Los cautivos de Argel 1. Primera parte
De interés general

Los cautivos de Argel 1. Primera parte

 

 

Fuente artelope.uv. Autor: Lope de Vega

 

FRANCISCO, morisco valenciano

DALÍ, moro

LEONARDO, cautivo

AJA, mora

FELIS, cautivo

MARCELA, cautiva

SOLIMÁN, moro

BRAHÍN, hebreo

BASURTO, cautivo

SAHAVEDRA, cautivo

DORANTES, cautivo

PEREDA, cautivo

HERRERA, cautivo

MÚSICOS MOROS

LUIS, muchacho

JUANICO, muchacho

ZULEMA

EL CAPITÁN CASTRO

CUATRO MOROS SOLDADOS

RIBALTA, soldado

AMIR

UN PREGONERO

LUCINDA, cautiva

BERNARDO, viejo cautivo

CIGALA, mora

MASOL, moro

EL REY DE ARGEL

FÁTIMA

UNA GUARDA

 

Jornada I

 

Sale FRANCISCO, morisco del reino de Valencia, en su hábito, como ellos andan, y DALÍ, turco de una galeota.

FRANCISCO

  ¿Dónde la dejas?

DALÍ

Francisco,

en esa ensenada, o cala,

por donde el mar se resbala

a las peñas deste risco,

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  pienso que estará segura.

¿Tendré presa que llevar?

FRANCISCO

El alboroto del mar,

y el hacer la noche escura,

  a sus pueblos recogió

10

los pescadores; no hay cosa

que pueda ser provechosa.

DALÍ

¡Notable asalto nos dio!

  No estuvo de zozobrar

un dedo de galeota.

FRANCISCO

15

Dalí, cuando se alborota,

es soberbia bestia el mar.

  Si antes de ayer allegaras,

hermosa prisión hicieras.

DALÍ

¿Dónde quedan las galeras

20

de los Orias?

FRANCISCO

Si reparas

  en la dicha que ha tenido

ese diestro ginovés,

con remos, alas y pies

no podrás ser defendido.

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  A Barcelona sospecho

que bajaban.

DALÍ

Destas playas

nos quitan las atalayas

las presas de más provecho.

  ¿Cómo le va de jinetes

30

a la costa?

FRANCISCO

Bien le va,

pero no te quitará

la fuida que te prometes.

DALÍ

  Más de una vez la ocasión

me ha quitado de gran presa

35

la roja cruz de Montesa

y de San Jorge el pendón.

  ¿Qué dicen de aquel Toledo?

FRANCISCO

A llevar el Virrey fue.

No hay, Dalí, porque te dé

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su ángel blanco y azul miedo.

DALÍ

  Por poco asiera una barca

de Génova, y por su mal.

FRANCISCO

¿Dónde iba?

DALÍ

A pescar coral,

a la fuerza desta barca,

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  mas vi lejos otras tres

con viento, y volví las velas.

FRANCISCO

La sangre me pone espuelas,

la ocasión y el interés

  para pasarme contigo,

50

que si cosario me hiciese

no pongas duda que fuese

de los cristianos castigo.

  Nací morisco en Valencia,

sé la tierra, y ocasión,

55

de hacer cualquiera prisión

con más segura experiencia.

  Sin esto, deseo, Dalí,

vivir en mi ley primera.

DALÍ

Tu cobardía, ¿qué espera

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teniendo tal muro en mí?

  Pásate a Argel, que vendrás

con dos o tres galeotas

de amigos, con que a las flotas

de España envidia pondrás,

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  que no es tan cierta la plata

como en cristianos cautivos.

FRANCISCO

Unas casillas y olivos

en tierra que no es ingrata

  me han detenido hasta agora.

DALÍ

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Véndelo.

FRANCISCO

Echarán de ver

que me voy.

DALÍ

Si puede ser

trueco una gallarda mora,

  mi hermana, y seis mil ducados.

Deja la cristiana ley.

FRANCISCO

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¿Trátaos allá bien el Rey?

