Debemos cambiar la forma en que vemos una obra de arte: Maurizio Serac
Bienes arqueológicos, paleontológicos

Debemos cambiar la forma en que vemos una obra de arte: Maurizio Seracini

 

 

07/12/2013 fuente inah. *** El científico ha invitado a los estudiantes y profesores de la Encrym a tener “un acercamiento menos subjetivo hacia la restauración”.

 

 

*** El experto recomienda: “Si no sabemos lo suficiente del proceso acerca de cómo se creó una obra maestra, estamos todavía en los albores de lo que se necesita hacer”

 

 

El doctor Maurizio Seracini, descubridor de enigmas de obras renacentistas y quien, junto con un equipo multidisciplinario, sigue las pistas de La batalla de Anghiari, un mural de Leonardo Da Vinci que se presume oculto en el florentino Palazzo Vecchio, comparte con expertos mexicanos la importancia de contar con la tecnología y la metodología apropiadas para conservar el patrimonio cultural del mundo.

 

 A instancias del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), el profesional en Bioingeniería e historiador del arte ofreció un par de conferencias magistrales en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (Encrym), donde instó a los estudiantes y profesores a tener “un acercamiento menos subjetivo hacia la restauración”.

 

Ésta no es la única actividad que contempla la visita del científico. El director del Center for Interdisciplinary Science for Art, Architecture and Archaeology, de la Universidad de California en San Diego, California, también comparte su experiencia y los procedimientos usados en diversos bienes culturales, muebles e inmuebles, con profesionales de diversas instancias de educación superior del país.

 

 Para Valerie Magar, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, se trata de una ocasión única para que los especialistas en esta materia amplíen su perspectiva respecto a la necesidad de contar con un expediente lo más vasto posible antes de llevar a cabo alguna intervención; un informe que no sólo incluya los aspectos históricos de la obra, sino que debe analizar su estado de preservación más profundo. 

 

 Maurizio Seracini es italiano y para mayor referencia, florentino, por ello no es de extrañar que su interés por la ciencia lo haya inclinado al estudio de las grandes obras de arte, convirtiéndose en pionero en el uso e implementación del análisis multiespectral y la tecnología aplicada para la investigación en patrimonio cultural.

 

 Cuando comenzó a caminar en estos terrenos hace ya más de 30 años, su móvil fue y sigue siendo “tratar de entender cómo un maestro con materias muy simples, con pigmentos, un pedazo de madera en lugar de un pedazo de tela, logra realizar una obra maestra”.

 

“Cómo puedes rastrearlo en el tiempo, cómo puedes ver el génesis de una obra de arte y descubrir el proceso creativo. Esa es una de las metas que la ciencia, junto con los historiadores y los conservadores, debería tener siempre en mente. Si no sabemos lo suficiente del proceso acerca de cómo se creó una obra maestra, estamos todavía en los albores de lo que se necesita hacer”, agregó.

 

 En 1975, Maurizio Seracini introdujo en Italia la reflectografía infrarroja, que permite visualizar las capas de carbón bajo los pigmentos de la pintura y construyó la primera cámara a propósito. Dos años más tarde, fundaría en su país natal la empresa Eritech, la primera dedicada al diagnóstico y análisis no invasivo para obras de arte y arquitectura.

 

 Bajo esta tecnología de punta ha revelado importantes detalles de los dibujos preparatorios hechos por los maestros del Renacimiento. Por ejemplo, descubrió que Raffaello Sanzio delineó originalmente un cachorro —y no un animal mitológico— en la obra conocida como La Dama del Unicornio.

 

 El reconocido ingeniero ha sido de los pocos afortunados en analizar la pintura de su coterráneo Leonardo da Vinci. Al respecto, señala que sólo se han examinado de manera científica cuatro de las 14 o 15 pinturas conocidas del artista florentino, entre ellas La Mona Lisa, La Útima Cena, La Anunciación y La Adoración de los Magos, “pacientes” como él les llama, porque suponen una gran responsabilidad, pues son herencia del mundo.

 

 Con las bandas infrarrojas se pueden detectar firmas, monogramas y fechas, datos que enriquecen la historia de la pintura, pero en algunos casos —como ha resultado con las obras de Da Vinci— resultan hallazgos sorprendentes al concluir lo que es el estudio del dibujo preparatorio original, y el análisis de los retoques que vinieron con el tiempo.

 

 Por citar un ejemplo, a través de estas imágenes multiespectrales se ha determinado que el enigmático puente que figura al fondo de La Mona Lisa no estuvo contemplado por el maestro renacentista.

 

 Asimismo, Seracini develó más 70 figuras humanas en una escena inferior de La Adoración de los Magos, estos personajes representaban a trabajadores reconstruyendo un templo.

 

“Necesitamos ser curiosos. No podemos confiar en nuestros ojos, especialmente cuando se están estudiando superficies muy viejas y con deterioros diversos. La metodología, el acercamiento para emprender una restauración, eso es lo que tiene que cambiar”, expresó el experto.

 

 Desde hace un par de años y tratando de confirmar una teoría que postula desde hace tres décadas, el doctor Seracini, en compañía de todo un equipo de expertos, pretende corroborar si detrás de La batalla de Marciano, que Giorgio Vasari pintó en el Palazzo Vecchio de Florencia, Italia, se halla el mural inacabado de Da Vinci, La batalla de Anghiari, un fresco que debió ser elaborado en 1505 y cuyas dimensiones se calculan en 7 metros de alto por 17 metros de largo.

 

 En 2012, el descubrimiento de muestras de color negro, cuya composición es compatible con la usada en La Mona Lisa y La Última Cena conmocionaron a la opinión pública y parecerían corroborar la hipótesis de Maurizio Seracini, quien explicó al auditorio reunido en la Encrym que la pintura de Vasari (realizada en el siglo XVI) no fue dañada, ya que se efectuó una endoscopía mediante una sonda dotada de telecámara.

 

 A la espera de concluir esta investigación, que parecería tratarse de una apasionante historia detectivesca, el reconocido científico explicó que los trabajos en el Palazzo Vecchio no se limitan a este estudio. En ese sentido, se ha hecho un levantamiento tridimensional del monumento histórico mediante una tecnología de escáner láser, que permite un análisis milimétrico de todo el conjunto.

 

 Reflectografía infrarroja, rayos X, escáner láser, cámaras de imagen térmica,  radiografía ultra, más otras tecnologías que están en desarrollo —concluyó Maurizio Seracini—, son algunas de las herramientas que coadyuvan a una metodología de trabajo que, bien aplicada, se convierte en una base ideal para emprender una labor de conservación en bienes patrimoniales.