Benito Mussolini 2. Segunda y última entrega
Biografía

Benito Mussolini 2. Segunda y última entrega

 

De interés general

 

 

La conducción de una política de exterminio para con los etíopes no se limitó al empleo de armas químicas, sino que se desarrolló con otros instrumentos, como la orden de no respetar las señales de la Cruz Roja lo cual llevó a la destrucción de al menos 17 hospitales de campo (entre los cuales uno sueco) que causó el disgusto del Duce por los problemas políticos que podía causar e instalaciones médicas abisinias, o el uso de tropas musulmanas contra las poblaciones cristiano-coptas de Etiopía que causaron diversas masacres.

 

Los crímenes prosiguieron incluso tras el final de la guerra y hasta el 1940 en relación con los rebeldes, contra la población y los monjes abisinios en los santuarios cristiano-coptos, que fueron asesinados a centenares en Debrà Libanòs y en otros lugares.

 

La victoria en Etiopía, el apogeo de Mussolini y del fascismo []

 

El 7 de mayo de 1936, Mussolini recibe de Víctor Manuel III la Gran Cruz del Orden Militar de Saboya. El soberano, al entregarle la máxima condecoración militar del reino, reconoce el rol directo desarrollado por Mussolini:

 

 

Ministros de las fuerzas armadas, preparó, condujo y venció la más grande guerra colonial que la historia recuerde.

 

El 9 de mayo, desde el balcón del Palacio Venecia, anuncia el final de la guerra de Etiopía y proclama el renacimiento del imperio (el rey de Italia asume el título de emperador de Etiopía).

 

La campaña abisinia representa el momento de máximo consenso del pueblo italiano hacia el fascismo. Mussolini establece que, al indicar la fecha en los documentos oficiales y en los periódicos, se deba escribir el año a partir del 28 de octubre de 1922 unido al de la fundación del imperio (por ejemplo, 1936 se indicaba como «año 1936, XIV de la era fascista, I del imperio»).

 

El 4 de julio la Sociedad de las Naciones decreta terminada la aplicación del artículo XVI y las sanciones caen el 15 del mismo mes (el único Estado que se opuso fue Sudáfrica); Mussolini obtuvo, por la guerra victoriosa, el título de mariscal de Italia (30 de marzo de 1938).

 

El 9 de junio confió al yerno, Galeazzo Ciano el ministerio del exterior.

 

El 24 de julio firma un acuerdo con Hitler para enviar contingentes militares a España con el fin de sostener al general Francisco Franco durante la Guerra civil española.

 

El 1 de noviembre anuncia, por medio de un discurso, la creación del Eje Roma-Berlín (no se trata todavía de una alianza militar, pues ésta se estipulará con el Pacto de Acero).

 

El 2 de enero de 1937 se firma un gentlemen's agreement entre Italia y Gran Bretaña, con el cual se definen los derechos de entrada, salida y tránsito en el Mediterráneo y se establece que se evitará la modificación del «statu quo relacionado con la soberanía nacional de los territorios del Bajo Mediterráneo», España incluida. Tal acuerdo fue confirmado por el Pacto de Pascua el 16 de abril de 1938.

 

El 20 de marzo, en el oasis de Bugara cerca de Trípoli, Mussolini recibe de manos del jefe bereber Iusuf Kerbisc, la «espada del islam», una espada dorada, símbolo de la aprobación de una parte de la sociedad libia hacia el régimen fascista.

 

El 6 de noviembre Italia se unió al Pacto Antikomintern, que había sido firmado antes entre Alemania y Japón con fines antisoviéticos.

 

El 11 de diciembre Mussolini anuncia la salida de Italia de la Sociedad de las Naciones. Con la mediación del Duce, ante la eventualidad de una posible guerra entre Gran Bretaña y Francia contra Alemania, se realiza la Conferencia de Múnich: se legitiman las políticas expansionistas nazis en Checoslovaquia.

 

El 19 de enero de 1939 la cámara de diputados es suprimida y sustituida por la Camera dei Fasci e delle Corporazioni.

 

En abril, Mussolini ordenó la ocupación y anexión de Albania; Italia ya gozaba de una forma no oficial de protectorado.

 

Las leyes raciales []

 

A partir de 1938 el régimen fascista promulgó una serie de decretos conocida como leyes raciales, que introducían medidas discriminatorias y persecutorias en relación con los judíos italianos.

