Fabricantes de línea blanca, "en el horno": no pueden subir precios en
Comercio Exterior

Fabricantes de línea blanca, "en el horno": no pueden subir precios en medio de una puja salarial caliente

 

 

23-03-2014 Fuente iprofesional. El Gobierno busca que las remuneraciones se conviertan en el nuevo "ancla" inflacionaria. Por ello, intenta congelar los valores de bienes sensibles y así evitar que se fogoneen las exigencias de los gremios. Industriales alertan por fuerte pérdida de rentabilidad y problemas en la cadena de pagos

 

En momentos en que sindicatos y cámaras empresarias se están sentando a negociar los próximos aumentos, el Gobierno intenta, más que nunca, evitar que cualquier "ruido" se convierta en una chispa que pueda fogonear las exigencias de los gremios.

 

Con el objetivo de que los salarios se conviertan en el nuevo "ancla" de la inflación, la administración K está poniendo sus fichas en llevar la mayor tranquilidad posible al mercado.

 

Por un lado, el titular del BCRA, Juan Carlos Fábrega es el artífice de la actual "paz cambiaria", de la mano de un dólar oficial más controlado y un blue aletargado, lejos de los sobresaltos de enero último.

 

Por otra parte, a través del ministro Axel Kicillof y del secretario Augusto Costa, el Gobierno reforzó su política de control de precios, de modo de evitar que un impacto al alza en el costo de vida repercuta en mayores presiones desde el ala sindical.

 

En su reciente conferencia -durante la cual informó un aumento del índice de precios del 3,4%-, Kicillof remarcó el "éxito" de la estrategia oficial: aseguró que, tras los datos de febrero, el indicador correspondiente a marzo viene mostrando síntomas de "desaceleración", al tiempo que volvió a apuntar sus cañones en contra de aquellos sectores que habían avanzado con subas "injustificadas".

 

En el banquillo puso a las automotrices, dado que, según explicó el joven ministro, la mayor parte de los 0Km que quedaron fuera del impuestazo a las unidades de alta gama experimentaron subas de precios superiores incluso al 30% cuando, según la estructura de costos que maneja el Gobierno, los valores al público no deberían haberse ajustado más allá de un 14% tras la devaluación.

 

Cabe recordar que el Ejecutivo ató cualquier posibilidad de rever una flexibilización del tributo a que las automotrices retrotraigan sus precios hasta los niveles considerados "aceptables" por la Secretaría de Comercio Interior.

 

En este contexto, entre los "mejores alumnos" de la administración K actualmente figuran todos los eslabones que conforman la cadena de artículos del hogar, es decir, tanto fabricantes como comercios.

 

A diferencia de lo que ocurrió con el sector automotor o en el negocio farmacéutico, en los cuales el Gobierno está teniendo serias dificultades para imponer cierto "orden", en el rubro de los electro los precios no se movieron siquiera un centavo luego de que Kicillof les concediera aplicar únicamente un ajuste de hasta 7,5% respecto a los niveles de diciembre.

 

Así, tras este incremento que tuvo lugar en enero -y que no llegó a compensar la suba de costos de una industria que llega a requerir hasta un 90% de contenido importado-, los valores de venta al público están por cumplir dos meses completamente "freezados".

 

Y todo indica que el plan de congelar precios, en momentos altamente sensibles -dado que se están comenzando a definir numerosas negociaciones paritarias-, continuará inalterable de esta manera, al menos hasta que el Gobierno considere que hayan pasado las "horas críticas" en materia salarial.

 

Según pudo saber iProfesional, días atrás, el propio Costa encabezó una reunión con los principales referentes del sector de línea blanca durante la cual les comunicó de manera clara y precisa, tanto a los fabricantes como a importadores, que deberán tener "muchísima prudencia" en materia de precios.

 

"Costa nos pidió que seamos cautos y nos explicó que, hasta que no estén definidas las subas salariales, no pensemos en realizar ajustes importantes", aseguró bajo estricto off the record un empresario que formó parte de la cumbre.

 

El directivo, a pesar de reconocer que se trató de "una reunión cordial, sin el tono amenazador que se vivía en épocas de Guillermo Moreno", no ocultó su preocupación dado que la política de precios perjudica a todos los fabricantes de línea blanca, al tratarse de un sector que "desde el mes de octubre acumula un alza de costos del 20% promedio".

 

Rentabilidad en la mira

Pese a que desde el Gobierno anuncian que más del 90% de los lavarropas, cocinas y heladeras que se comercializan en el mercado interno son de producción nacional, en realidad existe una alta exposición a partes y piezas con valores dolarizados.

 

En el caso de los lavarropas, por ejemplo, todo el conjunto de electrónica, que está entre los insumos más caros, debe ser traído de afuera, de modo que en algunas marcas el contenido local genuino se acerca sólo al 50%.

