto y la amistad de Athos, Porthos y Aramis, volviéndose inseparables camaradas, así como el favor del Señor de Trèville. Luego de una entrevista con el rey Luis XIII, quien por su rivalidad con el cardenal queda encantado con D'Artagnan, éste último es aceptado como cadete de un regimiento de la Guardia Real, presidida por el Señor de Essarts, esperando la posibilidad de llegar a ser mosquetero.

 

Después de obtener alojamiento y tomar un criado, llamado Planchet, conoce a la joven y bonita mujer de su maduro casero, Constance Bonacieux, de la que inmediatamente se enamora. Constance y D'Artagnan ayudan a la reina de Francia, Ana de Austria y al Duque de Buckingham a mantener una cita secreta en el Palacio del Louvre. En la cita, la reina regala a su amante una caja de madera que contiene doce herretes de diamantes, originalmente regalados a ella por su esposo Luis XIII. El Cardenal Richelieu, informado del regalo por sus espías, persuade al rey para invitar a la reina a un baile donde se espera que ella luzca los herretes, con la esperanza de descubrir al rey su historia de amor con Buckingham.

 

Constance intenta persuadir a su marido, el Señor Bonacieux, para ir a Londres y recuperar los herretes, pero éste había sido detenido, llevado a presencia del cardenal y convencido por éste de espiar a su esposa, por lo que se niega y la delata al Conde de Rochefort, agente del cardenal. D'Artagnan y sus amigos deciden asumir la misión en su lugar. Parten los cuatro amigos con sus lacayos, y después de una serie de aventuras y de quedar Porthos, Aramis y Athos fuera de combate y heridos por el camino, en emboscadas de los agentes del cardenal, D'Artagnan logra llegar a Inglaterra, tras herir y dejar fuera de combate a otro de los enviados del cardenal, el Conde de Wardes, y recuperar de Buckingham los herretes; al notar Buckingham que le han robado dos, y teniendo la certeza que ha sido obra de la condesa de Winter, cierra los puertos ingleses para evitar que los herretes robados lleguen al Cardenal, ordena a su joyero realizar dos réplicas, y los entrega a D'Artagnan, que parte para Francia y logra devolverlos a la reina Ana, justo a tiempo para salvar su honor, y para vergüenza del Cardenal, que es puesto en evidencia delante del Rey, debido a que presenta los dos herretes robados a Buckingham, y debe salir del paso regalándoselos a la Reina, puesto que ésta luce los doce herretes en el baile.

 

La venganza del Cardenal viene rápidamente: la noche siguiente, Constance es secuestrada. D'Artagnan parte para encontrar a sus amigos y en Amiens, donde había quedado Athos, recibe como confidencia de éste la historia del Conde de la Fére y Ana de Breuil, que estaba marcada con una flor de lis en el hombro, y había sido ahorcada por el Conde, su marido. También se bate con Lord de Winter, barón de Sheffield, y tras vencerle y perdonarle la vida, se hace amigo del barón. Vueltos todos a París, comienzan a preparar la adquisición del equipo que necesitarán en la campaña del sitio de La Rochelle, y a buscar infructuosamente a Constance. D'Artagnan reanuda relaciones con Lord de Winter, que le presenta a su cuñada, Milady de Winter. D'Artagnan rápidamente se enamora de la linda noble, pero pronto se entera de que ella no le ama, siendo una agente del cardenal. Se las arregla para pasar una noche con ella, haciéndose pasar en la oscuridad por su amante, el Conde de Wardes, y se entera de que Milady tiene una flor de lis grabada a fuego en su hombro, marcándola como una delincuente. Milady reacciona como una fiera, intentando matar a D'Artagnan con un cuchillo. D'Artagnan logra escapar de su casa, y acude a Athos, donde le cuenta que Milady tiene una flor de lis en el hombro, con lo que el mosquetero tiene la certeza de que se trata de la misma mujer. D'Artagnan se alivia cuando todos los guardias del rey son enviados a La Rochelle, donde el asedio de la ciudad protestante está teniendo lugar.

 

Milady hace varios intentos para matar a D'Artagnan dentro y alrededor de La Rochelle, pero fracasa. Al mismo tiempo, D'Artagnan se entera de que la reina ha logrado salvar a Constance de la prisión, donde el Cardenal y Milady la habían arrojado y que su amada está escondida en algún lugar seguro. Uno de los asesinos, perdonado por D'Artagnan, suelta un consejo: el nombre de una posada, donde Milady estaba, para pagar por su crimen. Mientras tanto, tras una hazaña bélica, el Cardenal permite a D'Artagnan por fin ingresar en los Mosqueteros.