 

Entre los diversos documentos y medidas legales que constituyen el corpus de tales leyes figura el Manifiesto de la raza, o más exactamente el Manifiesto de los científicos racistas, publicado por primera vez en forma anónima en el Giornale d'Italia el 15 de julio de 1938 con el título Il Fascismo e i problemi della razza (traducción: 'El fascismo y los problemas de la raza'), y vuelto a publicar en el primer ejemplar de La difesa della razza (traducción: 'La defensa de la raza') el 5 de agosto de ese mismo año.

 

Al real decreto ley del 5 de septiembre de 1938 —que fijaba «Medidas para la defensa de la raza en la escuela fascista»— y el del 7 de septiembre —que fijaba «Medidas en relación con los hebreos extranjeros»— siguió una declaración sobre la raza emitida por el Gran Consejo del Fascismo; tal declaración fue adoptada luego por el Estado siempre con un real decreto ley del 17 de noviembre. La población judía en Italia era muy reducida en comparación a la existente en Alemania, Francia, o en Europa Oriental, pero ello no impidió las teorizaciones racistas imitando el estilo nazi, llegando la prensa fascista al extremo de sostener la existencia de una raza italiana; pese a la discriminación oficial unos pocos judíos lograron "arianizarse" ante las autoridades fascistas, pues mediante vacíos legales pudieron evadir la discriminación algunos judíos veteranos de la Primera Guerra Mundial, veteranos de Etiopía, los que fueron antiguos fascistas, etc.

 

Entre 1943 y 1945, el gobierno de la República Social Italiana se hizo cómplice en la deportación a los campos de concentración nazis de numerosos judíos que aún vivían en la Italia ocupada los alemanes. En territorio italiano, en la Risiera di San Sabba, cerca de Trieste, surgió un campo de recolección para el transporte de los judíos italianos a los campos de concentración alemanes. En aquel campo se asesinó también a algunas personas y se instaló un horno crematorio.

 

Papel en la Segunda Guerra Mundial []

 

De la «no beligerancia» a la «guerra paralela» []

 

Benito Mussolini estrechando lazos de amistad con Adolf Hitler al formar una alianza para el conflicto.

 

El 22 de mayo de 1939 Galeazzo Ciano, ministro del exterior italiano, firma el Pacto de Acero con Alemania, que muestra oficialmente el nacimiento de una alianza vinculante ítalo-alemana.

 

Cuando la Segunda Guerra Mundial se acercaba, Mussolini anunció su intención de anexionar Malta, Córcega y Túnez. Habló de la creación de un «Nuevo Imperio Romano», que se extendiera desde el este de Palestina hasta el sur a través de Libia y Egipto y hasta Kenia.

 

El 30 de mayo, Mussolini encarga al general Ugo Cavallero que envíe a Hitler un escrito, en el que afirma que la guerra es inevitable pero que Italia no estará lista para afrontarla antes de tres años. Los italianos no entienden la gravedad de la situación hasta que, en la Conferencia de Salzburgo de agosto de 1939 los alemanes afirman su decisión de resolver sus diferencias con Polonia mediante las armas. Los alemanes afirman que será un conflicto restringido mientras que los italianos están convencidos de que desencadenará una guerra mundial. Proponen resolver la discordia en una conferencia internacional similar a la de Múnich del año anterior, a lo que los alemanes se niegan. Durante el resto de agosto Mussolini reitera la incapacidad de su país para entrar en guerra y su deseo de permanecer neutral si esta estalla.

 

No obstante los mensajes tranquilizadores del alto mando alemán, el ejército nazi invade Polonia el 1 de septiembre, determinando así el inicio del conflicto. Mussolini declara la «no beligerancia», gracias a la cual Italia se mantendrá momentáneamente fuera de la guerra.

 

Los objetivos políticos de Mussolini (la desaparición de la flota británica del Mediterráneo, la extensión de la influencia italiana en los Balcanes, la recuperación de Niza y Córcega de Francia y la adquisición de Túnez y la Somalia francesa) no requerían de la guerra para su consecución y se podían lograr más sencillamente mediante un acuerdo internacional parecido a la Conferencia de Stresa de 1935. Su objetivo era un equilibrio político en Europa en el que Italia desempeñase el papel central.24 Una guerra total no favorecía estos objetivos y el país no estaba preparado ni militar ni económicamente para ella.24 Cualquier resultado era, además, perjudicial para el régimen italiano: una victoria alemana lo convertiría en un estado títere de Hitler mientras que la aliada acabaría con el sistema fascista.