 

Por el lado de las heladeras, los motores -que explican más de la mitad del costo de una unidad-, no se fabrican en el país sino que se importan desde China o Brasil.

 

El presidente de una empresa del sector, que pidió estricto off the record, explicó que "entre el 60% y 70% de los insumos con los que trabajan las frimas de línea blanca están dolarizados. Los plásticos o las pinturas, por ejemplo, están elaborados con insumos de afuera. Por eso tememos que se vea pulverizada la rentabilidad y afectado el empleo si en los próximos meses no podemos trasladar estos costos a precios".

 

Un punto clave es que el Gobierno se había comprometido a controlar los valores de venta de los llamados insumos difundidos, como chapa o plásticos. Sin embargo, según alertaron desde el sector, los mismos continuaron llegando con aumentos, a lo que se sumaron fuertes problemas en la cadena de pagos.

 

En este sentido, los empresarios coinciden en que, mientras que hasta diciembre los proveedores de estas industrias daban 60 días promedio de pago, "en la actualidad otorgan una semana de plazo o directamente la cancelación de las facturas se realiza contra entrega".

 

Lo que más preocupa a los empresarios es que los funcionarios no les brindaron fechas precisas sobre cuándo podrán efectuar la próxima corrección de precios.

 

"Nos pidieron que seamos pacientes. Sólo eso", confirmó a este medio uno de los asistentes, quien no ocultó su malestar dado que las compañías de línea blanca esperaban que, en esa reunión, el Gobierno diera luz verde con alzas que permitieran recomponer "de un saque" la rentabilidad.

 

Cabe recordar que, antes del aumento permitido de enero, el anterior ajuste lo había autorizado Moreno en octubre de 2013, antes de que el tipo de cambio acelerara su marcha y deteriorara significativamente la rentabilidad.

 

El otro punto que tiene inquietos a los industriales, es que Costa comenzó a solicitarles -como empezó a hacer con automotrices y autopartistas- toda la estructura de costos, con precios de venta de los productos que fabrican, así como también de los insumos.

 

Más oxígeno al consumo

En este momento complejo que atraviesan los fabricantes de línea blanca y electrónica, el consumo está consiguiendo algo de oxígeno luego del desplome de la actividad que tuvo lugar tras el abrupto achicamiento de los planes de pago y de la fuerte alza de las tasas de interés.

 

En los últimos días, los comercios de venta de electro, así como los supermercados, renegociaron acuerdos de financiamiento con las principales emisoras de plásticos, los cuales se habían convertido en una variable fundamental para sostener las ventas.

 

Cabe recordar que en febrero, el "estándar" para los planes de pago sin interés se había achicado hasta las 6 cuotas, en tanto que financiar una compra a lo largo de un año había pasado a tener un sobrecosto del 40% promedio, es decir, muy por encima de las mejoras salariales esperadas para este 2014.

 

Este brusco cambio de escenario comenzó a ponerle punto final al fenómeno de "licuación", que consiste en adquirir un producto a cancelar en varios meses (cuota fija) para así ir diluyendo el valor de la cuota en función de los incrementos en las remuneraciones.

 

Sin embargo, marzo implicó un cambio de tendencia: el hecho de haber reflotado los planes de 12 cuotas y que el Gobierno prohíba a los fabricantes aplicar nuevos ajustes en los precios, está permitiendo que el consumo -con ciertas limitaciones- de a poco regrese a un escenario similar al que imperaba pre devaluación.

 

El punto central y que ayudará a torcer un primer trimestre para el que se preveían fuertes caídas en el nivel de ventas, es que las promos sin interés, -que en un principio se estimaba iban a recaer sólo en televisores, en plena efervecencia por el Mundial de Fútbol- se están haciendo extensivas a todo tipo de productos.

 

"El mercado se dio un baño de realidad. Cuando cayeron los planes de pago las ventas se desplomaron. Esto obligó a que las cadenas de retail intentaran por todos los medios reflotar los acuerdos con las emisoras y bancos", destacó Horacio Lazarte, economista de Abeceb.

 

Desde la consultora, que antes del regreso de la "fiesta" de cuotas estimaban un nivel de caída en ventas del orden del 6% respecto a 2013, ahora están a la expectativa del nuevo escenario.

 

Sin embargo, los expertos consideran que el futuro del sector no estará tan atado al "efecto Mundial", sino que el "campeonato" de ventas estará más que nada vinculado con el tema cambiario.

 

Sucede que, según Lazarte, "la presión inflacionaria está llevando a que toda la mejora en competitividad que dio la devaluación de enero esté agotándose. Esto acelera la posibilidad de una nueva devaluación. De ocurrir, esto implicará otro nuevo golpe al consumo".