Lo imputaron por 40 kilos de droga y lo condenaron por 2
Droga

Lo imputaron por 40 kilos de droga y lo condenaron por 2

 

 

29/05/2015 Fuente lavoz. Pedro Lovaiza fue condenado a 5 años de prisión. En un taller se había encontrado una gran cantidad de cocaína, pasta base y elementos de corte, pero logró desligarse.

 

Señores jueces, soy un hombre de trabajo, tengo una ‘lonería’. Vivo desde los 5 años en la zona de Alberdi, pegado a Villa Páez. Tengo un taller de talabartería, una lonería, tengo empleados, tengo mi oficio. La Policía plantó droga en mi casa y en el auto para involucrarme. ‘Nosotros manejamos la droga en Córdoba, a vos te la pusimos toda’, me dijeron en el allanamiento”.

 

Más que una declaración testimonial, Pedro Omar Lovaiza, con domicilio en barrio Marechal, de la ciudad de Córdoba, y preso desde septiembre de 2012, hizo su propio alegato.

 

Dio pie para que su defensa, ejercida por Miguel Juárez Villanueva y Guillermo Dragotto, solicitara la nulidad de todo el procedimiento y la absolución de su defendido, abonando la teo­ría de un “complot” en su contra por parte de la Policía.

 

Sin embargo, el Tribunal Oral Federal N° 1, presidido por Julián Falcucci e integrado además por Jaime Díaz Gavier y Daniel Herrera Piedrabuena (juez de La Rioja), resolvió condenarlo a cinco años de cárcel acusado de comercialización y almacenamiento de estupefacientes.

 

No obstante, Lovaiza terminó la causa bastante más aliviado de lo que la había iniciado.

 

Su captura se produjo el 18 de septiembre de 2012 después de que cobrara una venta por adelantado y retirara de un ­taller de calle Santa Cruz 1263, barrio Cupani, bultos con estupefacientes y material de corte para estirar la cocaína.

 

Alguien lo traicionó y alertó que iba a mover una importante cantidad de droga entre el 16 y el 18 de ese mes.

 

Y en sólo dos días de seguimientos fue aprehendido después de entregarle un “pedido” a Ángel Marcelo Oviedo, según consta en la acusación.

 

Taller “narcomayorista”

 

No obstante la brevedad de la pesquisa, los investigadores ­pudieron constatar que el sospechoso entraba y salía del ­referido taller (propiedad de una tercera persona) y contaba con una llave para abrir y cerrar el portón.

 

El primero en caer fue Oviedo, después de recibir un “paque­te”. Fue interceptado en Vélez Sársfield y José Manuel Álvarez, cuando iba en su auto en el que llevaba un envoltorio con 220 gramos de cocaína y dos botellas con solventes utilizados para “cocinar” pasta base.

 

Horas más tarde, se allanaron en simultáneo el taller de barrio Cupani y el domicilio particular de Lovaiza en Marechal.

 

Los policías que realizaron el operativo en el taller quedaron asombrados porque jamás habían imaginado que se encontrarían con más de 20 kilos de pasta base, 20 kilos de cocaína y unos 700 kilos de sustancias de corte, precursores químicos, balanzas y licuadoras con restos de droga, lo que les dio la presunción de que allí iban a cocinar más cocaína.

 

En el baúl del auto de Lovaiza, estacionado en su domicilio, se encontró casi un kilo de pasta base. En el interior de la casa, al revisar la baulera del dormitorio apareció un kilo de cocaína.

 

Además de la droga se secuestró una importante suma de dinero, producto de la venta al por mayor y menor.

 

En el bolsillo trasero derecho, el narco tenía 16.749 pesos y en la billetera del bolsillo delantero izquierdo del pantalón, mil pesos y 969 dólares.

 

Continuando con la requisa, en la parte inferior del placard del dormitorio había 20 mil pesos, en el perchero del mismo mueble había una cartera con 13.900 pesos y otra con 10 mil pesos.

 

Sin embargo, durante la instruc­ción de la cusa, Lovaiza logró zafar porque se le dictó una “falta de mérito” por el hallazgo del taller.

 

Quedó imputado por comercialización y el almacenamiento de la cocaína encontrada en la vivienda de Marechal. Y así llegó al juicio.

 

“Había plata por todos lados, por el ‘floreciente’ negocio de la lonería”, comentó con ironía el fiscal Maximiliano Hairabedian en su alegato.

 

Y a la par recordó que en la Justicia de Salta también había una investigación en su contra por tráfico de drogas.

 

“Lovaiza no es una víctima del sistema, es un narcotrafican­te”, subrayó el fiscal, quien felicitó al abogado defensor que logró una falta de mérito por el almacenamiento del taller, cuyo propietario aún está prófugo.

 

Ante la imposibilidad de endilgarle el cargamento mayor secuestrado, Hairabedián solicitó cinco años de cárcel para Lovaiza y cuatro años y medio para Oviedo, penas que finalmente aplicó el Tribunal.