Las Meditaciones del Quijote
de José Ortega y Gasset

Las Meditaciones del Quijote de José Ortega y Gasset

 

 

Fuente pendientedemigracion.ucm. Para mí, el Quijote es, en primer término, un libro español; en segundo término, un problema apenas planteado o, si queréis, un misterio. Fue Cervantes, ante todo, un gran pescador de lenguaje, de lenguaje vivo, hablado y escrito; a grandes redadas aprisionó Cervantes enorme cantidad de lengua hecha, es decir, que contenía ya una expresión acabada de la mentalidad de un pueblo. El material con que Cervantes trabaja, el elemento simple de su obra, no es el vocablo, sino el refrán, el proverbio, la frase hecha, el donaire, la anécdota, el modismo, el lugar corriente, la lengua popular, en suma, incluyendo en ella la cultura media de Universidades y Seminarios.

 

Con dificultad encontraréis en el Quijote una ocurrencia original, un pensamiento que lleve la mella del alma de su autor. A primera vista parece que Cervantes se ahorra el trabajo de pensar. Deja que la lengua de los arrieros y de los bachilleres, de los pastores y de los soldados, de los golillas, de los buhoneros y vagabundos piensen por él. Desde este punto de vista, el Quijote viene a ser como la enciclopedia del sentido común español, contenida en la lengua española de principios del siglo XVII. No es la cazurrería de Sancho ni la locura de Don Quijote lo que nos asombra y abruma en la lectura del libro inmortal, sino la estupenda discreción de ambos. Con esta primera y superficial visión del Quijote bien se puede decir que la característica de Cervantes es el buen sentido. Don Quijote y Sancho son dos encantadores charlatanes, que derrochan conceptos como el pródigo su riqueza y se recrean en la fácil sabiduría que fluye de sus labios.

 

Hay cierta elocuencia en ambos, cierta complacencia en la verbosidad que revela la falta de esfuerzo mental, la ausencia de reflexión, la alegría de disparar con pólvora ajena, si se me permite la frase. Jamás descubriréis ni en Don Quijote ni en Sancho el esfuerzo para calcar fielmente la línea sinuosa del propio sentimiento. ¿Para qué este esfuerzo? A una anécdota se contesta con otra, a un concepto con el contrario, contra dos refranes hay siempre a mano otros dos, una sentencia se refuta con otra. Cervantes es, en este primer plano de su obra, la antítesis de Teresa de Ávila. En la Santa, lo rico no es el lenguaje, sino lo que pretende expresarse con él; la materia con que labora Teresa es su propia alma; la materia cervantina es el alma española, objetivada ya en la lengua de su siglo. Es en vano buscar a Cervantes, rebuscando en su léxico, con un criterio filológico o meramente lógico y gramatical. Cervantes no aparece entonces por ninguna parte —y esto ha creado el equívoco cervantino—, sino la mentalidad omnibus de la España de su tiempo.

 

Pero la lengua hablada en España, con su castizo contenido mental, es la materia en que Cervantes ha trabajado, no su obra; como una estatua no es la piedra en la cual se la ha esculpido, sino las líneas ideales que en el mármol fue trazando un cincel. Hombres muy sutiles —Gracián, por ejemplo— desdeñaron el Quijote porque, sin duda, no vieron la obra, sino su materia bruta. No es, ciertamente, en la vida de Cervantes, en sus andanzas de pretendiente despreciado, de soldado sin fortuna o de mísero alcabalero, donde es preciso buscar el secreto del Quijote; pero no es tampoco en su libro, entendiendo por tal el abundante caudal de castizos lugares comunes de que está formado.

 

El Quijote es preciso verlo, abarcarlo con una visión mental, representárnoslo, para darnos cuenta de la obra cervantina, y formularnos esta pregunta: ¿Qué hizo Cervantes con la lengua española en ese monumento único que se llama el Quijote? No se pregunta lo que haya pretendido hacer. La obra de un poeta desborda y supera infinitamente su propósito. Cervantes, acaso, pretendió no más que poner en ridículo los libros de caballerías, empresa al alcance de un Pérez Zúñiga de su tiempo; propósito trivialísimo muy propio de un ingenio de tercer orden, que nos da, tal vez, la medida del valor en que Cervantes se tasaba a sí mismo al comenzar su obra. Cierto que la mezquindad del propósito inicial contribuirá a mantener el equívoco cervantino. Pero aquí se pregunta por lo que hizo Cervantes en su libro, y esta interrogación no contestada forma parte, a su vez, de la inmortalidad del Quijote.

 

 

Fuente elrincondelvago Meditación Preliminar

 

EL BOSQUE

 

En esta narración hay muchísimas connotaciones y se compara el bosque con nuestra vida, en especial con nuestra mente y el mundo y sociedad en la que vivimos. El bosque en si no consiste en los diferentes árboles que haya sino que el bosque en si está mucho más atrás de todo eso y si nos adentramos por una vereda iremos caminando ye iremos contemplando el mismo paisaje, siempre el mismo tipo de árbol aunque sean distintos. Y por más que caminemos nunca encontraremos verdaderamente lo que es el bosque. De repente en un área más o menos visible veríamos a un hombre que se va colocando en diversas posiciones sin embargo en un ciclo vicioso. El bosques una suma de posibles actos nuestros, que al realizarse perderían su valor genuino. Lo que se halla enfrente de nosotros es un mero pretexto para ocultar lo que hay dentro.