 

Los tres mosqueteros vigilan la posada y Athos escucha una conversación entre el Cardenal y Milady, en la que Richelieu le pide asesinar al Duque de Buckingham (un partidario de los rebeldes protestantes rocheleses). Ella pide a cambio la muerte de D'Artagnan. El Cardenal entonces escribe un salvoconducto general a Milady ("Por orden mía y para bien del Estado, ha hecho el portador de la presente lo que ha hecho"), efectivamente dándole permiso para matar a D'Artagnan. Athos, revelado ahora como el Conde de la Fére, rápidamente se enfrenta a su ex-esposa y la obliga bajo amenaza de muerte a abandonar el salvoconducto del Cardenal. Debido a la guerra entre Francia e Inglaterra, cualquier intento por parte de los mosqueteros para advertir al Duque de Buckingham sobre Milady sería considerado delito de traición a la patria, pero son capaces de enviar a Planchet con una carta al cuñado de Milady (Lord de Winter), que por su parte siempre ha sospechado que Milady mató a su hermano.

 

Milady es encarcelada a su llegada a Inglaterra, pero pronto seduce a su puritano carcelero John Felton y lo convence, no sólo de ayudarla a escapar, sino también de asesinar al duque de Buckingham. Mientras que el ingenuo Felton asesina con un cuchillo al primer ministro en Portsmouth, Milady logra embarcar rumbo a Francia. Milady envía un mensaje al Cardenal y se esconde en el monasterio de Armentiéres, al norte de Francia, donde Constance había sido enviado por la Reina. La confiada Constance revela su alma a Milady y la malvada mujer se da cuenta de que su enemigo D'Artagnan llegará al monasterio en cualquier momento. Logra escapar justo antes de la llegada de los cuatro mosqueteros, pero no antes de tomar su venganza: envenenar a Constance, que muere minutos después en los brazos de su amado D'Artagnan.

 

En ese momento aparece Lord de Winter, que informa del asesinato de Buckingham, y todos juntos determinan encontrar a Milady y juzgarla. La expedición queda a cargo de Athos, que revela a Lord de Winter que es el marido de Milady, componiéndose la expedición de los cuatro mosqueteros, sus cuatro lacayos, Lord de Winter y un misterioso hombre enmascarado, con una capa roja. Tras encontrar a Milady, la acusan de numerosos delitos: el envenenamiento de Madame Bonacieux; los intentos de asesinato de D'Artagnan; la instigación y complicidad en el asesinato del Duque de Buckingham; la corrupción, traición y posterior muerte del siervo de Lord de Winter, Felton; el asesinato de su difunto marido, Lord de Winter (Conde, hermano mayor del Barón). El cargo final viene cuando Athos afirma que Milady, su esposa, es una criminal marcada con una flor de lis en su hombro. Cuando la condesa exige que Athos presente al verdugo que la marcó, un hombre con capa roja posa hacia el frente. Ella inmediatamente lo reconoce como el verdugo de Lille, el cual narra las primeras fechorías de Milady que llevaron a su marca, tras seducir y corromper a un sacerdote, su hermano, que después se ahorcó por remordimientos cuando Milady lo abandonó por el Conde de la Fère (Athos). Tras ser condenada a muerte por los jueces, Porthos y Aramis, es ajusticiada (decapitada por espada) en la otra orilla del Lys, fuera del territorio de Francia (en la actual Bélgica).

 

Tras la ejecución de Milady, los cuatro mosqueteros regresan a La Rochelle. En su camino se encuentran con el conde de Rochefort, principal agente del cardenal y viejo némesis de D'Artagnan, (él era el caballero que robo la carta de M. D'Artagnan padre al principio), quien viajaba a Armentiéres para encontrar a Milady. Rochefort también tiene una orden de arresto para D'Artagnan. Tras ser informado por éste de que no encontrará a Milady, decide llevar a D'Artagnan directamente al Cardenal. Cuando el gascón se presenta ante Richelieu, le cuenta toda la historia sobre los intentos de asesinato de Milady, la intoxicación de Madame Bonacieux, etc... El Cardenal afirma que si Milady es realmente culpable, los tribunales la juzgarán. D'Artagnan admite francamente que él y sus amigos ya han juzgado, condenado y ejecutado a esa malvada mujer. A continuación le presenta a Richelieu el papel con el perdón total por escrito por la propia mano del Cardenal. Richelieu, impresionado por el ingenio de D'Artagnan y ya que ha conseguido lo que quería de Milady, ofrece al joven mosquetero un despacho como teniente de mosqueteros, con el nombre en blanco. El cardenal hace entrar a Rochefort y pide a los hombres estar en buenos términos y ser amigos.

