"El narcotráfico es el negocio más lucrativo del crimen organizado"
Droga

"El narcotráfico es el negocio más lucrativo del crimen organizado"

 

 

31/05/2015 Fuente infonews. La periodista mexicana considera que en la Argentina no hay un plan integral para combatir el tráfico de drogas. Pero niega que se pueda dar un proceso de "mexicanización", tal como alertó el Papa Francisco en febrero.

 

Cecilia González es periodista y publicó dos libros sobre el tráfico de drogas. Radicada desde hace más de una década en nuestro país, la mexicana charló con Tiempo Argentino y reflexionó sobre el abordaje de la problemática en su último trabajo, al que tituló Todo lo que necesitas saber sobre el narcotráfico.

 

  En el libro, la autora muestra un ABC introductorio sobre el comercio ilegal de drogas y sus derivados. A lo largo de nueve capítulos, González explica las etapas del negocio y su impacto en la economía global, entre otros temas. Para ella, entender el fenómeno sin sensacionalismos es "quitarse de encima los prejuicios intelectuales, analizar la historia de cómo y desde cuándo se consumen drogas y cómo se empezaron a prohibir. Eso son dos grandes ejes para tomar dimensión y saltar a la discusión actual: entender qué es lo que se está diciendo de ese sector que se contrapone a las políticas de narcotráfico."

 

–Cuando se refiere a la Argentina, ¿sugiere que los medios de comunicación locales manejan un tono alarmista más que analítico para narrar el tema? 

 

  –Sí, pero la problemática es a nivel global. El narcotráfico es un tema que se presta fácilmente para el morbo. Llama más la atención la vida de un supuesto capo que viene de la pobreza y que ayuda a su comunidad económicamente, que investigar adónde va a parar el dinero de la droga, que termina en países como Estados Unidos o Inglaterra. Hay que pensar el tema como fenómeno global, no como se ha instalado el debate aquí, preguntando si la Argentina es país de tránsito o productor. Lo cual no tiene sentido a estas alturas.  Hay que plantear el tema a nivel mundial. No sólo hay que mirar hacia dentro.

 

–¿Cree que las políticas de seguridad a nivel nacional se basan en efectismo mediático?

 

–Lo cierto es que en la Argentina no hay un plan integral para combatir al narcotráfico. La Sedronar (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico) tiene un nombre más largo que sus funciones. Argentina no ha tenido un plan estratégico integral donde participen todos los poderes del Estado. Se necesitan leyes desde el Ejecutivo a nivel nacional, y un debate desde el Poder Judicial para despenalizar al usuario, el consumo o la posesión de droga. Buscar el enfoque médico y no el criminal. También abordar el asunto desde lo financiero, buscar mayores controles en la fuga de capitales. No sólo de narcotráfico sino del crimen organizado. El narcotráfico es el negocio más lucrativo del crimen organizado, pero no es el único. Es una pirámide. No sólo se dedican al tráfico de estupefacientes.

 

–En la última década, en los expedientes judiciales que investigan tráfico de cocaína a gran escala, aparecieron empresarios argentinos, que actúan como resortes locales de los cárteles mexicanos. ¿Sucede en otras partes del mundo?

 

–Los narcos mexicanos lo hacen en todo el mundo. Se ha detectado presencia del Cártel de Sinaloa en más de 50 países del mundo. En este caso, demuestra que para llegar, no necesitan viajar, porque los criminales no viajan, no salen de México para operar, entonces utilizan células locales. Desde empresarios a funcionarios de Aduanas o de las fuerzas de seguridad. De todo tipo. Siempre buscan, y siempre encuentran, no sólo aquí sino en todo el mundo. 

 

–Respecto a su experiencia, ¿cómo le resulta la comparación entre México y la Argentina que suele hacerse para mostrar el avance del narcotráfico en nuestro país?

 

–La comparación no tiene ningún sentido. Son países que tienen historias muy diferentes, distintos contextos geográficos. El Papa Francisco alertó en febrero sobre una posible "mexicanización" de la sociedad argentina, pero esos dichos sólo sirvieron para alimentar el amarillismo y el prejuicio. Es imposible que Argentina se mexicanice porque para que eso ocurra debería compartir fronteras con Estados Unidos, que es el mayor consumidor de drogas del mundo, debería tener a decenas de cárteles peleando por territorio, y Argentina no tiene cárteles. También debería tener una población de 120 millones de habitantes, y que la mitad de esa población viva en la pobreza extrema. Son situaciones totalmente diferentes. Lo que ocurre en Argentina es grave, pero sólo comparado con la Argentina.  «

 

 boom editorial

 

 El primer libro sobre tráfico de drogas de Cecilia González fue Narcosur, una minuciosa investigación periodística que indagó en la sombra del narcotráfico mexicano en la Argentina. Allí la periodista narró el paso por el país de Amado Carrillo, alias “El señor de los cielos”, y su estructura de lavado montada en nuestro país.

 También rastreó la hipótesis que vincula al crimen de María Marta García Belsunce con el lavado de dinero del Cártel de Juárez. Otras historias que aparecen son las del triple crimen de General Rodríguez, la mafia de los medicamentos y los nexos políticos del narcotráfico.

 El trabajo de González se inscribe en el auge editorial por obras de esta temática, a la que se pueden añadir libros como Narcolandia: por qué Argentina se convirtió en el paraíso de traficantes colombianos, de Virginia Messi y Juan Manuel Bordón, que documentaron la historia de los cárteles de Colombia, la facilidad para lavar dinero, el puerto de salida de la droga hacia Europa, el espionaje y la sangrienta disputa de poder detrás del negocio.

 Mi Sangre. Historias de narcos, espías y sicarios, es otro de los libros que aparecieron en los últimos años. Su autor, el periodista Mauro Federico,  contó la historia de los colombianos Henry de Jesús López Londoño, conocido como "Mi Sangre", e Ignacio Álvarez Meyendorff, apodado “Gran Hermano”, que llegaron a la Argentina huyendo de la DEA, vivieron una vida de lujos en barrios cerrados bonaerenses, pero acabaron detenidos en la cárcel de Ezeiza.