Ciudades contra la vida estúpida
De interés general

Ciudades contra la vida estúpida. De interés general

 

 

Fuente lanacion. La semana pasada se comentaron aquí algunas consideraciones sobre el futuro de la gestión cultural que Toni Puig compartió con su público en su reciente visita al país. En esta oportunidad, se apuntan algunos consejos que dejó para que la ciudad ponga en práctica. Dice que siente predilección por Buenos Aires, que quiere que le vaya bien y, en definitiva, que no se caiga del nuevo mapa mundial conformado por las ciudades que se impongan como poderosos centros de irradiación de la cultura. ¿Qué debería pasar en Buenos Aires para transformar las cosas positivamente? La respuesta es múltiple. Por un lado, Buenos Aires debería combinar equilibradamente lo "antiguo y frágil" con lo "nuevo y antifrágil". Como antiguo y frágil, Puig menciona los grandes teatros y museos. Recomienda gestionarlos bien y programarlos con excelencia. De lo nuevo y antifrágil, las formas más flexibles y experimentales de creación cultural, que hay que promover y desarrollar. También, cultivar "lo improbable y lo inapropiado". "Las ciudades cambian, y emocionan, cuando empiezan a usar espacios inapropiados. No construyan más: recuperen grandes estructuras vacías, espacios en desuso y háganlo bien." Y entre las recomendaciones más generales:

 

Denunciar. "Los que toman la calle no van contra los gobiernos, quieren otra democracia. Problemas como el cambio climático, el mal funcionamiento de los sistemas financieros, la corrupción política, las desigualdades, los totalitarismos, las agresiones a los derechos humanos. Nosotros, la gente de la cultura, no hemos denunciado nada de todo esto, no hemos estado a la altura. El equipo para la cultura que no se comprometa y no asuma un reto cívico como propio no sirve."

 

Movilizarse y encarar acciones conjuntas. Un trimestre al año los centros culturales de Buenos Aires deberían ponerse de acuerdo para movilizarse sobre una temática que les importe en la ciudad. "Todo espacio para la cultura que no colabore con otro es una secta narcisista e inútil."

 

Interrelacionarse. "No quiero público sino asociados. El público paga su entrada, me consume y se va. Quiero asociados entusiastas, presenciales y en la Red. Hay que estar en la Red no para informar sino para seducir."

 

Proponer conocimiento. "La gente tiene que saber que en un centro cultural debe esforzarse. Todo lo fácil conduce a la pasividad. Hay que pensar. Si no salgo con una idea nueva de un centro cultural, he perdido el tiempo. Pero que algo te haga pensar no significa que sea aburrido."

 

Tener visiones de futuro. Es decir: más riesgo, menos miedo, "más opciones improbables y menos repetición de aquellas programaciones con las que nos ha ido bien. Dar lugar a los nuevos autores".

 

Para todo esto, dice Puig, se necesita tanto dinero como para la salud y la educación. "Pero a la diversión no hay que darle ni un peso. El que quiera divertirse, pues que se compre un mico y lo vista." Y sobre el final, un consejo que vale oro: "Hagamos ciudades contra la vida estúpida"..