DALÍ

Los nobles son respetados,

  los renegados tenidos

en alta veneración,

y siendo de la nación,

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son mucho más admitidos.

FRANCISCO

  ¿Qué tal es la tierra?

DALÍ

Aquí

quiero pintártela.

FRANCISCO

Creo

que me has de poner deseo.

DALÍ

Escucha, Francisco.

FRANCISCO

Di.

DALÍ

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  Entre la Mulvia, y el río

mayor, que en los mares bajos

de Bujía desemboca

bajando de montes altos,

y Tremecén en los llanos

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fértiles de la marina,

de sierras ceñido al Austro,

abrazan cuatro provincias

a Tremecén todas cuatro.

De sus ciudades se nombren,

95

como el reino valenciano,

Fenecén, Fenez, Bujía

y Argel, mas solo ha quedado

Tenez agora, y el fuerte

Tremecén, que oprimen tantos,

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es reino largo, y angosto,

porque hasta el mar mundano,

apenas por cuenta nuestra,

tiene quince millas de ancho.

Defiéndese mal con esto

105

de los continuos asaltos

que le dan árabes diestros

en lanza, adarga y caballo.

Diez y ocho mil fuegos tuvo,

más las guerras que siete años

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le dio Yusaf, rey de Fez,

y después el quinto Carlos,

que en su protección la tuvo,

y últimamente los bravos

turcos, que agora la tienen,

115

su grandeza aniquilaron.

Aquí tiene el rey de España

a Mazalquivir, gallardo

puerto, y a su lado Orán,

fortaleza que ganaron

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un cardenal de Toledo

y el conde Pedro Navarro.

Aquel soldado, aunque fraile,

y este, aunque es humilde soldado,

tendrá diez mil españoles,

125

sin otros vecinos varios,

o allí, Francisco, nacidos,

[o] allí naturalizados.

Argel fue de Tremecén,

pero, por verse apretado,

130

se entregó al rey de Bujía,

que no supo conservarlo.

Estuvo después sujeto

al católico Fernando,

pero fue después de Horrubo,

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que Barbarroja llamaron.

Cercole Carlos, y fue

el mar con Carlos tan bravo,

de una hechicera famosa,

según dicen, conjurado,

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que fue la primer conquista

que perdió en el mundo Carlos,

porque contra el mar no hay armas,

experiencia, ni soldados.

Ha crecido tanto Argel

145

con los robo[s], que es su trato,

y el Rey, o el lugartiniente

del Turco, a quien respetamos,

que vale un millón de escudos,

que no se cuenta del Cairo

150

solamente el alcabala

del sustento necesario.

A las espaldas de un monte,

Francisco, está Argel sentado,

que en las espaldas le tiene

155

porque no pudo en los brazos.

De tres millas de contorno

viven, y están alojados,

más de ochenta mil vecinos,

sin sus familias y esclavos.

160

Dos puertas hay en Argel

con que Argel está guardado:

una al mar y otra a la tierra

de los intentos cristianos,

que después de Carlos fue

165

de sus murallas espanto,

de fuertes y balüartes

le tienen fortificado.

Aquí podrás, si tú quieres,

con hacienda y con regalos

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vivir en tu ley primera,

y poblar del Rey los baños.

Enriquecerás, Francisco,

si Celindo y yo te damos

nuestras cuatro galeotas

175

de a tres remeros por banco,

y gozarás de una mora,

negro cabello, ojos garzos,

más blanca que nieve en copos,

más cándida que alabastro,

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de quien serás recibido

con regalados abrazos

cuando vuelvas de correr

los márgenes valencianos.

FRANCISCO

Incitado me has de suerte

185

que en tus fragatas me parto.

Ni quiero casas ni padres,

viñas, güertas, montes, prados.

Adiós, España, que voy

al África en que habitaron

190

mis agüelos y mayores

en su ley por siglos tantos.

Ya no quiero ser Francisco,

desde hoy más Fuquer me llamo.

No conozco frailes tuyos,

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gózalos tú si son santos.

Mis deudos prendes, España,

por la ley que profesamos;

allá no habrá qué temer.