 

PROFUNDIDAD Y SUPERFICIE

 

Esta meditación se relaciona íntimamente con el bosque y como que el bosque fue algo general y ahora se nos empieza a hablar un poco más explícito. Allí nos dice que gracias a que los árboles cubren el bosque, el bosque existe. La invisibilidad hace que una cosa pueda cambiar o sea una cosa nueva. Muchas personas que están en una posición secundaria logran su plena expansión. En la vida se necesita tanto la ultimidad como la primacía .Hay personas que no alcanzan a distinguir o describir lo profundo y que no comprenden que haya varias especies de claridad. Lo profundo es esencial que se esconda u oculte debajo de lo superficial. Muchas veces desconocemos que cada cosa tenga su propia condición y no la condición que nosotros queremos exigirle. Así como la profundidad necesita ocultarse, la superficie necesita a quien ocultar.

 

ARROYOS Y OROPÉNDOLAS

 

El pensamiento es como el bosque. Cuando el oropéndolas chilla es como un chillido que hace nuestra conciencia. Tenemos dos sonidos delante. Pero yo decido que tan lejos o cerca lo sugiero escuchar y aunque estén cerca decido como los quiero oír. Al abrirlos ojos y los idos entro a un mundo, el de las impresiones o el mundo patente. Para querer entrar a un mundo profundo y superior, necesitamos más que abrir los ojos, ejercitar actos de mayor esfuerzo, pero la medida de este esfuerzo no quita ni pone realidad a aquel. El mundo profundo es tan claro como el superficial, solo que exige más de nosotros.

 

TRASMUNDOS

Aquí ya se nos habla más específicamente del bosque magistral. Este bosque es viajo y se compara esta vejez con la edad que debe de tener un maestro ya que se supone que de esta forma ya a acumulado muchísima sabiduría y grandes experiencias además de ser sereno y múltiple y debe practicar la pedagogía de la insinuación. Cuando comprobamos que una premisa es verdadera ya no nos llama tanto la tensión sino que la usamos rutinariamente por lo que es mejor descubrir nosotros mismos las verdades. El bosque le ha enseñado al maestro que hay un primer plano de realidades, el cual se impone a el y esto son los colores, matices, el gusto de hacer algo; luego las cosas están más lejanas y cuenta trabajo llegar a ellas. El dibujar es el órgano de la profundidad visual.

RESTAURACIÓN Y ERUDICIÓN

Aquí se nos narra que en su mano tiene un libro y es el de Don Quijote. Nos habla un poco de España cuado comenzaba a dejar de brillar. Y que los valores máximos tienen gran limitación o comienzan a padecer por las diferentes limitaciones. En el Quijote se muestra o la historia se desarrolla en España durante la restauración.

CULTURA MEDITERRÁNEA

Aquí se nos dice que la meditación es la forma en que abandonamos este mundo y nos elevamos a algo más grande. Conforme a nuestro esfuerzo es como avanzamos. La meditación es la forma de abrirnos a mundos nuevos llenos de pensamiento e ideas que separamos para su mejor comprensión. Nos dice como es que son diferentes la cultura germánica y latina. Nos dice que la unidad del mar funda la identidad de las costas fronteras.

LO QUE DIJO A GOETHE UN CAPITÁN

 

Aquí se nos habla de la relación entre una cultura y el sujeto el cual se ha formado en base a la cultura en la que ha vivido y se ha desarrollado. Actualmente nos faltan los medios para fijar las relaciones de causa y efecto entre las razas como constituciones orgánicas y las razas como maneras de ser históricas. Se nos hable de diversos pensadores y de la cultura germana y sus pensadores.

 

LA PANTERA O DEL SENSUALISMO

El arte griego busca lo típico y esencial bajo las apariencias concretas. El Mediterráneo está dominado por lo que va a llamarse impropiamente realismo.

Para un mediterráneo no es lo más importante la esencia de las cosas, sino su actualidad. Los latinos han llamado a esto realismo. Ortega se opone a llamar realismo a la actitud específica del mediterráneo, porque en lugar de insistir en las cosas, acentúa su apariencia. De esto se concluye que la realidad cae sobre nosotros de una forma violenta, penetrándonos por las  brechas de los sentidos mientras la idealidad solo se entrega a nuestro esfuerzo.

