EL LOBO ESTEPARIO
de Hermann Hesse

EL LOBO ESTEPARIO. DE INTERÉS GENERAL

 

 

Fuente el-lobo-estepario. El domingo pasado Radar recordó a Humberto "Cacho" Constantini. Quizá por coincidencia, hace poco me puse a leer un libro suyo que tenía pendiente, "De Dioses, hombrecitos y policías". Una lectura que me hizo revivir las sensaciones de los años de plomo, cuando cualquier gil de cuarta como uno podía tener un legajo en algún organismo de inteligencia y estar expuesto a un destino nefasto.

 

 De las páginas de "De Dioses, hombrecitos y policías", algunos legajos ficticios, pero seguramente no muy distintos de los que existieron en la realidad.

 

 Dedicado a los que no están podridos de que les hablen de la dictadura.

 

 

PULICICCHIO JOSÉ MARÍA (a) Pepe

 

Argentino, 47 años, soltero, empleado en el Banco de la Nación, sucursal Villa Urquiza.

    Aunque no registra antecedentes penales ni policiales hay indicios suficientes para considerarlo sujeto peligroso, a saber:

  

1) Su apellido y su teléfono figuran en la libreta de direcciones del extremista Anselmo Fernández (a) Pelado, el cual al fallecer por accidental paro cardíaco durante el interrogatorio, no alcanzó a dar ninguna explicación sobre el particular.

   

2) En varias de las numerosas fotos obtenidas por esta repartición durante los sepelios de los dirigentes extremistas Ortega Peña y Silvio Frondizi, muertos por desconocidos, aparece en segundo plano un individuo delgado, de anteojos y con calvicie incipiente que, según datos de peritaje fotográfico no sería otro que J. M. Pulicicchio, hábilmente maquillado.

   

3) De las declaraciones de Mastandrea surge que el sujeto es colaborador inmediato (segundo lugarteniente) de la Zimmerman, o sea: cuadro relevante en la organización.

 

4) En juicio (favorable) que le formuló a Mastandrea acerca de un soneto de su autoría intitulado RESTAURACIÖN, Pulicicchio, según nuestro informante, debió esforzarse para disimular su actitud irónica hacia figuras señeras de nuestra Historia, así como su adhesión a los diversos símbolos de la antipatria.

  

5) Otrosí: En la larga, confusa y contradictoria declaración que hizo Mastandrea, algo apretado por el oficial Farías, Pulicicchio aparece como especialista en obras licenciosas, obscenas y pornográficas. Por medio de estas aberraciones (y seguramente, de otras aun más perversas e inimaginables), según Mastandrea, el sujeto logra corromper y obtiene la enfermiza y total adhesión de la Bengoechea. Agrega que la Bengoechea antes del ingreso de Pulicicchio a la organización mantenía con Mastandrea relaciones sumamente afectuosas, las que luego, por presión de su dominador, fueron bruscamente interrumpidas.

   

6) No es improbable, de acuerdo a todo lo antedicho, que el sujeto, además de estar comprometido con el extremismo, se encuentre vinculado al tráfico y/o consumo de estupefacientes.

 

 

SOSA ROMILIO (a) El Negro

 

Argentino, 23 años, soltero, obrero textil.

   

Nacido en la localidad de Monteros (Pcia. de Tucumán), lo mismo que la difunta ex presidenta de Polimnia, Brígida Urdampilleta o Brígida Ramírez. No sería extraño, por lo tanto, una vinculación directa de la célula con la delincuencia apátrida asentada en aquella provincia.

   

Obrero de la fábrica Sudamtex y, lo que es más grave, subdelegado de la sección Cardado. En la asamblea del 5/7/75 votó a favor del paro.

   

Militante de la Juventud Peronista.

   

Comparte una vivienda en la villa de Colegiales. Según un informante nuestro, en la villa participa activamente en reuniones vecinales, y anda metido en cuanta manifestación, bochinche o petitorio se organiza por allí.

   

Según otro informante es de los que van a la cabeza portando banderas o golpeando un bombo.

    Intervino en un supuesto festival en la villa recitando versos camperos.

   

Se lo ha visto realizando secretos trabajos de albañilería en la finca de Teodoro Vilardebó 2562, por lo que se sospecha la existencia en la mencionada finca de una "cárcel del pueblo".