 

El mismo estallido de la guerra había perjudicado ya la situación italiana: el abastecimiento crucial de carbón alemán, que se realizaba fundamentalmente por barco desde el puerto holandés de Róterdam se resentía del bloqueo británico.

 

El 10 de marzo de 1940 Mussolini acoge en Roma al ministro del exterior alemán Joachim von Ribbentrop, y siete días después a Hitler en el Brennero, recibiendo de ambos fuertes presiones para entrar en guerra al lado de Alemania. El 16, 22, 24 y 26 de abril recibe otros mensajes de Churchill, Paul Reynaud, Pío XII y Roosevelt que le piden que se mantenga neutral. Mussolini duda entre ambos frentes de presión, esperando ver hacía donde se carga la balanza por el poder de las armas.

 

Ante los extraordinarios e inesperados éxitos de los nazis entre abril y mayo de 1940, Mussolini considera que la guerra está ya decidida a favor de la Alemania Nazi y el 10 de junio declaró la guerra a Francia e Inglaterra. Sus objetivos siguen inmutables pero cree que ha llegado el momento de cambiar de táctica: piensa que la intervención italiana debilitará definitivamente a los británicos en el Mediterráneo haciéndoles solicitar la paz y, a la vez, su beligerancia atemperará las exigencias alemanas, logrando así el ansiado equilibrio. Su decisión es personal y no cuenta con la aprobación de los círculos de poder en Italia, que la consideran equivocada.

 

En el frente con Francia, las tropas italianas tomaron inicialmente una actitud defensiva, sea por falta de una artillería adecuada, sea por renuencia a atacar a sus vecinos.

 

Por ello, los primeros en tomar la iniciativa fueron los aliados: aviones británicos que partían de aeropuertos franceses, bombardearon Turín la noche entre el 11 y el 12 de junio. A esta agresión, los italianos responden bombardeando las bases militares de Hyères y Tolón. El 14 la zona industrial de Génova fue bombadeada. El ejército italiano recibió orden de pasar a la ofensiva, programada para el 18 del mismo mes. En esta breve campaña, el ejército italiano tuvo 1247 bajas (muertos o desaparecidos), mientras que el ejército francés apenas tuvo algo más de 200 víctimas mortales.

 

El 22 de junio Francia firma el armisticio con Alemania. El 18, Mussolini participa en un encuentro en Múnich, Baviera con Hitler para discutir la inesperada rendición: las condiciones de paz solicitadas por el Duce fueron atendidas solo parcialmente, ya que Hitler temía debilitar al nuevo gobierno del mariscal Pétain.24 La esperanza de que Gran Bretaña solicite la paz tampoco se cumple.

 

El 24 de junio, Francia firma el armisticio con Italia, reconociendo, además de la ocupación de algunas zonas, la concesión de una parte de territorio francés del límite y la desmilitarización de una franja de 50 millas a lo largo del confín ítalo-galo y líbico-tunecino.

 

Ante la noticia de un inminente desembarco en Inglaterra de los alemanes, Italo Balbo, gobernador de Libia, recibió orden de avanzar a Egipto, en ese tiempo protectorado inglés. Pero el 28, mientras sobrevolaba Tobruk que era bombardeada por los ingleses, el avión donde iba fue abatido por las baterías antiaéreas italianas.

 

El 3 de agosto de 1940, Mussolini ordenó a sus fuerzas destacadas en el este de África que atacaran al ejército británico en el Sudán, Kenia, y la Somalilandia Británica. Después de algunos éxitos iniciales, que permitieron a los italianos hacerse con la Somalilandia Británica y avanzar un poco en el Sudán y Kenia, detuvieron la marcha y comenzaron a fortificar sus posiciones. El 13 de septiembre de 1940, las fuerzas italianas en Libia atacaron a las británicas en Egipto. Tras los tres primeros días de éxito, los italianos tuvieron que detener su avance en Egipto a la espera de suministros. Esto permitió que sus adversarios se recuperasen.

 

Las iniciales victorias parciales se mostraron efímeras, ya que la guerra se prolongaba más allá de lo previsto, revelando así la falta de preparación, la desorganización y las deficiencias del ejército italiano. En África, desde diciembre de 1940 los ingleses comenzaron una vigorosa contraofensiva que les llevará a conquistar toda el África Oriental italiana para junio de 1941. Las últimas tropas italianas se rendirán en Gondar para el 21 de noviembre. La superioridad numérica y tecnológica de los ingleses y la progresiva pérdida de la iniciativa de la marina italiana condujeron a la derrota italiana.

