Historia, genealogia y arqueología 2. Segunda y última entrega
Bienes arqueológicos, paleontológicos

Historia, genealogia y arqueología 2.  Segunda y última entrega

 

 

23/12/2013 Fuente historiayarqueologia.

 

 

1º Sínodo Áulico de Nablus donde se crea la congregación canóniga, o fraternidad de la Milithia Christi Ierosolimitana, el 16 de enero de 1120, donde se juran los votos, más un cuarto de defensores de la fe, se les otorga una regla, una uniformidad, una estancia y un carisma.

 

2º.- Concilio de Troyes el 13 de enero de 1129, con el principal objeto de crear oficialmente a la Orden del Temple. Juramento de votos solemnes, se confecciona la regla primitiva basada en la anterior, a partir de ahora son frailes de pleno derecho.

 

3º.- la bula Omne Datum Optimum el papa Inocencio II el 29 de marzo de 1139 con el objeto de oficializar la creación de la Orden del Templo. En ella, además de reconocer la regla de la Orden, se concedía a sus miembros el botín conquistado a los sarracenos en Tierra Santa y se les liberaba del pago de los diezmos a los obispados correspondientes, no teniendo que responder de sus actos ante nadie salvo ante el Papa. El nombre de esta bula corresponde a las tres primeras palabras del capítulo 1, versículo 17 de la Epístola de Santiago: Omne datum optimum et omne donum perfectum de sursum est, descendens a Patre luminum, apud quem non est transmutatio nec vicissitudinis obumbratio. (Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza ni sombras de variación). Junto con las bulas Milites Templi y Militia Dei, constituye la base jurídica de la Orden.

 

3º La bula Milites Templi (Soldados del Templo) fue promulgada por el papa Celestino II en 1144 con el objeto de incrementar los privilegios de la Orden de los Templarios. En ella se ordenaba al clero la protección de los caballeros de la Orden y a los fieles a contribuir con su causa, para lo cual permitió, una vez al año, la realización de una colación. Esta medida que debió gustar poco a los seculares, aumentó la ya de por sí, antipatía hacia la Orden.

 

4º. La bula Militia Dei (Soldados de Dios), fue promulgada por el papa Eugenio III en 1145 con el objeto de consolidar los privilegios de la Orden apuntalando la independencia de la misma respecto al clero secular. En ella se le reconoce a la Orden el derecho a recaudar tributos, a enterrar a sus muertos en sus propios cementerios y a poseer sus propias iglesias. Son muchas las quejas de los obispos y así lo denunciaron al ver como se les escapaba la clientela hacia las iglesias templarias, con la consiguiente pérdida de pagos y donaciones y ellos no eran obedecidos por los que consideraban sus inferiores.

 

La Reglas

 

1º Nablus, la Regla canóniga de san Agustín, o Regla Latina que nunca abandonará la Orden.

 

2º.- Concilio de Troyes, el clérigo Jean Michel por cesión de Bernardo de Fontaine, ahora ya conocido como de Claraval, transcribe la regla latina a la que incorporan algunos engordes de determinados artículos, relativos a la milicia y a los servicios religiosos, se conoce como la Regla Primitiva. Naturalmente se pone por escrito la Regla Latina que aportaron los frailes en un documento que debía firmar el representante del Papa y los miembros del Concilio, ello puede llevar a la errática creencia que les fue otorgada in situ, lo que demuestra un desconocimiento de la praxis eclesial e incluso institucional a cualquier nivel. Ayer como hoy nada es legalizado sin estatutos, reglas que definan los objetivos del grupo o asociación, de ello todos somos sabedores. Los que sostienen esa involución yerran, aun en el supuesto de la no existencia documental y tuviésemos que trabajar sobre la prehistoria fundacional, aun con ello, deberíamos al menos suponer que nada se crea sin que exista una norma, pues es el nomos como decían los griegos los que dan la estabilidad y la razón de ser.

 

3º.- Esteban de La Ferté, también conocido como de Chartres, Fue el Patriarca de Jerusalén desde 1128 hasta su muerte en 1130. Después de las modificaciones de Troyes recibe la regla a la que añadirá 24 artículos y revisará aproximadamente una docena. Habría que preguntarse qué le llevó a este Patriarca a contravenir los acuerdos que se habían adoptado en un ente superior, solo me lleva a una conclusión que estos no se ajustaban a la Regla Latina y de ahí su ulterior modificación y adaptación, los “engordes” y tal vez alguno ex novo, contravenían los principios reglados por lo que fueron fundados lo que impediría a los frailes el total desarrollo de los votos contraídos. Es el que reserva la capa blanca para los caballeros y la parda para los sargentos. Introduce a los clérigos en la Orden y regula a los ad terminum, entre otras disposiciones.