   

Considerado como altamente peligroso.

 

 

 FRUGONI ANÍBAL (a) El Zurdo

 

Argentino, 46 años, casado, comerciante.

   

Sin antecedentes registrados.

   

Propietario del bazar "La Flor de Lis". Miembro de la "Unión de Comerciantes de la calle Cuenca", y socio de la "Cooperadora del Hogar Policial". Todo parece tratarse de una hábil maniobra de cobertura.

   

Informes llegados a la Seccional 45ª, desde la mesa de trabajo de Cuenca y Nogoyá, lo sindican como traficante de drogas y drogadicto, jefe de la organización extremista declarada ilegal en 1973, contrabandista de veladores y barómetros de pared, reducidor de objetos robados, homosexual, librador de cheques sin fondo, amigo de Héctor J. Cámpora, tratante de blancas, falsificador de cuadros, infiltrado, sádico y poeta.

   

Izquierdista confeso. Significativamente firma sus escritos como "El Zurdo Aníbal".

 

Humberto Constantini, De Dioses, hombrecitos y policías. Narradores Argentinos de Hoy, Editorial Bruguera, Buenos Aires, 1984.

 

 

El tiempo es superior al espacio

 

 

Si yo fuera católico y creyente (no es el caso), diría que con la elección de Jorge Mario Bergoglio como Papa, el Espíritu Santo ha decidido someter a una dura prueba a la coalición peronista-progresista que conforma el "kirchnerismo". Sea por las sospechas sobre su actuación durante el Proceso, por su campaña contra el matrimonio igualitario, por sus choques con Néstor y Cristina Kirchner o por lo que fuere, la novedad cayó como una patada al hígado en muchos espíritus "progres" (y añado que mi primera reacción tampoco fue de agrado). En cambio, sea por convicción o por cálculo, gran parte del peronismo K se plegó al júbilo por la designación. Y para no dejar dudas, la Presidenta marcó el rumbo.

 

Después de los kilómetros de palabras que se han dicho y escrito sobre el asunto, poco me queda por agregar. Sólo mi visión personal sobre los "matices" a que se refiere el Chino Navarro. Estamos ante un hecho político (dejando de lado lo espiritual, en lo que no corresponde que me meta) que trasciende muy largamente a nuestro país, y como tal hay que encararlo. Ya no se está tratando con un obispo local que suele tomar actitudes críticas o pronunciar palabras incómodas, sino con un jefe de Estado que ejerce (en teoría) un magisterio espiritual sobre unos 1200 millones de personas, incluyendo (también en teoría) a la mayoría de la población argentina. Por lo menos, uno esperaría en ese aspecto una mínima dosis de realismo político por parte de funcionarios o personajes públicos identificados con el oficialismo. Pero parece que hasta alguien tan respetable intelectualmente como Horacio González tiene más apego a su propio ombligo que al "proyecto" del que se supone que forma parte (por supuesto, esto no significa negar el debate de los temas que él plantea; sí cuestionar el lugar desde donde lo hace).

 

 Resultó obvio desde el primer momento que la oposición mediática iba a intentar instalar la idea del "kirchnerismo anti Papa" (o insincero, en caso de aplaudirlo), además de interpretar el más mínimo gesto o palabra de Francisco como "una severa advertencia al Gobierno", etc. Y que como era de esperar, no habría límites para la ridiculez, como lo demuestra esto. Por eso me resultó chocante la liviandad con que muchos entregaban argumentos servidos en bandeja para que se deleitaran los plumíferos de Clarín o La Nación. Claro que en pocos días "desde arriba" se dejó en claro cómo venía la mano, y muchos críticos precoces debieron cambiar su discurso (esto lo cuenta Ricardo Rouvier mucho mejor que yo).

 

 Por último, y ya que comparto simpatías futbolísticas con el Papa Francisco, vaya mi deseo de que no sea un "cuevero" que juega el juego chico de su cueva "en el fin del mundo", sino que sea un jugador de toda la cancha. Y que juegue para los buenos, por supuesto.

 

 

 

Canción

 

 

"Qué pagará este pesar del tiempo que se perdió,

 

de las vidas que costó, de las que puede costar.

 

 

Lo pagará la unidad de los pueblos en cuestión,

 

y al que niegue esta razón la historia condenará.

