México DF, arte en combustión
De interés general

México DF, arte en combustión

 

 

07/02/2015 Fuente elpais. La feria Zona Maco y propuestas alternativas marcan la semana grande del año en una de las capitales de la escena artística global

 

Como capital del arte contemporáneo, México DF ha dejado de ser una fuerza emergente para ser un hecho, una realidad indudable. Esta semana se celebran la feria Zona Maco y propuestas alternativas que hacen de la ciudad por unos días un imán para artistas, curadores y coleccionistas.

 

El elemento macro de la escena es Maco, que cumple 12 años en una dinámica de pulir su criterio, sus estándares de calidad. “Ya no es una feria de restos de almacén de galerías, que es lo que son todas las ferias cuando empiezan. Sobre todo, cuando nacen en un lugar sin coleccionismo”, explica su director artístico, el español Pablo del Val, que considera que la “madurez” actual del coleccionismo mexicano ha sido clave para el enriquecimiento de la oferta de Maco.

 

Sus números demuestran su dimensión (12.000 metros cuadrados, más de 1.500 artistas, 126 galerías de 22 países, alrededor de 40.000 asistentes previstos), pero a lo cuantitativo se une, afirma Del Val, una consolidación en “la producción de la feria, profesionalización del proyecto y propuestas de las galerías”. Maco abrió este miércoles y cierra el domingo. Cinco días de intensidad que según el curador español son “pura adrenalina”.

 

 

Panorámica de Material Art Fair. / S. R.

 

A las cuatro de la tarde del jueves arrancó con un pase para invitados la feria alternativa Material Art Fair, abierta al público de viernes a domingo. Este es su segundo año. Es una feria comercial de arte emergente. Uno de sus directores, el estadounidense Brett Schultz, reflexiona sobre la coexistencia de Maco y Material: “Maco ha hecho un esfuerzo encomiable para poner al DF en el mapa global. Trae gente de todo el mundo. Y nuestra feria lo que hace es ampliar la oferta y dar visibilidad a una nueva generación de artistas en un espacio manejable, íntimo, cómodo, en el que la obra encuentra su lugar adecuado”. Opina que la dimensión de Maco hace que el equilibrio de propuestas sea más dispar. “Como apples and oranges [manzanas y naranajas]”, dice usando un dicho en su lengua, y lo traduce a productos mexicanos: “Como chile, mole y pozole”. Una variedad que se comprueba paseando por la feria más grande, en la que el nivel de galerías es de élite pero, por su amplitud comercial, uno puede apreciar una obra conceptual de Richard Serra en una galería de Madrid y, al poco, toparse con un ciervo morado con flores en los cuernos en otra de Miami.

 

Material Art Fair, de naturaleza más balanceada, incluye 40 galerías jóvenes internacionales (desde México DF hasta Nueva York, pasando por Toronto, Bogotá o Milwaukee, por ejemplo) y la mayoría de los autores tienen entre 25 y 35 años. Los precios de los puestos rondan, según tamaño, entre 2.500 y 5.000 dólares. En Maco van de 5.200 dólares por 20 metros cuadrados, a 42.000 por 120 metros.

 

En cada puesto, la feria Material Art Fair tuvo el detalle de poner una botella de mezcal para los invitados. Si bien eran las cuatro, algunos ya habían abierto la suya. La bebida mexicana de moda será el licor que haga orbitar durante estos días al planeta arte en el DF Pablo Del Val coincide en que lo espirituoso contribuye a alivianar el trajín: “Todo lo que venga del agave ayuda”, bromea aludiendo a la planta local de la que vienen el mezcal y el tequila.

 

 

'Talk Closely', de Jenine Marsh, en Lulu.

 

El ecosistema artístico del DF es complejo, y más allá de las ferias se encuentran otras opciones de calidad, como The Lulennial: A Slight Gestuary (Un gestuario sutil), una muestra del espacio independiente Lulu, donde las obras son elegidas en función de una poética de la economía gestual. Se divide en tres episodios: uno se inaugura el sábado, otro en marzo y otro en abril. Entre todos se podrá ver la obra de una treintena de artistas. La razón de las tres tandas se debe al espacio de Lulu: nueve metros cuadrados. El curador, Chris Sharp, explicaba este jueves la idea de la exposición ante un ejemplo que lleva el concepto del “gesto pequeño” al límite: Wandstück, de Karin Sander, quien lijó un cuadrado, del tamaño de un cuadrito, de una pared blanca hasta dejarlo brillante. Conviene acercarse al espacio bruñido y mirarlo de lado para distinguir bien la nimia pero elegante creación.

 

En cinco días, de miércoles a domingo, todos los matices de la escena artística del volcánico México DF están a disposición de expertos y curiosos. Un sector que se va diversificando y va rompiendo con sus “monopolios” internos, dice Schultz, y que en el panorama internacional, opina Del Val, ha establecido una “marca México” que atrae dinero e interés. Desde un trozo de pared lijado, hasta una serie de un artista conceptual ya histórico, pasando por un ciervo improbable. A poder ser, con un vasito de mezcal.