 

4º.- bula Omne Datum Optimum de 1139 se prohíbe taxativamente modificar la regla sin el consentimiento del capítulo general

 

5º.- hubo una traducción al francés en 1140 donde se retoca intencionadamente algunos artículos, pero nunca abandonaron ni modificaron la regla latina, se crea lo que se dio en llamar la regla francesa. En ella se suprime todo lo referente al noviciado. Se modifica el artículo 57 en el sentido contrario al original, referente a los caballeros excomulgados, ahora se les dirá que se acerquen a ellos e intenten atraerlos al servicio de Dios. Muchos de los templarios vendrían desde esa orilla.

 

6º.- La verdadera reforma no vendría hasta el 1163 a través de los Retraits que con sus 675 artículos se adhieren a la regla dándoles una estructura interna respecto de las elecciones magistrales, capítulos, jerarquía, ingresos, etc. Pero aun así la Regla Latina pervive en la estructura de la Orden, no llega abolirse nunca.

 

7º.- En torno a 1230/40 los estatutos jerárquicos y ceremonias

 

8º.- en torno a 1257 /67 las consideraciones dedicadas a la disciplina, faltas y penas, conocidos como los Égards

 

No hay otras, ni nada más, se trata de algo tan natural como la adaptación a la actualidad de una institución, algo tan normal entonces como ahora.

 

Bien, matizando lo anterior, veremos que lo que se crea en Nablus no es la Orden sino una congregación de canónigos regulares procedente de una Hermandad. Juran los tres votos monacales temporales de pobreza, obediencia y castidad, obligarse a cumplirlos es profesar y el que lo hace deja de ser novicio para convertirse en profeso[27]. Se adopta la regla Agustina de los canónigos[28] del Santo Sepulcro, concedida por el Patriarca hasta su total aprobación por el Papa y se les adjudica la guerra sin cuartel contra el infiel, como cuarto voto jurado por los templarios. Ello les otorga en todo caso el mismo tratamiento que a los anteriores, puesto que sus Reglas Latinas son a imagen y semejanza de los canónigos de quienes la tomaron, tal y como se repite en todos los documentos antiguos. No cabe la discriminación entre una regla y otra, otorgada por la misma autoridad que la concedió a los caballeros incrustados en la Orden de Godofredo. No obstante, se diferenciaron de ellos por su carisma[29] que en este caso fue la misión de la protección de los peregrinos, definitorio de toda su existencia, así cuando se pierde Tierra Santa se cuestiona su continuación.

 

No son comunidades monásticas tradicionales, la meta de estos no es la vida contemplativa[30], ni son mendicantes[31], ni abandonan el mundo para practicar una vida al margen de él. Su objetivo es la defensa de la fe. Tampoco son clérigos regulares, ya que al contrario de éstos, los canónigos regulares están vinculados a un lugar (la nueva Orden a Jerusalén) y a una comunidad determinada, rezan la liturgia de las horas en comunidad. Mediante diversas reformas, adquieren una identidad diferenciada, con un carisma propio siguiendo la Regla de San Agustín. Los canónigos seculares, por el contrario, pertenecen a una comunidad de sacerdotes vinculada a una iglesia, pero no han hecho voto de vivir en comunidad

 

Realmente este no es un dato a pasar por alto. La admisión a las órdenes religiosas no solo es regulada por la Iglesia Católica y la Regla de vida religiosa, sino que también cada comunidad tiene sus propias normas (canónigos del Santo Sepulcro, regla agustiniana). Generalmente luego de un largo periodo que abarca el aspirantado, postulantado y noviciado, se toman los votos temporales o simples que son renovados cada cierto tiempo, mientras el candidato prueba su vocación. Este caso es el de los templarios hasta Troyes.

 

Si el candidato desea ser admitido permanentemente en la orden se requiere una profesión pública de los Consejos Evangélicos de pobreza, castidad y obediencia confirmado por el voto solemne o perpetuo. Uno de los efectos de este voto es que el miembro ya no es libre para casarse. Hugo y los demás pudieron estar casados antes de Troyes cuando se sanciona su conventual estado y más tarde, en caso de abandonar la Orden, deberá pedir un Indulto Pontificio. Los beneficios de la profesión perpetua son de carácter espiritual.[32]

 

La conversationem morum (la conversión de costumbres) solo la llevaban a cabo los benedictinos y los cartujos. no pudo ser realizada hasta la sanción de Troyes por lo tanto no eran frailes, ni hombres de vida consagrada, sus votos son temporales hasta el Concilio de 13 de enero de 1129 en el que el Papa Honorio II a través de su representante Mateo de Albano los recibe como congregación canóniga[33] y los eleva a Orden Conventual.

 

QUIEN LA CREÓ

 

Se conoce la protohistoria de la Hermandad, época que transcurre desde el Sínodo de Nablus hasta el Concilio de Troyes, donde se crea definitivamente la Orden, pero…¿y antes? Antes de ese periodo el que va desde el 1104 al 1120… ¿qué ocurre en ese periodo? Esa prehistoria es la época oscura de estos caballeros ¿Cómo consiguen sostenerse?, como veremos tenían más que suficientes apoyos, poderosos apoyos con los que no contó ninguna otra formación de este tipo, ni siquiera la decana de San Juan de Hospital, para arrancar con un éxito cuasi asegurado. Tenían poder económico, tenían huestes, tenían cobertura jurídica, más tarde vendrán las donaciones que milagrosamente se multiplican al ser aceptados en Troyes, su logística y marketing funcionó de mil maravillas. Su procedencia miembros de la realeza y de las distintas casas principales de la tierra de los francos, burgundios, normandos, etc., hizo el resto, amén de la vinculación directa con las altas esferas de la iglesia católica, tal vez como dice Mellado sobre su ambición primigenia no tenía medida, tal vez no fue todo tan bucólico y romántico como ha pasado a los anales de la protohistoria.