 

La historia lleva su carro y a muchos nos montará,

 

por encima pasará de aquel que quiera negarlo."

 

 

Escuché este canción hace muchos años, de manera casi clandestina, y me pareció que hablaba de sueños viejos y ya vencidos. La recordé hace poco, y caí en la cuenta de que esos sueños están hoy más vivos que nunca.

 

 

 The History Channel

 

 

Nuevamente vuelve a tomar vigencia en el cine de Hollywood la temática histórica de "nuestros hermanitos del Norte" (como decía el General), tanto en una recreación de la vida y obra de Abraham Lincoln como en una ficción relacionada con la esclavitud (Django sin cadenas).

 

 Antes de ver estas películas, a mí se me ocurrió retomar la muy recomendable lectura de La Otra Historia de los Estados Unidos, de Howard Zinn. En el capítulo 2 del libro, Estableciendo la barrera racial, Zinn describe cómo se institucionalizó la esclavitud en las colonias norteamericanas. Y también cómo se sentaron las bases de un fenómeno más perdurable que la esclavitud: el racismo.

 

 Al ocuparse de las rebeliones de los esclavos en los primeros tiempos de las colonias y de la reacción de los colonos y las autoridades, Zinn escribe:

 

 

"(...) Sólo había un temor más profundo que el temor a la rebellón negra en las nuevas colonias americanas. El temor a que los blancos descontentos se unieran a los esclavos negros para derrocar el orden existente. En los primeros tiempos de la esclavitud y antes de que el racismo se hubiera atrincherado como actitud mental, mientras a los criados blancos contratados se les trataba igual de mal que a los esclavos negros, existía la posibilidad de esa cooperación.

 

Por lo tanto se tomaron medidas en ese sentido. En aproximadamente el mismo período que la Asamblea de Virginia aprobaba los códigos para la esclavitud, con su disciplina y sus castigos, Edmund Morgan escribía:

 

'Habiendo proclamado la clase dirigente virginiana que todos los hombres blancos eran superiores a los negros, acto seguido ofreció a sus inferiores sociales (pero blancos) ciertos beneficios que antes se les habían negado. En 1705 se aprobó una ley que obligaba a los amos a dar 350 kilos de maíz, treinta chelines y un fusil a los criados blancos cuando vencían sus contratos, mientras que las mujeres recibían 500 kilos de maíz y cuarenta chelines. A los citados recién liberados se les daba, además, 50 acres de terreno.'

 

 

Morgan concluye 'Una vez que el pequeño colono se sintió menos presionado por los impuestos y empezó a prosperar un poco, se volvió menos inestable, menos peligroso, más respetable. Empezó a ver a su vecino mayor no como un extorsionista sino como un protector poderoso de sus intereses comunes.'(...)

 

 Un breve fragmento, que a mí me motiva algunas reflexiones bastante obvias sobre otras circunstancias de la Historia. That's all, folks!

 

 

Adiós a la nostalgia

 

 

Alguna vez, un visitante dijo que este blog era un sitio dedicado a la nostalgia. No sé si tendría razón, pero parece que hay momentos en la vida en que uno se cansa de la nostalgia, o se da cuenta de que ya no tiene mucho tiempo para dedicarle.

 

 Pero ya que se cumplieron 24 años de la partida de Alfredo Zitarrosa, vaya un recuerdo para él con un tema que pese a lo antedicho, todavía me pone nostalgioso. Que sirva como una despedida para la nostalgia.

 

 Por un rato, por lo menos. 

 

 

La herencia mitrista

 

 

Hace algunas semanas vi por la TV Pública la notable serie documental Guerra Guasú, y no pude evitar contrastarla con  la columna que Natalio Botana le dedicó al fundador del diario en que escribe, al cumplirse 150 años de su llegada a la presidencia de la República. Desde ya que no estimo como un gran mérito de Bartolomé Mitre el haber inaugurado "la alternancia republicana", dentro de un régimen que reprimió a sangre y fuego a las masas y caudillos federales que se le oponían, y se embarcó en una guerra impopular e injusta que resultó en el exterminio del pueblo paraguayo.

