Soneto de amor XXXIII
de William Shakespeare

Soneto de amor XXXIII

 

 

Autor: William Shakespeare

 

He visto a la mañana en plena gloria

los picos halagar con su mirada,

besar con su oro las praderas verdes

y dorar con su alquimia arroyos pálidos;

y luego permitir el paso oscuro

de fieros nubarrones por su rostro,

y ocultarlo a la tierra abandonada

huyendo hacia occidente sin ventura.

 

Así brilló mi sol, un día, al alba,

sobre mi frente, con triunfal belleza;

una hora no más lo he poseído

 

y hoy me lo esconden las aéreas nubes.

No desdeñes mi amor: si el sol del cielo

se eclipsa, han de velarse los del mundo.