 

El libro termina con D'Artagnan ofreciendo el despacho de teniente a cada uno de sus amigos, pero ninguno acepta y Athos escribe el nombre de D'Artagnan en él. Athos continuará siendo mosquetero, a las órdenes de D'Artagnan, hasta que entra en posesión de una herencia y se retira a sus propiedades; Porthos ha decidido casarse con Madame Coquenard, la viuda de un rico procurador, y deja el servicio y Aramis cumple su sueño de entrar en el sacerdocio, abandonando también el servicio, y entrando en un monasterio.

 

D'Artagnan se bate tres veces con Rochefort, hiriéndole las tres, pero tras eso, y tras decirle que seguramente le matará a la cuarta, hacen definitivamente las paces, y se abrazan de todo corazón y para siempre.

 

Sus vidas, sin embargo, se cruzarán una vez más, en Veinte años después

 

Personajes principales []

 

Mosqueteros []

Athos (Conde de La Fère)

Porthos

Aramis

D'Artagnan (Él no es uno de los «Tres Mosqueteros». La novela se basa en cómo se convierte en un mosquetero.)

 

Criados de los mosqueteros []

Planchet (D'Artagnan)

Grimaud (Athos)

Mosquetón (Porthos)

Bazin (Aramis)

 

Otros personajes []

Milady de Winter

Cardenal Richelieu

Ana de Austria

Luis XIII de Francia

George Villiers, I duque de Buckingham

Señor de Tréville

Conde de Rochefort

Constance Bonacieux

Señor Bonacieux

Lord de Winter, barón de Sheffield

Ketty

Conde de Wardes

John Felton

Verdugo de Lille

Jussac

Cahusac

Biscarat

Lubin (criado de Conde de Wardes)

 

Fuentes []

 

Dumas afirmó que para su composición se basó en manuscritos que él descubrió en la Bibliothèque Nationale:Mémoires de Monsieur d'Artagnan, capitaine lieutenant de la première compagnie des Mousquetaires du Roi Batushei (Memorias del señor D'Artagnan, teniente capitán de la primera compañía de los Mosqueteros del Rey) por Gatien de Courtilz de Sandras (Cologne, 1700). Este libro fue prestado por la biblioteca pública de Marsella, y la ficha de préstamo permanece hasta hoy día (Dumas se quedó con el libro cuando él regresó a París).

 

Adaptaciones []

Véase Los Tres Mosqueteros (desambiguación) para una lista de adaptaciones.

D'Artacan y los tres mosqueperros, una serie animada de los tres mosqueteros caracterizada por perros.

 

 

Según Fuente hislibris:

 

 

La de los tres mosqueteros es, sin duda alguna, una de las novelas históricas mas conocidas hoy en día. Las versiones cinematográficas han sido muchas. Así en 1921 era Fred Niblo, quien dirigía una primera versión, con Douglas Fairbanks como actor principal. Tal vez el film clásico mas conocido sea el de George Sydney, de 1948, con Gene Kelly y Lana Turner; y mas modernamente la película de 1973 de Richard Lester, con Richard Chamberlain, o la mas reciente producción para la televisión canadiense del año 2005. Si a esto le sumamos los dibujos animados, la teleserie de Dartacan y las novelas juveniles, todos conocemos la historia.

 

 Sin embargo ya es mas raro conocer a alguien que se haya zampado las casi 700 páginas (según las ediciones) de la novela. Aunque puedo garantizar que quien lo haga se llevará una gratísima sorpresa, porque por mucho que conozca uno la historia por el cine, la televisión o gracias a lecturas juveniles, el panorama cambia totalmente.

 

Los tres mosqueteros es, principalmente, la historia del cuarto mosquetero, o futuro mosquetero: d´Artagnan, un joven gascón que llega a París para unirse a tan famoso cuerpo. Allí conoce a los otros tres: Athos, Porthos y Aramis. De inmediato se ve metido en las luchas callejeras contra los guardias del Cardenal Richelieu, que, en principio, es el malo malísimo de la historia, y en otras muchas peripecias, junto con sus tres amigos. La historia de los diamantes de la reina, el rapto de Constanza, las aventuras amorosas de d´Artagnan, el asedio de La Rochela, la cabalgata en pos de Milady. Todas estas aventuras principales se suceden con otras menores que sazonan aún mas si cabe la novela. La hacen mas picante.

 

Porque, vamos a ver ¿De que va eso de los tres mosqueteros? En realidad va de que el Cardenal Richelieu, verdadero gobernante del país, se considera además el mas capacitado para ello frente a un rey joven y caprichoso que se aburre y una reina que pasa su tiempo intrigando contra el país que gobierna, o bien con España, su país de origen, o bien con Inglaterra, con el duque de Buckingham, al que ama secretamente y que la pretende con descaro.