 

Es de natural comprensión que anteriormente a esa fecha ya hubiese existido una formación “en prueba” desde años anteriores, ¿cuántos? se ignoran, pero la lógica se impone y hay que ceder en honor a la hipótesis más cercana basada en los documentos de archivos consultados. Si son acertadas mis conjeturas (y no hay pruebas fehacientes para pensar que no puedan ser) podríamos estar hablando, no de nueve años desde su constitución hasta Nablus Si contamos el 1104 como año de la idea de su creación, hasta el 1114 que ya está constituida y que se pone en práctica con la llegada de los Hugos, en ese año, hasta el 1120, cuando se reconoce oficialmente en Nablus. Habría recorrido un periodo de 16 años, que comprendería desde el noviciado el reconocimiento temporal hasta la creación de la Hermandad o Congregación en el mentado Sínodo.

 

Se puede estratificar en seis periodos distintos:

 

1º fase ideológica y embrionaria a partir de 1104 hasta el 1107, en el que se percibe la necesidad de la creación de una fuerza policial. Gestiones de captación que dejan a Godofredo de Saint-Omer encargado de realizarla.

 

2º.- periodo de formación de la Milithia Christi, con incorporación a la misma de caballeros familiares de los conquistadores que toman Palestina como la nueva tierra prometida, allí los don nadie pueden llegar a ser alguien, forzando aquella estratificación social[34]. Al fin y al cabo la iglesia había servido en no pocas ocasiones como ascenso social.

 

3º.- fase de activación con la presencia de los Hugos del 1114 al 1120, donde la relación entre ellos sería sin reglas, hábitos, votos monacales, sin dependencias de las autoridades militares o eclesiásticas, sujetos solo por el juramento particular y personal de cada uno de sus miembros. Aquí se puede aplicar lo de Guillermo de Tiro “los caballeros usaron la ropa secular. Utilizaron la ropa tal como la gente…”

 

4º.- fase de fundación, sínodo de Nablus de la congregación canóniga o hermandad, con nombre, reglas, estancias, votos monacales, uniformidad, disciplinas, etc.

 

5º.- fase de aceptación por la iglesia en Troyes. La creación de la Orden.

 

6º.- Consolidación definitiva de la Orden en 1139 por bula Omne Datum Optimum

 

Hugo de Champagne, conde de Troyes, en su peregrinaje a Tierra Santa, se hizo acompañar de su familiar y vasallo Hugo de Payens, ambos hombres píos y devotos, (Payens ya había sido monje en la Abadía de Molesmes) lo realiza después del día 2 de abril de 1104, pues hay una carta de esa fecha por la que dona una propiedad a la Abadía de Molesmes en nombre de su hermano “fraters meus Odon, Constantiam regis Francorum filiam necnon et comitissam Adelaidem uxorem fratis mei Comitis Stephani nepotes…”y está suscrito por “ Teotbaldus puer filius Stephani Comitis nepos huius Comitis Hugonis” …”[35]. Respecto del de Payens, Leroy Thierri[36], es uno de los biógrafos más aceptados por la comunidad científica, nos dice que. Es muy probable que Hugo II de Payns realizara su primer viaje a Tierra Santa junto al Conde de Champaña en 1104-1107.

 

La idea ya estaba preconcebida, era servir a Cristo en su Sepulcro, la genuflexión tan deseada por todos los cruzados y peregrinos, era el máximo exponente y la meta de todo cristiano. Los participantes en las Cruzadas lo habían efectuado al día siguiente de la conquista de la ciudad, lo que pone en evidencia su NO intervención en la primera cruzada, como alguno aventura, de lo contrario ese gesto ya lo hubiera realizado, máxime siendo un principal. Durante su estancia en Jerusalén, habían sido testigos de la situación de los peregrinos que la Cruzada no había solucionado, al contemplar cómo éstos eran víctimas de toda clase de robos, vejaciones, heridas y muertes durante sus desplazamientos a los Santos Lugares que les infligían, los musulmanes y los invasores descontentos que no hallaron acomodo tras la conquista,.

 

Era por tanto, necesario crear una fuerza policial que hiciera frente a los agresores y protegiera a sus víctimas. Posiblemente fuera en ese periodo en el que se maceró la idea de crear esa policía tan ineludible, donde se asentaba uno de los pilares de la Cruzada. La intención no era solo la de implicarse, sino ir más allá, involucrarse en ese objetivo primordial que suponía la seguridad de los peregrinos.

