Cómo adueñarse del universo
De interés general

Cómo adueñarse del universo. De interés general

 

 

15/08/2013 Fuente lanacion. J. Abrams consiguió el trabajo más codiciado de Hollywood, uno que probablemente nadie quiera robarle. No por nada, el horror que experimentaron millones de fanáticos de  Star Wars  a la hora de descubrir que su supervivencia -tras la venta de Lucasfilm a Disney- dependía del actual dueño de su archienemigo  Star Trek  se acalló con un gesto resignado: no había nadie más que ostentara tanto la sensibilidad apropiada como el poder necesario para repoblar esa galaxia tan lejana. Abrams es el nuevo dueño del universo en lo que a Hollywood respecta, y al universo le parece bien.

 

Después de todo, revivir a  Star Trek  no era tarea sencilla: demasiadas historias, demasiados ideales, demasiadas civilizaciones. Todo en  Viaje a las estrellas  es excesivo: su sed de conocimiento, de aventuras, de contacto, su confianza en un progreso inevitable, su convicción de que sólo en conjunto podemos trascender los egoísmos que -se argumenta- son parte necesaria de todo ser viviente.

 

Al tomar estos paradigmas y usarlos para destilar la esencia de sus personajes, descartando los sedimentos de casi 40 años de narración, Abrams establece múltiples niveles de narración que satisfacen tanto a los idealistas de la época del capitán Kirk como a los treintañeros irónicos de Picard, sin descuidar a aquellos que -por edad o por su intimidante canon- no habían visitado aún uno de los universos más vitales de la cultura popular.

 

Al estar atado  Star Wars  a la sensibilidad de una sola persona -George Lucas- los riesgos de resucitarlo son mayores, aunque el cambio de guardia era esperable y hasta bienvenido tras la decepción de la segunda trilogía. Aunque  Star Wars  y  Star Trek  encarnan opuestos (espiritualidad vs. ciencia, individuo vs. equipo, monarquía vs. democracia), es claro que Abrams tiene más de un truco mental de jedi bajo la manga..