LAS COSAS Y SU SENTIDO

Concluye que hay dos castas  de hombres: los mediadores y los sensuales. Como para el sensual el órgano es la retina, el paladar, las pulpas de los dedos; el mediador posee el órgano del concepto. El concepto es el órgano normal de la profundidad. Ortega se ha fijado principalmente en la profundidad temporal, que es el pasado, en lo espacial, que es la lejanía. La realidad de ese orden tiene un valor distinto de la realidad que poseen sus elementos. La naturaleza no es sino la máxima estructura en que todos los elementos materiales han entrado.  El ideal sería hacer de cada cosa el centro del universo.  En realidad, esto es lo que hace el amor, o sea, decir que amamos a un objeto, y que por lo tanto es para nosotros el centro del universo. Los límites son como nuevas cosas virtuales que se interpolar entre las materiales, naturalezas esquemáticas cuya misión consiste en marcar los confines de los seres, aproximarlos para que convivan y a la vez distanciarlos  para que no se confundan y aniquilen. Eso es el concepto.

 

EL CONCEPTO

 

A parte de atribuir algo a un concepto o reconocer que ese algo es un concepto cuando lo vemos hay que preguntarnos en si que es o que quiere decir ese concepto. El concepto no puede suplantar las cosas materiales. La misión del concepto no está en expulsar la impresión real. La razón no puede, no tiene que querer sustituir la vida. La razón es una función vital que el hombre hace al vivir. Sin el concepto no sabríamos donde empieza o acaba una cosa. Las cosas son transitorias, no nos pertenecen

 

El concepto nunca nos va a dar lo que nos da la impresión. El sentido es la razón. El concepto es el verdadero instrumento de la percepción y apresamiento de las cosas.

 

CULTURA.-SEGURIDAD

 

Cuando ya hemos pensado algo y sabemos que onda con ese algo cae debajo de nuestro poder.

 

Es un hecho que los productos mejores de nuestra cultura contienen una inseguridad.

 

Una cultura es lo firme frente a lo indeciso, lo fijo frente a lo huidero, es lo claro frente a lo oscuro; la cultura no es toda la vida sino sólo el momento de seguridad, de firmeza, de claridad. El concepto fue inventado como instrumento para asegurar la espontaneidad vital.

 

LA LUZ COMO IMPERATIVO

 

Hay claridad (tranquila posesión espiritual, dominio suficiente de nuestra conciencia sobre las imágenes, el no sentir inquietud ante la amenaza de que un objeto nuestro nos huya) de impresión y claridad de meditación. Claridad no es vida, pero es la plenitud de la vida. El hombre ilumina la realidad, y esa luz es el concepto, la visión intelectiva de lo real, que percibe las cosas en sus límites. La vida tiene ciertos problemas, los cuales mediante la religión se nos proponen resolver por un medio de misterios. En la mayoría de los casos, este misterio nos lleva de lo oscuro a lo tenebroso.

 

INTEGRACIÓN

 

Si no se tienen interpretaciones que sean parte de la vida y el corazón individual, producirá sólo valores equívocos. En los grandes estilos hay una gran personalidad y exposición de ideas y cosas nuevas lo cual nos puede llevar a la meditación y reflexión. El autor nos propone una integración a los conceptos. Necesitamos una tierra firme para el espíritu. Y nos dice que considera a la novela del Quijote como un libro muy profundo con aire burlesco; no hay libro cuyo poder de alusiones simbólicas al sentido del universal de la vida sea tan grande. Realmente hay que formularse preguntas para tener más claro todos estos conceptos.” El individuo no puede orientarse en el universo sino a través de su raza, porque va sumido en ella como la gota en la nube viajera.

 

PARÁBOLA

 

Se relata de un explorador inglés el cual quería buscar un paso por el polo norte por lo que toda la noche se la pasó viajando y por la mañana se dio cuenta que estaba más al sur de lo que se había encontrado el día anterior. Por tanto afán de llegar y descubrir lo que quería no se dio cuenta que andaba sobre un témpano de hielo que las corrientes arrastraban hacia el sur.

 

LA CRÍTICA COMO PATRIOTISMO

 

En este capítulo se hace una muy severa crítica a España. Esta meditación conviene que penetre hasta la última capa de conciencia ética, que someta a análisis sus últimos tejidos, que resiste todos los supuestos nacionales sin aceptar supersticiosamente ninguno. Nos dice que a pesar de que se llaman españoles y viven y se desarrollan es España, hay un mínimo número a los que se le pueden considerar realmente españoles. Cada raza es un ensayo de una nueva manera de vivir, de una nueva sensibilidad; y cuando esta raza consigue desenvolver plenamente sus energías peculiares, se enriquece incalculablemente. Y cuando una raza fracasa toda la posible novedad no es posible.

 

El autor sugiere que España tiene que parecernos perverso, un patriotismo sin perspectiva, sin jerarquías, que acepta como español cuanto ha tenido a bien producirse en nuestras tierras, confundiendo las más ineptas degeneraciones con lo que es España esencial. Lo que suele llamarse España no es eso, sino justamente el fracaso de eso. Y sugiere que para progresar que liberarse del pasado y las tradiciones. Y concluye la primera meditación diciendo que el cielo se tiño de azul, que dejó de oír a los pájaros cantar porque ya estaban dormidos y conforme se alejaba del riachuelo entraba en un mundo de silencio y que tras los pensamientos de aquella tarde de primavera en el boscaje que ciñe el monasterio de El Escorial, su corazón quedó lleno de ternura y asombro por lo maravilloso que es el mundo.