Un futuro golpeado en el horizonte de la mujer
De interés general

Un futuro golpeado en el horizonte de la mujer. De interés general

 

 

01/08/2013 Fuente revistaenie. Un tercio de la población femenina del mundo, sufrirá algún tipo de violencia, señala un estudio de la OMS. La especialista Karina Bidaseca alerta sobre estos crímenes.

 

Más de un tercio de las mujeres del mundo (35,6 por ciento) experimentará violencia física o sexual en su vida, en general de un hombre que es su pareja, según el primer estudio amplio en su tipo, llevado a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

El informe revela la alarmante frecuencia de las agresiones contra las mujeres cometidas por los hombres con quienes comparten su vida, ya que un 30 por ciento de ellas son atacadas por su compañero. También muestra que un gran porcentaje de los asesinatos de mujeres –38 por ciento– es obra de sus parejas.

 

“Estas conclusiones transmiten el contundente mensaje de que la violencia contra las mujeres es un problema de salud mundial de proporciones epidémicas”, dijo la Dra. Margaret Chan, directora general de la OMS. “También vemos que los sistemas de salud del mundo pueden y deben hacer más por las mujeres que sufren violencia”. Los mayores niveles de violencia contra las mujeres se dan en Africa, donde casi la mitad de ellas –45,6 por ciento– sufren agresiones físicas o sexuales. En Europa, el porcentaje es de 27,2 por ciento. Sin embargo, los países ricos no necesariamente son más seguros para las mujeres: un tercio de las mujeres de los países de altos ingresos (32,7 por ciento) sufrirán violencia en algún momento de su vida.

 

Casi la mitad de las mujeres que experimentan agresiones –42 por ciento– son lesionadas como resultado de ellas, lo que puede llamar la atención del personal de salud. Esa, explica el informe, es a menudo la primera oportunidad para detectar la violencia doméstica y ofrecer ayuda a la mujer. La violencia tiene un efecto profundo en la salud de las mujeres. Algunas llegan al hospital con fracturas de huesos, mientras que otras sufren complicaciones en el embarazo y problemas mentales.

 

Los dos informes de la OMS –uno sobre el grado de difusión de la violencia y el otro con directrices para el personal médico sobre cómo ayudar a las mujeres– fueron elaborados por la Dra. Claudia García-Moreno, especialista en género, derechos reproductivos, salud sexual y adolescencia de la OMS, y la profesora Charlotte Watts, epidemióloga que se especializa en género, violencia y salud en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

 

“Por primera vez, comparamos los datos de todo el mundo sobre la magnitud de la violencia ejercida por un compañero y la violencia sexual ejercida por terceros y el impacto de este tipo de violencia en la salud”, señaló la Dra. García-Moreno. Las consecuencias comprenden sida y otras enfermedades de transmisión sexual, depresión, alcoholismo, embarazos no deseados y bebés de bajo peso al nacer.

 

Se registraron variaciones en los índices de violencia contra las mujeres en las diferentes regiones del mundo pero, según destacó García-Moreno, “en todas las regiones que estudiamos, son inaceptablemente altos”.

 

Incluso en los países de altos ingresos, el 23,2 por ciento de las mujeres sufre violencia física y/o sexual cometida por el hombre con quien comparten su vida, muestran los datos de 81 países. El porcentaje mundial de mujeres agredidas por un compañero es del 30 por ciento. En los países de altos ingresos se registran más agresiones sexuales y violaciones por parte de familiares o extraños que en cualquier otra parte del mundo: el informe dice que el 12,6 por ciento de las mujeres de países ricos sufrirán una agresión sexual de un extraño en su vida, proporción superior a la de Africa, que asciende al 11,9 por ciento. Pero los datos sobre este tipo de delito no están correctamente registrados en todas las regiones.

 

Las autoras afirman que sus investigaciones anteriores muestran que las mujeres con mayor nivel de educación tienen menos probabilidades de sufrir violencia y también aquellas que tienen empleo, aunque no en todas las regiones.

 

Es necesario abordar las normas sociales, expresó Watts. “¿Cuáles son las actitudes de la sociedad respecto de la aceptación de determinadas formas de violencia contra las mujeres?” preguntó. “En algunas sociedades no están bien vistas, pero no en todas”.

 

 

“Creo que estas cifras son un llamado de atención para que todos prestemos más atención al tema”, manifestó García-Moreno. En la última década, hubo creciente conciencia del problema, agregó, pero “debemos reconocer que es un problema complejo. No tenemos una vacuna o una pastilla”. Las nuevas directrices clínicas y políticas de la OMS recomiendan capacitar al personal de salud para reconocer los indicios de violencia doméstica y agresión sexual, pero descartan un chequeo general: no hay motivos para preguntar a cada mujer que llega a un consultorio si ha sufrido violencia.

 

“Pero si uno ve que una mujer vuelve varias veces con lesiones no reveladas, debería preguntarle sobre la violencia doméstica”, dijo García-Moreno. “Cuando yo estudiaba en la facultad de Medicina, esto no era algo que se aprendiera o que se conociera. Años después, en ocasiones me vi en una situación en la que me daba cuenta de que a la mujer que estaba entrevistando le pasaba otra cosa pero no percibía que el problema era la violencia doméstica. Creo que ahora manejaría la entrevista de manera muy diferente”.