El Teatro Real arranca su año con la diversión de ‘Las bodas de Fígaro
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El Teatro Real arranca su año con la diversión de ‘Las bodas de Fígaro’

 

 

16/09/2014 Fuente elpais. El coliseo madrileño inicia su primera temporada dirigida por Joan Matabosch

 

El siglo XVIII fue de todo menos tranquilo. Revolucionario, radical, en plena ebullición hasta que a su cierre explotó el Antiguo Régimen. Y en ese magma crecían los genios, autores que aprovecharon para ajustar cuentas con el poder y que crearon en el filo de la navaja.

 

Uno de ellos fue el dramaturgo francés Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais, más conocido sencillamente por Beaumarchais, maestro de la sátira, genio del panfleto, y autor de obras como La folle journée, ou le mariage de Figaro, un buen misil de flotación contra el poder, tanto que a Mozart le picó lo suficiente el gusanillo como para pedirle, en su primera colaboración, al libretista Lorenzo da Ponte, una versión para crear una ópera bufa. Da Ponte aceptó, pero tuvo que pulir algunos de sus momentos más salvajes, y de ahí surgió Las bodas de Fígaro, que pasado por la genialidad de Mozart deviene en una estupenda y magistral diversión. El libreto estuvo listo en julio de 1785, y Las bodas de Fígaro —con el título original de Le nozze di Figaro— se estrenó en Viena el 1 de mayo de 1786. La pareja volvería a colaborar en Cosí fan tutte y Don Giovanni.

 

Anoche, la primera ópera de Da Ponte-Mozart se convirtió en la primera representación de la primera temporada —la 2014 / 2015— en el Teatro Real post Gerard Mortier, el anterior y ya fallecido director artístico, que fue sustituido por el patronato del Real por Joan Matabosch. Las bodas de Fígaro, con dirección en escena de Emilio Sagi y la musical del titular del coliseo madrileño, Ivor Bolton, se podrá ver hasta el 27 de septiembre. Sagi asegura que para esta comedia, el espectador debe de apreciar a “Sevilla como un personaje más”, y no como el simple escenario de las correrías de condes y condesas, notarios, médicos, pajes, profesores, jardineros, doncellas y criados, con uno de estos sirvientes, Fígaro, a la cabeza. En Madrid a Fígaro le encarna Andreas Wolf; a Susana, su prometida, la soprano Sylvia Schwartz, mientaras que Luca Pisaroni se hace cargo del personaje del conde de Almaviva.

 

“La mayoría de las veces en la ópera se encuentra uno con temas horribles, historias incomprensibles y lagunas sin sentido. Aquí en cambio todo es perfecto: no hemos cortado ningún recitativo”, asegura Emilio Sagi, que también dirigió El barbero de Sevilla con el que el Real inauguró la temporada pasada. Tanto El barbero de Sevilla como Las bodas de Fígaro se mueven en la misma atmósfera: si Mozart se basó principalmente en la segunda parte de la Trilogía de Fígaro de Beaumarchois, Rossini decidió inspirarse en la primera.

 

El día de la presentación de la programación el presidente del patronata del Real, Gregorio Marañón, anunció “una excelente noticia”, el aumento de abonados, hasta 15.100, mejorando un 13% la cifra de la anterior temporada. En el debe, los cambios y las rebajas de cartel de algunas producciones que han pasado de propias a alquiladas, o que han tenido que desprenderse de algunos colaboradores, como le ha ocurrido a Fidelio, que finalmente no contará con la participación de La Fura dels Baus. Marañón recordó las dificultades de armar una temporada programada en pocos meses, entre el anuncio en agosto de 2013 del cáncer que acabó con la vida de Gerard Mortier, y la incorporación de Matabosch. El presidente aseguró que habían avisado a los abonados: “Estoy en condiciones de decir que no va a ser un problema para ellos”.