 

Para lograr su objetivo recaba el apoyo de los principales del reino, familiares algunos, otros conocidos, la mayoría compañeros de armas que se movían en un reino sin estructuras administrativas y sin un corpus legislativo que canalizara los derechos y obligaciones de sus súbditos. Esto no llegaría hasta el concilio de Nablus.

 

Acontecimientos inesperados hace que en el año 1107 vuelva a Francia para poner orden en sus estados, con la promesa de integrase en la hermandad a su regreso. "Hugo de Campanie, Theobaldi comitis filius" fundó la abadía de Notre-Dame de Cheminon por la carta de fecha 1110[37]. Hugo de Payens regresa con su señor y para ayudar a consolidar las pretensiones políticas de éste, casó en segundas nupcias con Isabel de Chappes entre 1107 y 1111(otros autores la denominan Catherin de Saint Clair)[38],

 

Se sabe a ciencia cierta que Hugo de Champagne, junto a su fiel vasallo y familiar el de Payens, cuando decide partir hacia Jerusalén[39] entre los años 1113 y 1114 ya estaba constituida la Militia Christi Hierosolymitani. El obispo Ivo de Chartres[40], le avisa seriamente para que no se una a las Militias Evangélicas o a una Militia Christi que se están dando en Palestina, su estado de hombre casado[41] le impide tal realización, las obligaciones contraídas con el sagrado vinculo del matrimonio, invalida su ingreso en ninguna de esas agrupaciones. Para esas fechas ya existía un grupo muy próximo a él, esa Militia Christi que desde sus inicios posiblemente fundó y que sus múltiples compromisos le impidieron encabezarla, cediendo el honor a partir de esta fecha a su vasallo y familiar el de Payens.

 

El conde de nuevo vuelve a sus posesiones a principios de 1115, esta vez solo, requerido por su esposa que demandaba su presencia para el gobierno de sus estados o posiblemente puesta en alerta por Ivo de Chartres, que preveía una desobediencia del conde con el consiguiente abandono de sus obligaciones, y tal vez no anduviera del todo descaminado este avispado cura; que por cierto murió el 23 de diciembre de 1115. Se sabe que obedeció y regresó de nuevo a su casa hay una carta en la que el Papa Calixto II le envió para dar la bienvenida al Arzobispo de Mainz a su llegada en el sínodo de Reims en octubre 1119[42]. Durante esta estancia que sería la última, Hugo repudia a su mujer, deshereda a su hijo Eudes I al decir que no era suyo, debido a su supuesta impotencia. La Crónica del monje Alberic de Trois-Fontaines, nombra a " Odonem ... de Canlita "como hijo de" Hugo Campania "y la [segunda] esposa, pero especifica que" dictum est un phisicis Comiti Hugoni ... no habebat possibilitatem generandi "y por lo tanto concluye que Eudes no podría haber sido su hijo[43].

 

Mantiene contactos con el Abad de la Orden del Cister, Esteban Harding, a quién le dona una tierra donde San Bernardo (quién había entrado en la orden tres años antes), funda la abadía de Claraval. El lugar cedido es conocido como Clairveaux la donación es con todos los señoríos, montes, prados, aguas leñas etc., para que construyera su monasterio. Después de poner en orden sus posesiones, regresa a Palestina. La Crónica de Alberic de Trois-Fontaines dice que "Hugo Campanie" se convirtió en un caballero templario en 1125 y fue sucedido por "eius Theobaldus nepos" 1125[44]

 

Al correr del tiempo y ante la prolongada y justificada ausencia con el (posible) beneplácito del conde, Payens asume la máxima magistratura que le correspondería a su Señor. No solo sustituye al conde en las relaciones con los nuevos señores de Jerusalén, sino que, recluta a otros caballeros, implicando a muchos de ellos, entre los que se cuenta a Fulco V conde de Anjou, (posteriormente Fulco I rey de Jerusalén) e involucrando a unos pocos entre ellos a su tío Andrè de Montbard.

 

Empero no será hasta después del Sínodo o Consejo Áulico de Nablus, concretamente en 1125[45] cuando el conde ingresa en los Pobres Conmilitones de Cristo, con la consiguiente contrariedad de Bernardo de Clairveaux, como le comunica en una carta[46] lamentando la “pérdida” que le priva de su compañía. Hugo que tanto había dispuesto por hacer realidad esta hermandad, no llegaría nunca a ver un reconocimiento oficial por la Santa Sede, en plena crisis por las Querellas de las Investiduras; su temprana muerte[47] le arrebató aquello que tanto anhelaba.

 

Se le tiene al conde por uno de los nueve caballeros fundadores de la Orden, no obstante, se comprueba que documentalmente no es así, aunque tácitamente se acepte como el verdadero causante de su origen. Pese a ello, no se descarta su protagonismo como fundador o de fundador ideológico, aunque esto no invalida lo anotado anteriormente sobre su implicación desde los inicios, al que atribuyo la idea de la creación y posterior desarrollo de Payens, involucrándose posteriormente cuando está libre de ataduras terrenales. De haber quedado el conde en Jerusalén hubiera sido este el primer maestre. Su incorporación a la todavía Congregación Canóniga, en 1125, y su posterior muerte en 1126 le priva de esa magistratura.