 

 Tengo por Botana bastante más respeto que por la mayoría de los plumíferos de la "tribuna de doctrina", pero no deja de chocarme el cuidado (lógico) con que rodea y oculta las facetas oscuras de don Bartolo. Facetas como las que una vez traté en este post y recordaron hace poco Pablo Hernández y Glenn Postolski en este artículo:

 

 

"(...) Hasta el 3 de enero de 1870 circuló en nuestro país el diario La Nación Argentina, fundado en 1862 durante la presidencia de Mitre. Sus principales ingresos provenían de las arcas del Estado (publicidad oficial de la época). El día siguiente, 4 de enero de 1870, figura como la fecha fundacional del “prestigioso” e “independiente” diario La Nación.

 

Bajo una nueva razón social, plenamente privada pero manteniendo el control decisivo de Bartolomé Mitre, el nuevo medio tuvo plena continuidad con el anterior, al punto de que el folletín por entregas que se publicaba en uno se continuó sin interrupción en el siguiente. Es posible entonces considerar a La Nación Argentina / La Nación como un solo diario que siguió funcionando en base a las donaciones realizadas por un grupo de amigos, que el por entonces presidente Sarmiento caracterizaba como: “... proveedores que mediante despilfarro de las rentas han ganado millones, como Lezica, Lanús, Galván, que al fin lo costearon casi en su totalidad. (...) Mitre sabe que con un poco de insistencia, con amaños conocidos, con muchos hombres que le deben o la impunidad o la fortuna mal adquirida todo se puede conseguir...” (Sarmiento a Sarratea. Buenos Aires 17 de marzo de 1869. Archivo de la familia Sarratea Prats citado por Nieto del Río)

 

El centenario medio nacía así de la voluntad militante de una clase por constituir su tribuna de doctrina, y del aporte interesado de un grupo de “proveedores del Estado” enriquecidos durante los aciagos años de la guerra con el Paraguay. (...)"

 

 

Hablando de la guerra contra el Paraguay, Botana reitera la "historia oficial" que fija su comienzo en la invasión de Corrientes por tropas paraguayas en abril de 1865. Vale la pena recurrir al capítulo I de Guerra Guasú para ampliar el panorama con los antecedentes del conflicto. En particular, la campaña de Venancio Flores contra el gobierno blanco del Uruguay aliado a Francisco Solano López, llevada a cabo con el apoyo abierto del Imperio del Brasil y el encubierto del gobierno de Mitre. No por casualidad, los enemigos externos del gobierno porteño eran los potenciales aliados de los caudillos federales que aún resistían en el interior.

 

En diciembre de 1864, Flores y sus tropas junto a una escuadra brasileña sitiaron la ciudad de Paysandú, la que tomaron tras un mes de heroica resistencia de sus defensores. A las pocas semanas cayó el gobierno blanco y Flores entró en Montevideo el 20 de febrero de 1865. Mientras tanto, el 14 de enero el gobierno paraguayo había solicitado al de Buenos Aires el permiso de tránsito de sus tropas por la provincia de Corrientes para atacar al Brasil, lo que fue rechazado el 9 de febrero. El gobierno porteño todavía intentaba mostrar una máscara de falsa "neutralidad". Luego sobrevino la declaración de guerra del Paraguay a la Argentina, la que fue ocultada deliberadamente por Mitre hasta después de la invasión a Corrientes para denunciar este acto como un "ataque a traición".

 

 Hay un consenso general que señala a Bartolomé Mitre como el fundador de la historiografía argentina por haber sido el primero en basarse en documentos escritos para su trabajo de historiador. Qué mejor entonces que recurrir a un documento de su autoría, para revelar sus verdaderas intenciones en connivencia con la Corte de Río de Janeiro. Se trata de una carta dirigida a José María Gutiérrez, escrita el mismo 20 de febrero de 1865:

 

 

"...El general Flores ha coronado su obra empezada con tres hombres, terminada en Montevideo, probablemente hoy, aniversario de la batalla de Ituzaingó. Espero y deseo que el gobierno del general Flores sea feliz, y lo será sin duda para gloria de su nombre y para bien de los hombres de libertad y de principios de ambas orillas del Plata. (...)

 

Ahora queda la jornada del Paraguay. Pacificado el Estado Oriental, todo es menos. Sin embargo, la situación todavía no deja de tener sus peligros, pero espero en Dios y en nosotros, que al fin hemos de salir bien como de esta primera jornada."