 

Así pues también va de amor. El amor correspondido del héroe por la bella Constance, que por cierto esta casada aunque su marido sea un canalla.O el amor suicida del duque de Buckingham, gobernante “de facto” de Inglaterra, dispuesto a tirar por la borda el reino que administra con tal de ligarse a la reina de Francia. O de los amores secretos de Aramis, que por cierto es mosquetero sólo por accidente, mientras espera entrar en religión, o de los nada secretos amores de Porthos, con la esposa de un procurador a la que extorsiona vilmente para conseguir la pasta del marido. Y si no del amor perdido de Athos, que habiendo descubierto la marca de la traición en su reciente y joven esposa, la mandó ahorcar.

 

Los cuatro protagonistas son caballeros sin tacha ni mácula. Su honor es prístino, su crédito ilimitado, pero. Pegar a sus sirvientes es la forma de hacerlos obedecer, sobre todo cuando piden la paga. Emborracharse una diversión de lo mas sano. Saltarse la ley un pasatiempo habitual. La venganza una necesidad, la brabuconería un estilo de vida, el desprecio al pueblo una mentalidad. Si hay que asesinar se asesina, y si hay que mentir, pues vale. Y sin embargo ninguna de estas inmoralidades debe ser tenida en cuenta, pues mas de una vez alega Dumas (padre, por cierto) en su novela que no puede enjuiciarse a la sociedad de la época de los mosqueteros con la mentalidad de la época del lector. Así que no lo haré yo tampoco, pero sospecho que no los invitaría a cenar a su casa ni el mismísimo Harry Flashman.

 

Una vez expuesta la historia pasemos a decir algo sobre el autor, Alejandro Dumas (padre, por cierto).

 Nació en 1802, hijo de un general del ejército que moriría poco después durante las guerras napoleónicas. Su apellido hubiera debido ser Davy de la Pailletterie, pero, al igual que había hecho su padre, eligió Dumas, el apellido de su abuela Marie Cessette Dumas, una esclava negra de Santo Domingo con la que se había casado su abuelo.

 

La vida del joven fue difícil y su educación deficiente, ya que con la pensión que quedó a su madre viuda poco se podía hacer. Su camino hacia las letras empezará traduciendo “Ivanhoe” y luego trabajando como escribiente al servicio del Duque de Orleáns. Su primer éxito será una obra teatral. “Enrique III y su Corte”. A partir de ahí comenzará el despegue. “Los Tres Mosqueteros” será publicado por entregas entre marzo y julio de 1944 en el periódico “Le Siecle”. Al final de su vida habrá escrito unas 300 obras, la mayoría con la ayuda de “negros” literarios. El mas conocido de ellos, y colaborador en “Los Tres Mosqueteros”, fue Auguste Maquet, al que deberíamos reconocer, al menos, la coautoría, debido al método de trabajo que ambos empleaban (Maquet escribía la estructura y los borradores de los capítulos, que Dumas(padre, por cierto) redondeaba con su peculiar estilo añadiendo el “toque dorado”). El final de esta relación supuso un pleito que Dumas (padre, por cierto) perdió, lo que le costó una fuerte suma. Tras esto la calidad de sus obras bajó, igual que la inmensa fortuna que había acumulado, que acabó por derrochar totalmente en proyectos mercantiles fracasados y agasajos esplendorosos. Sus últimos días los pasará refugiado en casa de su hijo Alejandro Dumas (hijo, este si).

 

No quiero terminar esta reseña sin hacer un pequeño comentario sobre el origen de “Los Tres Mosqueteros”. Allá por el año 1700 un novelista, memorialista y panfletista llamado Gautien de Courtilz de Sandras escribe una obra de semi-ficción, en tono de memorias, titulada “Memoires de M. d´Artagnan”, en las que se describe un tanto picarescamente el ambiente de juerga, engaño político y espionaje de la época del Cardenal Richelieu. Esta obra será la inspiración de la de Dumas (padre, otra vez), que tomará de ella, por ejemplo, la descripción de personajes y lugares, aunque luego cambiará muchos de ellos.

 

Y termino por fin con mi punto de vista personal. Lo malo de leer una buena edición de un libro es que está ampliamente anotada, y estas anotaciones ponen al descubierto los múltiples errores de la historia: calles que tenían otro nombre, incongruencias en el texto, etc. Sin embargo “Los Tres Mosqueteros”, por lo que tiene de acción trepidante, de interés en las descripciones, de situaciones intrigantes, de misterio, de ironía y de canalla, resiste perfectamente todos estos errores sin dejar de ser una magnífica novela. Una lectura totalmente recomendable, y mucho mas en París, paseando entre el Palais du Luxembourg y Saint Germain des Pres. Donde transcurre la acción.