 

El sostenimiento a buen seguro financiado desde Francia por Hugo (Fulco sostuvo a dos caballeros desde sus dominios en el condado de Anjou después de finalizar su periodo de Ad terminum) además de las prebendas que recibiera de estos principales que no serían tantas limosnas como dicen las fuentes clásicas sinópticas[48] de Balduino II recibirían el alojamiento, del Patriarca Garmond de Picquigny, pariente no muy lejano de Godofredo de Saint-Omer, el apoyo espiritual y del resto el logístico.

 

Así que la fecha de creación del embrión templario estaría en torno a los 1107/1113, si damos crédito a la constancia que tenemos del consejo de Ivo de Chartres, avisando al conde de que no ingrese en las militas Christi de Jerusalén, cuando inicia su segundo viaje con la intención de quedarse y hacerse cargo de la dirección del grupo. De 1114 hasta 1120 es la fase de reclutamiento. En 1120 se legaliza la Hermandad y en 1129 se crea la Orden, por la Santa Sede.

 

BIOGRAFÍAS extractadas a lo máximo

 

Distintos e influyentes fueron los apoyos de la Milicia en su etapa embrionaria, sus responsables iniciales no formaban parte de aquella amalgama de caballeros desorientados que pululaban por las calles de la ciudad. Estos pertenecían a la élite conquistadora por lo que su influencia y poder estaban asegurados

 

Hugo de Payens

 

Godofredo de saint-Omer

 

Godofredo Bisol

 

Payen de Montdidier

 

André de Montbard, (tío de Hugo de Payens)

 

Archembaud de Saint Amand o Aignant

 

Hugo Rigaud

 

Gondemar

 

Rolando,

 

Hugo de Payens que ha pasado a la historia como el fundador del Orden probablemente los Payns era una rama segundona derivada de los condes Troyes y emparentada por matrimonio con los Montbard, la familia de la madre de Bernardo de Claraval, pues resultaba usual en esta época que las familias de un mismo rango a un lado y otro de la frontera que separaba Champagne de Bourgogne enlazasen matrimonialmente.[49] En los diferentes documentos que le conciernen la ortografía de su nombre es Hugues de Paenz, Hugo de Paencis y Hugues de Payns o de Payens. Guillermo de Tiro le llama "Hues de Paiens delez Troies". [50]

 

Godofredo de Sant Omer, su hermano Hugo de St. Omer (c. 1100-1106) fue Senescal del reino[51] y príncipe de Galilea[52], en un periodo crucial en el sostenimiento logístico del embrión de los Caballeros de la Ciudad Santa, al participar como fundador su hermano. El cargo de senescal en Jerusalén nunca alcanzó la prominencia de sus homólogos europeos, pero era importante. No obstante, durante las coronaciones el senescal sostendría el cetro real y supervisaba la fiesta de coronación. Garmond de Picquigny el todopoderoso Patriarca de Jerusalén, tío carnal de Godofreo de Saint-Omer, convocante junto con Balduino II del concilio de Nablus donde se da carta de naturaleza al grupo aun innominado (según algunas fuentes, Caballeros de la Ciudad Santa) pasando a ser conocidos como los “Pauperes Commilitones Christi Templique Solomonici, o Santa Milicia Jerosolimitana del Templo de Salomón" por su lugar de residencia. Este patriarca era hijo o hermano de Arnoul de Picquigny (dependiendo de la fuente)[53].

 

Pagan, Payen, Paganus, payen de Montdidier, otro apoyo importante para la futura Orden, aun innominada e indefinida, desempeñó el cargo de Canciller del reino (1115-1128) [54]. El Canciller formuló obras y cartas, gestionado el servicio diplomático del reino. Los Cancilleres tendían a ser clérigos que a menudo se convirtieron en obispos o arzobispos, a veces, mientras que mantiene la cancillería.

 

Es otro de los componentes del que solo se tiene identificación de su procedencia posiblemente vasallo o familia de Hugo de Payens. Payen es apellido Se sabe que los Payen tienen o tuvieron radicación, entre otros lugares, en Inglaterra, Escocia, Gales o Irlanda. La bibliografía que recoge la historia y el escudo del apellido Payen: …descendientes de Tibault payen Conde de Gisors, cuyo hijo, Hugh Payen dio por carta alrededor de 1200, el original de la que ahora existe en los archivos departamentales de San Lo, Normandía seis trimestres de trigo alquiler, derivado de sus tierras en Nueva Jersey, al abad de Sain Mary, cerca de Cherbourg. Desde este Payen Hugh quién era valvasor[55] del rey de Inglaterra y jurat de su corte real apenas una generación de la familia ha existido sin tener un representante en la banca local. En el periodo de la gran rebelión. Abrahám y Spephen Payn vel [56] Payne siendo fervientes realistas, emigraron a Devon co. y fundaron familias todavía existente en Inglaterra. Tréboles ar. habrá de efectuar resbaló sa. cresta-una cabeza woman´s couped debajo de los hombros, AZ concedidos aparecido ar. cara ppr. cabello o, en ella, la cabeza una corona antigua de los últimos... lema placido es, Payn soportes dos Ángeles ppr.

