“El problema de la zona euro está en Francia e Italia”
Comercio Exterior

“El problema de la zona euro está en Francia e Italia”

 

 

09/02/2015 Fuente elpais. El banco germano gestiona más de un billón de euros en activos

 

Asoka Wöhrmann (Sri Lanka, 1963) es el jefe de inversión de Deutsche Asset & Wealth Management, la filial de fondos de Deutsche Bank que gestiona más de un billón de euros en activos.

 

Pregunta. ¿Cómo ve la economía mundial?

 

Respuesta. Creo que 2015, desde el punto de vista económico, será bueno. Habrá una continuación del crecimiento global que vimos en 2014, aunque con más volatilidad. Tendremos que aprender a convivir con las oscilaciones en los mercados. Es importante destacar, sin embargo, que estamos en un contexto de crecimiento débil, con baja inflación y donde los ciclos económicos serán más lagos. EE UU liderará el crecimiento mundial y creo que los números de Europa serán mejores, en parte gracias a la contribución de países como España. En China, por ejemplo, será la primera vez en una década que su crecimiento económico sea inferior al 7%, pero ello no supone una gran decepción porque esperamos un crecimiento de mejor calidad.

 

P. ¿Y cómo se reflejará este contexto en los mercados?

 

R. Este año veremos una divergencia en las políticas monetarias de las principales economías. Esta circunstancia en la que está guiando a los mercados, a la evolución de las divisas e incluso a la distribución de activos de los inversores porque tiene un claro impacto en la valoración de las compañías y de los bonos. Por lo tanto, 2015 será un año en el que los inversores deberán poner a prueba todas sus habilidades para lograr retornos positivos. La expansión del balance del BCE dará soporte a la valoración de los bonos y, sobre todo, de la renta variable, y continuará la depreciación del euro.

 

“España, gracias a los ajustes, será un gran país en menos de diez años”

 

P. ¿Hasta dónde puede caer la moneda europea?

 

R. El ciclo del dólar ha durado históricamente una media de siete años. Creo que el ciclo actual no ha terminado. Por lo tanto, aunque al final del ciclo podamos aproximarnos a la paridad, creo que este año podremos irnos a un tipo de cambio de 1,05 o 1,10 y luego volver a niveles de 1,20. Creo que el QE [compra de activos del BCE] tiene su mayor impacto en el mercado de divisas, más que en cualquier otro activo. Un euro débil como consecuencia de la divergencia en las políticas económicas da la posibilidad de comprar tiempo para que diferentes países de la zona euro hagan la reestructuración que tienen pendiente. España es un ejemplo excelente de los frutos de las reformas, Irlanda también trabaja en el buen camino, incluso Portugal. Creo que los problemas de la Eurozona están en países como Francia e Italia que deben aprovechar un escenario de euro débil y apoyo monetario del BCE para acometer reformas profundas que llevan años retrasando.

 

P. ¿Teme los efectos económicos de la deflación?

 

“Cuando un partido llega al poder suele moderarse y ser más pragmático”

 

R. El desplome del petróleo está provocando caídas en los precios. Podemos ver el IPC en terreno negativo durante tiempo. Muchos inversores relacionan deflación con recesión. Sin embargo, la inflación subyacente, por lo menos en Europa, no muestra una tendencia deflacionista. Es cierto que la caída de los precios es un factor a tener en cuenta, pero de momento no veo que Europa sea el nuevo Japón. Allí la deflación vino provocada por una caída de los sueldos en términos nominales durante un tiempo prolongado, circunstancia que no se da en la zona euro.

 

P. ¿Asistimos a una nueva guerra de divisas?

 

R. No me gusta usar la expresión “guerra de divisas”. Para mí las monedas son el principal instrumento para reequilibrar la economía mundial. Algunos países usan esa herramienta de forma voluntaria y otros no. En teoría hay varias economías que se están beneficiando de la depreciación de sus divisas. Para mí el euro es el mayor instrumento de disciplina económica del último siglo. A través de la moneda común todos los ajustes en Europa son reales. En el pasado, los países podían devaluar sus monedas sin tener que realizar ajustes. Es por ese motivo por lo que soy tan positivo con España. Es un país que ha llevado a cabo una profundísima reestructuración, con altos costes como la tasa de paro, pero que en menos de diez años será un gran país. El caso de España me recuerda mucho a la travesía que tuvo que realizar Alemania y que ahora tiene su recompensa. Cuando el euro fue una realidad se fijó un tipo de cambio de 1,17 dólares, un nivel parecido al de hoy. Entonces la situación económica era mejor que la actual por lo que no hay motivos para no tener un tipo de cambio inferior a ese punto de partida.

 

P. La economía española mejora, pero no la situación de los ciudadanos...

 

R. Para los ciudadanos españoles el ajuste ha sido extremo en términos de empleo, pero este fuerte proceso de ajuste tiene su recompensa a largo plazo. España ya está creando 400.000 empleos, es cierto que con sueldos más bajos, pero es un punto de partida para el largo viaje del crecimiento. España será un país de éxito dentro de unos años.

 

P. ¿Sería posible ver una salida de Grecia del euro?

 

R. Una cosa que he aprendido desde el inicio de la crisis es que nunca se puede decir nunca. ¿Es Grecia el mayor problema de Europa? Si un país decide voluntariamente salir de la Unión se podría producir un gran daño por el riesgo de contagio. La discusión es, ¿Grecia quiere abandonar el euro? La posibilidad en mi opinión es bastante pequeña y no es una alternativa racional. Incluso Tsipras [primer ministro de Grecia] sabe del peligro que esa decisión conllevaría ya que deberían financiar por sí mismos su déficit fiscal con un mercado totalmente cerrado para Grecia. En las negociaciones que se van a producir los políticos de ambos bandos deben tener cuidado con sus posturas retóricas. La gente, y no solo en Grecia, está muy sensible y el mayor peligro para una economía es la fuga de capitales. Es cierto que a corto plazo Grecia será un factor que podrá traer más volatilidad al mercado, pero no estoy muy preocupado porque cuando los partidos fuertes de la oposición alcanzan el poder después de un largo periodo de tiempo, cuando llegan al poder, suelen moderarse y ser más pragmáticos.

 

P. ¿Cuál es su activo de inversión favorito en 2015?

 

R. Nos gusta la renta variable, a pesar de la volatilidad. Dentro de las acciones, nos gustan las compañías europeas. A pesar de la incertidumbre politica creo que las empresas europeas están infravaloradas. Además, cuentan con el apoyo de un euro débil y del programa del BCE. También les favorece la caída del precio del petróleo, que es mejor que cualquier bajada de impuestos. Otro activo que creo que pude comportarse bien es el oro que puede ser una protección frente a la depreciación de las monedas provocada por los bancos centrales.

 

P. En renta fija, ¿mejor estar fuera?

 

R. El mercado alcista de los bonos, que acumula ya 33 años, está cerca de su fin. Un inversor no puede comprar deuda pública solo para diversificar. ¿De qué clase de rentabilidades hablamos con los bonos alemanes o japoneses? Se pierde poder adquisitivo. En las emisiones de menor calidad puedes lograr un 5% o 6%, pero debes saber que hay riesgo de default y menor liquidez si hay una crisis. Hay que conocer bien estos mercados si quieres invertir en ellos. De todas formas, tampoco veo un fenómeno de pánico en el mercado de bonos porque los bancos centrales están siendo muy activos en la compra de deuda.