Las clases sociales y jerarquías, temas del XX Simposio de Arqueología
Bienes arqueológicos, paleontológicos

Las clases sociales y jerarquías, temas del XX Simposio de Arqueología de Román Piña Chan

 

 

29/09/2015 Fuente inah.  En el encuentro arqueológico, Diego Prieto, secretario técnico del INAH, destacó que esa disciplina debe coadyuvar a comprender al México contemporáneo

 

Se abordó el tema de las clases sociales en Teotihuacan, entre otros

 

En representación de Teresa Franco, directora general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto, secretario técnico de la institución, instó a los académicos en este XX Simposio de Arqueología Román Piña Chan —que concluyó sus labores iniciadas el pasado domingo— a refrendar la idea de que en torno a la arqueología debe generarse una reflexión más profunda sobre las sociedades antiguas para coadyuvar en la comprensión de la sociedad mexicana contemporánea.

 

En el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, sede de la XXVII Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), tuvo lugar el simposio Las Estratificaciones Sociales: Interacciones y Perspectivas, que ahonda con el tema de las clases sociales y las jerarquías, fundamentales para entender el México del pasado y del presente.

 

El secretario técnico resaltó que es preciso reivindicar la vitalidad y la solidez de una institución que ha sabido combinar una fuerza intelectual y académica importante, que radica en la investigación científica, la antropología y la historia.

 

“La investigación que se hace en el INAH nutre la definición de políticas públicas tendientes a la conservación, el cuidado, la protección jurídica, la salvaguardia del patrimonio cultural y, muy particularmente, del monumental, además de incorporar espacios para la formación de profesionales en la investigación histórica y antropológica, así como en las disciplinas que se relacionan con el cuidado, el conocimiento y la preservación de la riqueza cultural”.

 

El simposio debe fortalecer el diálogo entre las distintas disciplinas antropológicas, con la idea de construir un marco de interpretación de la sociedad mexicana del pasado y del presente, a fin de entender la comprensión de las desigualdades de las sociedades del México antiguo, sus contradicciones y sus conflictos.

 

Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del Instituto, se refirió al simposio como un espacio para el diálogo e intercambio de ideas entre investigadores, profesores y alumnos interesados en la arqueología, quienes, desentrañando el pasado, construyen conocimiento a partir del quehacer arqueológico.

 

Sobre el tema de esta edición del encuentro arqueológico, Pedro Francisco Sánchez explicó que en el estudio de los diferentes sistemas que las sociedades utilizaron para determinar las posiciones relativas de sus integrantes, hay grandes variaciones en los criterios aplicados para adjudicar el poder, o cambiar de posición social, lo que dio lugar múltiples formas de estratificación.

 

Por su parte, el arqueólogo Sergio Gómez habló sobre las clases sociales e institucionalidad en Teotihuacan, así como del modo de producción en esa ciudad. A partir de las investigaciones que realiza con su equipo desde 2003, resaltó, se descubrió que las grandes obras hidráulicas en Teotihuacan se ligaron a la generación intensiva de alimentos en la primera fase de desarrollo de esa ciudad.

 

“Partimos del supuesto de que el excedente alimenticio primero (resultado del incremento de la productividad agrícola) fue un factor necesario para el surgimiento de la división del trabajo, el origen de la producción artesanal especializada, el surgimiento de las clases sociales, el Estado, el comercio, el crecimiento demográfico y el de las mismas ciudades”.

 

Siguiendo la hipótesis sobre la sociedad clasista inicial, del arqueólogo Felipe Bate, Sergio Gómez planteó que Teotihuacan fue una sociedad clasista inicial; en ella existieron dos clases fundamentales en torno a cuya relación se estructuró y desarrolló el sistema de relaciones sociales de producción: la clase dominante explotadora y la clase explotada económica y políticamente subordinada. La primera era propietaria objetiva y particular de la fuerza de trabajo de la clase explotada, dueña de los medios de producción y los instrumentos de trabajo.