Guerra Civil en una Europa de barbarie
De interés general

Guerra Civil en una Europa de barbarie

 

 

13/06/2014 Fuente elpais. El historiador Carlos Gil Andrés contextualiza la contienda española a través de 39 episodios

 

Carlos Gil Andrés (Logroño, 1968) es un prestigioso historiador español contemporaneísta que resulta ser también un excelente profesor de enseñanza secundaria (adenda personal: ¡pobre universidad española la que se permite prescindir de contar en su seno con figuras así!). Y ambas facetas dejan su imborrable impronta en su última obra publicada, que se presenta, de manera harto modesta, como “una síntesis divulgativa de la historia de la guerra civil española”. El libro, publicado bajo el título Españoles en guerra, es, ciertamente, una introducción de apenas 260 páginas sobre ese fenómeno histórico que constituye, sin ningún género de dudas, el fenómeno más crucial y decisivo de la historia española del siglo XX y aun de su historia contemporánea global. Pero, tanto por su estructura como por su contenido, cabe considerarlo como algo más que una buena síntesis introductoria: es una magnífica aportación a la literatura historiográfica sobre el conflicto, producto de una larga dedicación profesional al asunto, con sus implícitas lecturas de centenares de monografías específicas y de obligadas consultas en los fondos archivísticos pertinentes.

 

Por lo que respecta a su formato, la faceta docente del autor se aprecia y se distingue por seguir una estructura discursiva muy peculiar y que parece legataria de los manuales de texto habituales en la enseñanza secundaria. La opción, a la postre, se revela muy efectiva en sus propósitos informativos y explicativos. No en vano, el libro se organiza en torno a 39 episodios que tratan de ofrecer una panorámica sintética, pero nada simplista, de otras tantas facetas de un conflicto definido como “una lucha de clases sociales, de ideologías enfrentadas, de identidades comunitarias, de sentimientos nacionales y de creencias religiosas”.

 

Entre esos 39 episodios cabe encontrar sendas biografías (de Franco a Azaña, pasando por Mola y Negrín), descripciones de organizaciones (de Falange al Requeté, pasando por las Brigadas Internacionales o el Ejército Popular), explicaciones de procesos (de la primavera de 1936 al derrumbe de la República en 1939, pasando por la guerra de columnas o la vida en las trincheras) o narraciones de eventos singulares (del golpe de Estado de julio de 1936 a la batalla del Ebro, pasando por la batalla de Madrid o la caída de Cataluña). Todo ello en no más de seis o siete páginas por episodio y siempre con el mismo esquema arquitectónico de indudable eficacia didáctica: una básica presentación sumaria del episodio (en menos de seis oraciones, como norma general); un texto corrido voluntariamente sencillo y que aúna la elegancia formal con la actualización informativa; un pequeño anexo de menos de una página sobre un aspecto concreto dentro del episodio, y, finalmente, y como verdadero colofón, una “idea en síntesis” que condensa todo lo argumentado y explicado.

 

Dejando a un lado el aspecto formal, la obra destaca sobre todo por su sólido fundamento temático y conceptual: los 39 episodios son pequeñas pero magistrales síntesis sobre el fenómeno tratado, con plena actualización historiográfica de sus contenidos. Un breve ejemplo sobre una temática de suma vigencia cívica en la España de hoy día: Gil Andrés aborda en dos episodios sucesivos la violencia desatada en ambas retaguardias que cosechó, en sus propias palabras, “50.000 personas asesinadas en la retaguardia republicana y 130.000 muertes violentas de la zona dominada por los franquistas” (en guerra y posguerra), una cifra casi similar a los muertos en combate (en torno a 200.000). Y esa cosecha de sangre no se presenta como el fruto del patrimonio genético de una raza española violenta y atávica: “La violencia extrema de la Guerra Civil no fue resultado de una locura colectiva, no fue el fruto del odio de dos Españas condenadas trágicamente a enfrentarse”. Antes bien, es un rasgo característico de “una guerra civil y una guerra total, como la española, librada en la barbarie de la Europa de entreguerras”, conflictos que se definen por “la brutalidad y la crueldad de la violencia dirigida contra la población civil”.

 

 

Los 39 episodios son pequeñas pero magistrales síntesis sobre el fenómeno tratado

 

En otras palabras: Gil Andrés contextualiza a la perfección el fenómeno español en el marco continental europeo donde adquiere todo su sentido y significado. Y por eso mismo acierta a explicar con precisión el carácter de ambas violencias coetáneas, con independencia de sus rasgos diferenciales. Así, por ejemplo, define el carácter de la represión franquista sin asomos de juicios morales anacrónicos o santificantes: “Los militares sublevados, los primeros responsables de lo ocurrido, impusieron un terror brutal, premeditado y calculado”; “un proyecto de limpieza política para exterminar la experiencia republicana” (frase que encierra la “idea en síntesis” de este apartado). Pero no se queda corto al tratar de la otra violencia, sin ribetes exculpatorios improcedentes: “La violencia homicida de la retaguardia republicana fue también terrible. No fue una mera explosión de ira popular, espontánea y descontrolada. En los partidos de izquierda, en los sindicatos obreros y en las mismas instituciones estatales hubo muchos responsables de decenas de miles de asesinatos”.

 

Por su ecuanimidad de trato, solvencia de fundamentos y elegancia discursiva, la obra de Gil Andrés constituye, así pues, una bienvenida aportación a la literatura sobre la guerra civil española en el mismo año en el que conmemoramos el 75º aniversario de su terminación un muy lejano 1 de abril de 1939.