Rimas XV a XXIII
de Gustavo Adolfo Bécquer

Rimas XV a XXIII. Gustavo Adolfo Bécquer

 

 

Fuente ciudadseva. Rima XV - Cendal flotante

 

 

Cendal flotante de leve bruma,

rizada cinta de blanca espuma,

rumor sonoro

de arpa de oro,

beso del aura, onda de luz:

      eso eres tú.

Tú, sombra aérea, que cuantas veces

voy a tocarte te desvaneces

¡como la llama, como el sonido,

como la niebla, como el gemido

      del lago azul!

 

En mar sin playas onda sonante,

en el vacío cometa errante,

largo lamento

del ronco viento,

ansia perpetua de algo mejor,

      ¡eso soy yo!

 

Yo, que a tus ojos, en mi agonía,

los ojos vuelvo de noche y día;

yo, que incansable corro y demente

¡tras una sombra, tras la hija ardiente

      de una visión!

 

Rima XVI

 

Gustavo Adolfo Bécquer

 

Si al mecer las azules campanillas

de tu balcón

crees que suspirando pasa el viento

murmurador,

sabe que, oculto entre las verdes hojas,

suspiro yo.

 

Si al resonar confuso a tus espaldas

vago rumor

crees que por tu nombre te ha llamado

lejana voz,

sabe que, entre las sombras que te cercan,

te llamo yo.

 

Si te turba medroso en la alta noche

tu corazón,

al sentir en tus labios un aliento

abrasador,

sabe que, aunque invisible, al lado tuyo

respiro yo.

 

Rima XVII

 

Gustavo Adolfo Bécquer

 

Hoy la tierra y los cielos me sonríen;

hoy llega al fondo de mi alma el sol;

hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado...

¡Hoy creo en Dios!

 

Rima XVIII

 

Gustavo Adolfo Bécquer

 

Fatigada del baile,

encendido el color, breve el aliento,

apoyada en mi brazo,

del salón se detuvo en un extremo.

 

Entre la leve gasa

que levanta el palpitante seno

una flor se mecía

en compasado y dulce movimiento.

 

Como en cuna de nácar

que empuja el mar y que acaricia el céfiro,

tal vez allí dormía

al soplo de sus labios entreabiertos.

 

¡Oh! ¿Quién así -pensaba-

dejar pudiera deslizarse el tiempo?

¡Oh, si las flores duermen,

qué dulcísimo sueño!

 

Rima XIX

 

Gustavo Adolfo Bécquer

 

Cuando sobre el pecho inclinas

la melancólica frente,

una azucena tronchada

me pareces.

 

Porque al darte la pureza

de que es símbolo celeste,

como a ella te hizo Dios:

de oro y nieve.

 

Rima XX

 

Gustavo Adolfo Bécquer

 

Sabe, si alguna vez tus labios rojos

quema invisible atmósfera abrasada,

que el alma que hablar puede con los ojos

también puede besar con la mirada.

 

Rima XXI - ¿Qué es poesía?

 

Gustavo Adolfo Bécquer

 

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas

en mi pupila tu pupila azul.

¿Que es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?

Poesía... eres tú.

 

Rima XXII

 

Gustavo Adolfo Bécquer

 

¿Cómo vive esa rosa que has prendido

junto a tu corazón?

Nunca hasta ahora contemplé en la tierra

sobre el volcán la flor.

 

Rima XXIII - Por un beso

 

Gustavo Adolfo Bécquer

 

Por una mirada, un mundo,

por una sonrisa, un cielo,

por un beso... ¡yo no sé

qué te diera por un beso!