Condena de 4 años y medio por cargar 10 kilos de marihuana
Droga

Condena de 4 años y medio por cargar 10 kilos de marihuana

 

 

31/10/2014 Fuente elancasti. Luis David Perea (25) fue condenado por el Tribunal Oral Federal a la pena de 4 años y 6 meses de prisión tras encontrarlo culpable de transportar estupefacientes. El joven habría sido atrapado sobre ruta 38 a la altura de Palo Labrado, Paclín, cuando llevaba 10 kilos y medio de marihuana en panes junto a otros dos sujetos a quienes desvinculó del hecho. Además ya tenía una condena en suspenso por tenencia de droga.

 

El debate se hizo bajo la modalidad de abreviado, teniendo en cuenta que Perea, asesorado por su defensor Pedro Justiniano Vélez, admitió el hecho. Así, la pena fue establecida entre las partes y no fue mayor debido, justamente, a que el joven admitió su responsabilidad.

 

 

El hecho

 

El hecho se habría registrado en horas de la mañana del 9 de mayo de 2013. En aquel momento Perea, junto a dos tucumanos, viajaban en un taxi blanco con identificación de la municipalidad de Concepción, en Tucumán.

 

Al llegar a un puesto de control montado por la policía caminera de la provincia, los uniformados notaron que los sujetos se pusieron nerviosos y por esta razón los hicieron descender para requisarlos. Al realizar la inspección, descubrieron 1.555 gramos de marihuana compactada que estaba escondida bajo los asientos del rodado. También encontraron 0,6 gramos de Hachis, otra droga elaborada con la misma planta de marihuana.

 

Además, llevaban dinero en efectivo, local y paraguayo, por lo que se dedujo que la droga provenía del vecino país con destino a Catamarca, ya que Perea es oriundo de la provincia y en 2008 había sido juzgado por el mismo Tribunal y condenado a la pena de 1 año y 6 meses de prisión en suspenso por el delito de tenencia de estupefacientes.

 

Luego de ser detenido, la policía habría concretado un allanamiento en la vivienda de los padres de Perea y hallaron restos de sustancias en el fondo de dos barriles de metal. Esto habría dado el indicio de que en la vivienda habría funcionado una "cocina” o "laboratorio” donde se refinaba cocaína. Esa misma vivienda había sido baleada en febrero del año pasado, y los dueños habría negado tener alguna relación con los autores de los disparos que, hasta el momento, no fueron identificados.