 

* Armorial Général de Johan Baptiste Rietstap. Contiene blasones (escudos), orígenes de apellidos y nobleza león en plata rampante armado sobre campo de azur.

 

* El dibujo del escudo o escudos correspondientes al apellido Payen, así como su origen se encuentra también en el Gran Diccionario Grafico de Blasones.

 

André de Montbard o Montebarro (5 de noviembre c. 1097 -. 17 de octubre 1156) Hijo de Bernardo señor de Montebarro y de Humberga. Entró en la Orden en 1129 y se fue a Palestina, donde rápidamente se elevó a la categoría de senescal, el diputado y el segundo al mando de Maestre. Fue el quinto Maestre de los Caballeros Templarios y también uno de los fundadores de la Orden. La familia vino de Montbard Hochadel en Borgoña. André era un tío de San Bernardo de Claraval, al ser un medio hermano de la madre de Bernardo, Aleth de Montbard[57]. Según el registro de defunciones de la parroquia de Bonlieu, su muerte se produjo el 17 de octubre de 1156.

 

Godofredo Bisol al parecer uno de los fundadores primeros, no se tiene noticias de él o posiblemente su identificación patronímica no sea la correcta. Hay un condando de Bisol en Francia posiblemente relacionado con éste fundador

 

Otros aunque posteriores pero con presencia e influencia en la zona desde la primera cruzada también pudieron ayudar y servir de soporte a estos primeros fundadores, al fin y al cabo todos parientes todos deudores. Algunos como Eudes de Saint-Amand (o Odo u Odón) Vizconde en 1160. Mayordomo en (1164-1167). [58] Fue el octavo Maestre de la Orden del Temple, entre 1171 y 1179. Uno de los deberes del vizconde era capturar a los delincuentes y la administración de la justicia en el tribunal de primera instancia de la clase burguesa. Al igual que el oficio de mayordomo, estas oficinas no han sobrevivido el paso a Acre.[59] Y así seguiríamos con casi todos sus componentes.

 

El oscuro y nefasto Gerardo de Ridefort (c. 1179) mariscal del reino (muerto 01 de octubre 1189) fue Maestre de la Orden del Temple desde finales de 1184 hasta su muerte en 1189[60].

 

Si contamos el primer conde Hugo de Champagne, y al conde de Anjou, Fulco V y otros caballeros que estuvieron apoyando económicamente al embrión de los Caballeros de la Ciudad Santa; veremos que esa pobreza hay que ponerla al menos en tela de juicio, no se entiende que, aun a pesar de que estos personajes se incorporan a la hermandad (aun no era Orden) antes de Troyes, e incluso algunos como Ad terminum, caso de Fulco V, que lo fue entre los años 1120 y 1127, (en 1129 se convertirá en rey de Jerusalén con el nombre de Fulco I[61]) del que se conoce, sostuvo económicamente a dos caballeros templarios ¿cómo pudieron sostenerse ellos y su siervos sin hacer uso de sus recursos? La logística y la hueste para hacer frente a los asaltantes conllevaba un gasto, tropa, caballos, armas, guarnicioneros, herradores, forrajeros, siervos, físicos, etc., sin estas premisas no hubieran de ningún modo podido, ni tan siquiera haberse planteado el combate, con aquellos grupos aguerridos, bien armados y en mayor número que ellos, alcanzando al mismo tiempo justa fama. Estos dos personajes tenían poder y estado suficiente para mantener no solo a una, sino a dos Órdenes y mucho más en sus inicios.

 

CONCLUSIÓN

 

Este y no otro fue el inicio de lo que sería la revolución monástica más importante de todos los tiempos por su carácter inicialmente policial que no militar. No fue una policía al uso, no fue una policía heredera de aquella de la “politia” romana derivada de la “politeia” griega; definiciones indirectas de una labor importante que más tarde en el siglo XVIII recogerían los siempre legalistas franceses, definiéndola como se conoce en la actualidad “policía”. Esta nueva policía se movía en el extrarradio, fuera de la ciudad, allá donde el brazo del orden y las leyes, si las había, no alcanzaba, asegurando las normas de convivencia que debían ser también respetadas. No solo por la razón primigenia a de su presencia allí, sino también como caudal necesario para el manteniendo de ese balón social que constituye la ciudad. En cada país existe una policía al tipo. Francia con su Gendarmería, Italia, con sus Carabineri, Portugal la Guardia Nacional Republicana, España con su benemérita Guardia Civil, funciones ancestrales con denominaciones modernas, cuya raíz se pierde en la noche de los tiempos pero que fue el origen de aquellos caballeros testigos de los desmanes provocados por la inseguridad a extramuros de la ciudad. Una seguridad necesaria, tanto que había provocado la movilización de miles de hombres y recursos que llevaron a la conquista de un territorio sagrado para las tres religiones del Árbol de Jessé. La omisión de este deber podría acarrear problemas serios de estabilidad y prosperidad. Así lo debieron percibir quienes desde una posición social cómoda y preeminente lo abandonan todo para entregarse a una lucha muchas veces desigual, desagradecida, peligrosa y erradicada. Tuvieron que abandonar mucho para llegar a sus metas. Estos caballeros, deciden formar grupo independiente dentro del obligado sometimiento a estas células sociales que se van creando en su entorno, como algo necesario para un contingente extraño a aquella tierra, aquellas gentes y aquellas costumbres.

