La droga ilegal más difundida
Droga

La droga ilegal más difundida

 

 

17/10/2013 Fuente diarioepoca. Muchas personas y entre ellas muchos jóvenes que nos rodean creen que la marihuana es muy inocua y no genera grandes daños. Hemos seguido muchos grupos de jóvenes y muchos de ellos “fuman” considerando con fuerza que es algo así como un “cigarrillo más rico”. Quiero compartir algunos párrafos de lo que se sabe de esta droga.  

Eduardo Tassano (Máster en gerenciamiento en servicios y sistemas de salud)

 

 La marihuana se considera una droga alucinógena; es decir, con la capacidad para alterar la percepción. Sus ingredientes activos proceden de las resinas de una planta llamada Cannabis Sativa. Las hojas de esta planta se secan y se fuman, y la resina puede extraerse y concentrarse para producir otros tipos de sustancias, como hachís o aceite de hachís. No es raro que se le añadan diversos tipos de adulterantes.

 El efecto que tiene la marihuana sobre el cerebro no se conoce con claridad. En parte, esto se debe a que el cannabis contiene muchos componentes diferentes que son activos de un modo u otro. Se cree que el principal componente activo es el THC (delta-9-tetrahidrocannabinol). Sin embargo, los consumidores de marihuana afirman que el THC por sí solo no tiene el mismo efecto que la sustancia natural.

 En general, la marihuana produce una sensación de relajación general, una ligera euforia, y distorsiona el sentido del tiempo.

 De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas se trata de la sustancia ilícita más utilizada en el mundo. La regulación legal del consumo de marihuana varía dependiendo de los países, existiendo tanto detractores como defensores de su despenalización.

 A partir de la segunda mitad del siglo XX, el uso, la posesión y la venta de preparados con cannabis que contienen los canabinoides psicoactivos comenzaron a considerarse ilegales en la mayor parte del mundo. Desde ese entonces, algunos países han intensificado su control sobre la distribución de la sustancia.

 En 2004 Naciones Unidas estimó que aproximadamente el 4% de la población mundial adulta (162 millones de personas) consume marihuana anualmente, y alrededor del 0,6% (22,5 millones) lo hace a diario.

 Se trata de una sustancia psicoactiva que se suele consumir por vía respiratoria (fumando), aunque también es posible su consumo por vía oral, se considera que esta forma es más peligrosa.

 

Efectos que produce:

 Las manifestaciones clínicas producidas por una intoxicación aguda por cannabis son muy variables entre personas y dependen de la dosis, del contenido de THC, de la forma de administración, así como la personalidad, las expectativas y experiencias previa del sujeto y también del contexto en que se consume.  Algunas personas que consumieron marihuana afirman que puede inducir a la sociabilidad, así como al recogimiento; de cualquier manera, puede generar la sensación de incremento de la percepción visual y auditiva, dependiendo de la variedad e incluso de la planta en concreto ingresada al organismo.

 En los efectos a largo plazo o por consumo crónico tenemos:

 a) Disminución del funcionamiento intelectual:  la mayoría de los receptores de cannabinoides se encuentran en zonas del cerebro relacionadas con el placer, la memoria, el pensamiento, la concentración, la percepción sensorial y del tiempo y la coordinación de movimientos. Por este motivo, el consumo de marihuana causa problemas para pensar y solucionar problemas, distorsiona las percepciones y afecta la memoria y la capacidad de aprendizaje. Estos efectos pueden permanecer durante días o semanas después de haberla consumido. Por tanto, las personas que consumen marihuana a diario pueden tener un funcionamiento intelectual disminuido durante todo el día. Por este motivo, se ha asociado con el fracaso escolar.

 b) Disminución de la capacidad para conducir vehículos: la marihuana afecta a una serie de habilidades necesarias para conducir, como estado de alerta, tiempo de reacción, coordinación de movimientos y concentración, de manera que aumenta la probabilidad de tener accidentes de tránsito.

  c) Síntomas físicos: aumento de la frecuencia cardíaca, boca seca, problemas de coordinación y tiempo de reacción más lento. Puede causar palpitaciones y arritmias.

  d) Pulmones: en un punto controversial grupos de investigación sostienen que el humo de la marihuana contiene entre un 50 y un 70 por ciento más de carcinógenos que el humo del tabaco. El fumador habitual puede tener tos crónica con flema y una mayor frecuencia de enfermedades respiratorias e infecciones pulmonares. Sin embargo hay otros estudios que indican lo contrario y que no tendría  efecto cancerígeno.

  e) Adicción a otras drogas: los consumidores de marihuana suelen usarla junto con otras drogas como alcohol o cocaína. Algunos autores consideran que la marihuana puede facilitar la adicción a otras sustancias, aunque es un tema que no está bien estudiado. Sin embargo, sí es cierto que muchas personas comienzan experimentando con marihuana para pasar después a utilizar cocaína u opiáceos.

  d) Reacción psicótica: cuando se consume en dosis altas puede producir alucinaciones, paranoia y pánico o ansiedad.

  e) otros efectos no menos importantes incluyen una supuesta inducción a la esquizofrenia, o  empeorar los problemas que ya tiene en su vida la persona que la consume. La alteración del estado de ánimo que ocasiona esta droga permite a los consumidores evadir la realidad y evitar afrontar sus problemas, y cuanto más eviten afrontar la realidad, más problemas se van sumando en sus vidas.

 

¿Es inocua la marihuana? ¿Hay que despenalizar su uso?

 Existe una gran controversia respecto al potencial adictivo de la marihuana. En un principio, se pensó que no era adictiva porque no hay un síndrome de abstinencia observable. Pero con el paso del tiempo, las mejoras en el cultivo de esta planta han hecho que sea bastante más potente que en el pasado, pudiendo producirse un síndrome de abstinencia. Estos síntomas suelen comenzar al día siguiente de haber dejado la droga, llegando a su punto máximo dos o tres días después y disminuyen una o dos semanas después de haberla consumido por última vez. Dado que la marihuana desaparece lentamente del cuerpo, el síndrome de abstinencia no es marcado.

 El consumo a largo plazo de la marihuana puede llevar a la adicción, es decir, a la búsqueda y uso compulsivo de la droga a pesar de conocerse sus efectos dañinos sobre el funcionamiento social en el contexto familiar, escolar, laboral y recreativo. Las personas que han consumido marihuana por largo tiempo reportan irritabilidad, dificultad para dormir, disminución en el apetito, ansiedad y deseos por la droga, todo lo cual dificulta el dejar de usar la misma. Estos síntomas del síndrome de abstinencia comienzan aproximadamente al día siguiente de empezar la abstinencia, llegan a su punto máximo a los dos o tres días, y se atenúan una o dos semanas después de haber consumido la droga por última vez.

 La postura antiprohibicionista afirma que si bien el consumo de marihuana desarrolla tolerancia, es decir, que en posteriores tomas inmediatas es necesario aumentar la dosis para conseguir los mismos efectos, los efectos de la abstinencia son muy leves en comparación con otras drogas, lo que permite revertir esa tolerancia y hacer que el consumo de marihuana sea controlable por el sujeto, siendo su potencial adictivo escaso.

 Sin dudas nuestra posición es que la marihuana es una droga dañina para la persona y la sociedad. Un enemigo más de nuestros jóvenes y un punto a tener en cuenta en forma preferencial en la lucha que toda la sociedad debe encarar contra las adicciones.