Moros, a Argel me paso,

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mas, ¡ay de ti!, que he de ser,

como en tu reino criado,

ladrón de casa, y robarte

tus hijos, hacienda, esclavos...

Guía, Dalí.

DALÍ

¡Oh buen Fuquer,

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dame primero esos brazos!

FRANCISCO

Vamos al mar.

DALÍ

Ven tras mí.

Esa plancha acosta el barco.

(LEONARDO, cautivo.)

LEONARDO

  ¡Fiera esclavitud esquiva,

del cielo el mayor castigo,

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donde es dueño el enemigo

que de tanto bien os priva!

  ¡Argel, retrato en la tierra

del castigo del profundo,

porque tenga infierno el mundo

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como en su centro se encierra!

  De ti es claro testimonio

que un infierno y muchos nacen

a donde los turcos hacen

el oficio del demonio,

220

  que si allá a los condenados

obligan a blasfemar,

aquí es más, que a renegar

fuerzan a los bautizados.

  Pues en dar igual tormento,

225

¿qué competencia mayor?

Al alma con el rigor,

al cuerpo con el sustento,

  bizcocho duro mezclado

de lágrimas, que han de dalle

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los ojos para ablandalle,

que ha de ir en agua bañado;

  [a]posento una fajena,

cama el suelo, y compañía

la desta cadena fría

235

que a todas las horas suene;

  en males tan excesivos

no hay otro reloj mejor,

porque es el despertador

el sueño de los cautivos;

240

  trabajar eternamente,

cortar leña, cultivar

los campos, edificar,

sufrir un dueño insolente,

  son aquí nuestros regalos,

245

que solamente se teme

que el pobre cautivo reme,

donde le dan tantos palos

  que, aunque no faltan acá,

es diferente el trabajo.

(Sale AJA, mora.)

AJA

250

A ver los cautivos va.

Dile tú que vuelvo ya.

LEONARDO

  Esto pues, ¿no se compara

con el más crüel rigor?

Mi ama me tiene amor,

255

y amor que en mi muerte para.

  A que la goce me incita,

con que su fuego inhumano

a la espada del tirano

atada un cabello imita.

260

  Caer tiene sobre mí,

que será mi muerte creo.

AJA

¿No me has visto?

LEONARDO

Ya te veo.

AJA

¿Qué estás hablando entre ti?

LEONARDO

  ¿Parécete que no tengo

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de hablar si preso estoy?

AJA

Donde yo tu dueño soy

y a ser tu cautiva vengo,

  ¿de qué te puedes quejar

si no es de ti mismo, ingrato?

270

Trátasme mal, bien te trato,

¿aquel pretendes culpar?

  Aborrécesme y te adoro,

doyte el alma y huyes de mí,

vivo muriendo por ti

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triste de ver que lloro,

  ¿cuál de los dos es crüel?

¿Quién a quien trata más mal?

LEONARDO

Mi amor fuera al tuyo igual

si hubiere igualdad en él,

280

  mas si nos ha dividido

el cielo en patria y en ley,

costumbres, gobierno, rey,

condición, lengua y vestido,

  ¿qué nos basta a conformar

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de todo el poder del suelo?

Que lo que divide el cielo,

¿qué amor lo puede juntar?

AJA

  Aunque bárbara nací,

nombre que allá nos ponéis,

290

¿por qué pensáis que nacéis

con otras almas que aquí?

  No quiero que de esa suerte

pienses que tienes razón

para probar tu intención.

LEONARDO

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Luego, ¿no es verdad?

AJA

Advierte.

  ¿Dios no fue el autor primero

de cuanto vive?

LEONARDO

Es sin duda,

ni habrá criatura tan ruda

que lo niegue.

AJA

Espera.

LEONARDO

Espero.

AJA

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  ¿El alma tiene vestido?

LEONARDO

No.

AJA

¿Tiene patria?

LEONARDO

Sí.

AJA

¿Cuál?

LEONARDO

El cielo, a todas igual,

que para esa patria han sido.

AJA