 Dada esta secular doctrina y práctica de la Iglesia frente a cualquier derramamiento de sangre por parte de clérigos y religiosos nada tiene de particular que Bernardo participando de este mismo espíritu, meditara una y otra vez su decisión antes de tomar postura pública en favor de la forma de vida de la nueva Orden del Temple, como él mismo nos lo indica en su carta De Laude Novae Militiae dirigiéndose a Hugo de Payns “Una, dos y tres veces, si no me equivoco, me pediste, mi queridísimo Hugo, que os escribiese a ti y a tus conmilitones una misiva que os alentase y que contra la hostil tiranía…

 

Aunque Bernardo justifica muy educadamente su no repuesta a las reiteradas peticiones de Hugo de Payns para que expresase públicamente su aprobación de la nueva Orden. Este retraso puede ocultar más bien las dudas que en un primer momento lo embargaban y la necesidad de una mayor clarificación.

 

Estas circunstancias les llevó a estos pobres caballeros a protagonizar de alguna forma la dualidad (siempre constante en la Orden) de frailes y guerreros que serían emulados muy pronto por otras como la de San Juan (en tiempos de Raimundo de Puy) y los propios caballeros del Sepulcro, pero para eso harían falta todavía al menos 3 años. Los templarios siempre punta de lanza en el orden social de Tierra Santa, en el transcurrir del tiempo dejaron de contemplar (al contrario que sus hermanos de otras Órdenes) a los musulmanes como enemigos a batir, veían con buen acierto que el Libro Uno, era para las tres grandes ramas la base de la que partía todo al mismo tiempo que todo remitía. No vieron nunca con buenos ojos la llegada a los Santos Lugares de mesnadas en las distintas cruzadas que solo buscaban poder y riquezas desestabilizando la zona continuamente, gentes que no oyeron a sus hermanos que llevaban algunos, residiendo y conviviendo desde la Primera Cruzada con las gentes nativas, colaboradores necesarios para el equilibrio constante de la zona y que estos recién llegados en las distintas etapas siempre ponían en peligro. La pérdida definitiva de Tierra Santa para la causa cristiana tuvo más que ver con la ayuda negativa de estas cruzadas que por la relación interna de los establecidos.

 

CRONISTAS faltan la mayoría

 

Sin ser todos ni con mucho, sí son los habituales más alguno de nuevo cuño, hay que refrescar las fuentes para que de la diversidad surja con fuerza una aproximación más real de la protohistoria de una Orden que incompresiblemente ha dado tanto que hablar a lo largo de la historia.

 

Si nos atenemos a las fuentes tradicionales consultadas hasta el momento debemos analizar a Guillermo de Tiro y Jacobo de Vitry, veamos que nos dicen:

 

Guillermo de Tiro está considerado como historiador per sé de las Cruzadas, nace en torno al 1130 y muere en 1185, por lo que escribe en el inicio de la Orden no ha sido testigo, como nativo del lugar no simpatizaba con las Ordenes siempre nutridas de gentes que desconocían la idiosincrasia y la problemática de aquellos reinos. Ha tenido que bucear en los escritos que supuestamente dejaron aquellos que se relacionaron con la Orden, esta protohistoria por lo tanto hay que tratarla con la prudencia y metodología que el caso requiere. Su obra Historia Rerum in Partibus Transmarinis Gestarum, se basa fundamentalmente en los escritos que los capellanes que acompañaban a los grandes señores[62] escribieron sus hazañas, unos cronistas al uso más o menos o como hoy se diría corresponsales de guerra, con toda la carga que ello conlleva, me refiero a que cada cual arrima más o menos el ascua a su sardina, además de los propios cronistas reales. De ahí que habla de la fundación a partir del sínodo de Nablus y no profundiza en sus raíces, da la sensación que lo no le presta la suficiente atención y estudio. Aquello que supuso una revolución sin parangón en el mundo religioso, no aporta claridad de sus orígenes. Una Orden como la templaria que ya en los tiempos de su apostolado era un ente poderoso, amén de sus múltiples méritos en defensa del reino superando ya el carácter policial primigenio, para convertirse en toda una fuerza de choque militar de considerable respeto. Resulta cuando menos sorprendente tal actitud, pero ello no invalida el carácter de su obra, fuente imprescindible para entender la primera Cruzada.

 

Sus noticias parten del Sínodo de Nablus con algún error de fechas pues lo sitúa en 1118 en lugar del 1120, sí que enriquece su situación a partir de entonces y hasta Troyes, es como si la Orden de los Pobres Comilitones hubiera surgido de la bruma. Como si hubiese sido de implantación urgente y sin antecedentes. De todos es sabido la exagerada tranquilidad con lo que la iglesia de hoy, como al de ayer, se toma los asuntos. A pesar de las influencias, que las había, su asentamiento y posterior reconocimiento fue extremadamente lento transcurriendo un tiempo entre 9 y 19 años.

 

Nos dice que ciertos hombres nobles (no da número) hombres de caballería de fila…prometieron vivir en perpetuidad como canónigos regulares (santo Sepulcro) bajo los votos tradicionales, nos da los nombres de sus líderes Hugos de Payns y Godofredo de Saint-Omer. Nos dice que es a partir de este Concilio cuando el rey les otorga como vivienda el ala sur de su palacio cerca del templo del Señor. Los canónigos del templo (Sepulcristas) les cedieron con ciertas condiciones un cuadrado (caballerizas) cercano al palacio que los canónigos poseían, siendo usado como campo de entrenamiento. Es a partir de este momento cuando se oficializan las limosnas, unas por un tiempo limitado, otras a perpetuidad, con ellas debían vestirse y alimentarse los caballeros, este autor nos dice que vestían ropas del siglo y que no será hasta Troyes cuando les sea concedido el hábito blanco[63]. Su deber primitivo fue impuesto por Garmond de Picquigny, en combinación con otros obispos, proteger los caminos y especialmente a los peregrinos.

 

Este es el comunicado de Guillermo sobre los inicios del Temple, es soso y carente de datos interés en relación a los orígenes. Se perfila la escasa simpatía hacia la Orden, nos dice que hasta Troyes carecían de hábito o distintivo personal, vestían como las gentes del siglo. No nos habla de su estado laico aunque practicasen la vida seudomonacal. No nos habla de los méritos obtenidos en su trabajo policial; méritos que fueron tenidos en cuenta a la hora de su presentación en el Sínodo y aceptación por la comunidad, otorgándoseles casa, regla, logística, medios de vida y misión. No nos habla de su forma de vida, no nos habla de cuantos era realmente. No nos habla de su denominación primera, la del Templo se oficializará en Nablus[64]. No nos habla de nada interesante salvo de la noticia de su formalización sinodal de la Orden, que ya en su tiempo era la más poderosa de toda la cristiandad, cuña imprescindible en aquel Jerusalén de su cuna, este Guillermo era un pollo[65]. Se contradice con otros autores cuando dice que fue a partir de Troyes cuando crecieron los templarios de forma impetuosa, esta noticia no está a falta de verdad pero ya desde sus inicios los fundadores contaban con tropa suficiente para su misión y apoyos financieros que le permitían una logística, si no cómoda, sí suficiente, es otro indicativo de la poca interés que Guillermo tenía por esta Orden en concreto y por el resto en general, las consideraba aves rapaces siempre dispuestas a pelarse por los despojos de sus víctimas. Adjudica la falta de uniformidad en su vestimenta hasta Troyes, cuando no es así, les reconoce una regla a partir de Troyes cuando realmente ya tenía una la latina, en 1139 en la bula Omnen datum optimum se prohíbe la reforma de la regla salvo por el Maestre y el aval del capítulo conventual. En 1140 se traduce la regla latina al francés y es aquí donde sufre transformaciones para algunos errores de traducción. Hasta 1163 hasta la promulgación de los retraits que constatan de 675 artículos en torno a los cuales se reglamentó la vida de los templarios, sumándose a la Regla.

 

Por el contrario Jacobo de Vitry, (1170/1240) historiador, obispo de Acre (1226/1228) si nos ofrece más información sobre el número de caballeros, sus nombres y lo que es más importante su carisma, inusual hasta entonces que era la defensa de los peregrinos, nos cuenta asimismo ese acontecimiento en su “Historia orientalis seu hierosolymitana” con algunos añadidos no recogidos por Guillermo, como el compromiso de defender a los peregrinos de los asaltantes, a las caravanas de los bagaudas y los pozos de agua tan necesarias en los trayectos, este sería el carisma de la Hermandad. Estos caballeros se juntaron bajo el voto primigenio del cumplimiento de su misión original que no era otra que asegurar los caminos para los cristianos cuando visitaban Tierra Santa, no obstante al igual que Guillermo sus datos parten desde Nablus, anteriormente hay un silencio que obliga a teorizar en base a datos concluyentes, solo interesó la hermandad a partir del reconocimiento, antes eran ignorados por completo ello debió ser porque no fueron los únicos que se dedicaron a poner su espada al servicio de la defensa de los débiles, solo que estos tuvieron mayor fortuna por sus “anclajes” sociales como hemos visto anteriormente. Lo que parece ser cierto es que al principio fueron nueve caballeros entregados al servicio de Dios y con expresa renuncia a su vida anterior en todos y cada uno de sus ámbitos.