 

Tras ellos, los encuentros entre las dos marinas enemigas se limitaron, por parte italiana, a la guerra submarina, a la protección de las rutas de aprovisionamiento entre Sicilia y Libia, a esporádicos intentos de interceptar algún convoy inglés entre Gibraltar y Alejandría y a operaciones temerarias realizadas por comandos. El control del Mediterráneo se encuentra en manos británicas.

 

El 27 de septiembre de 1940, Italia, Alemania y Japón se unen en el Pacto Tripartito, al que se adherirán –durante la guerra– Hungría, Rumania, Eslovaquia, Bulgaria y Yugoslavia.

 

El 19 de octubre Mussolini envía una carta a Hitler en la que le comunica su intención de atacar Grecia. La respuesta no se hace esperar buscando disuadir al Duce pero este responde diciendo que ya habían iniciado los ataques.

 

El 25 de octubre de 1940, Mussolini envió un contingente expedicionario de la Regia Aeronautica a Bélgica, con el fin de tomar parte en la Batalla de Inglaterra. La flota mixta italiana de cazas y bombarderos tuvo un éxito limitado, por lo cual fue retirada a principios de 1941.

 

La invasión de Grecia terminó en desastre: el invierno y el territorio montañoso obstaculizaron cualquier intento de avance, ya que el equipo militar italiano era completamente inadecuado. El ejército griego –reforzado por más de 70,000 militares ingleses– se mostró más aguerrido y organizado de lo previsto, siendo determinante el apoyo aéreo y marítimo inglés. Así, el ejército italiano tuvo que replegarse a territorio albanés y desde ahí detener la contraofensiva griega. La previsión italiana era la de una campaña corta y una rápida capitulación griega, pues el ejército no estaba preparado para una guerra larga. La inesperada resistencia griega estuvo a punto de hacerle perder el control de Albania y supuso la humillación de Mussolini ante Hitler, al que llegó a solicitar ayuda para estabilizar el frente.

 

En enero de 1941 Hitler prometió a Mussolini el envío de tropas alemanas sea en apoyo de la guerra contra Grecia sea también en África del Norte. Este hecho marca el fin de la guerra paralela y la progresiva dependencia de Alemania por parte del ejército italiano.

 

Tras sofocar un golpe de estado organizado por los ingleses en Yugoslavia, el ejército italiano reinició la campaña de Grecia. El 21 de abril, Grecia se rinde ante Alemania. Tras protesta de Mussolini, Hitler mandó repetir el acto de rendición y la firma del armisticio ante autoridades italianas (el 23 del mismo mes).

 

El 12 de diciembre, Italia declara la guerra a los Estados Unidos.

 

La inversión de tendencia en la guerra []

 

A partir del 15 de febrero de 1942 numerosos refuerzos italianos llegan a Rusia para apoyar el avance alemán. Participan activamente en la campaña de Stalingrado pero dejando ver los problemas de equipo que sufren durante toda la guerra.

 

Durante el año se produce el desastre en África del Norte a pesar de las victorias acumuladas anteriormente por Rommel.

 

En noviembre y diciembre de 1942, Mussolini, abatido y deprimido, se deja sustituir por Galeazzo Ciano en dos coloquios con Hitler. El 2 de diciembre, tras 18 meses de silencio y consciente de los problemas, habla nuevamente al pueblo italiano desde el Palacio Venezia.

 

El 7 de abril de 1943, se encuentra con Hitler en Klessheim y propone un armisticio con los rusos para poder concentrar todas sus fuerzas en otros frentes. El líder alemán rechaza la propuesta.

 

El 9 de julio los anglo-americanos desembarcan en Sicilia y conquistan toda la isla el 17 de agosto.

 

El 16 de julio, un grupo de jerarcas guiado por Dino Grandi solicita la reunión del Gran Consejo del Fascismo, que no había sido convocado desde 1939.

 

El arresto []

 

Mussolini es rescatado por comandos de paracaidistas por órdenes de Hitler.

 

El 19 de julio el Duce mantiene una última conversación con Hitler en Feltre. Durante el encuentro, Roma fue bombardeada por los aliados.

 

El 24 de julio se reúne el Gran Consejo del Fascismo. Se solicita la desautorización de Mussolini de todos sus encargos de gobierno. La votación, aunque significativa, no tenía de iure ningún valor, ya que por ley, el primer ministro era responsable de sus actos sólo ante el rey, quien era el único que podía destituirlo.

 

Mussolini, tras pasar a su oficina en el Palacio Venezia como hacía normalmente, solicitó al rey si podía anticipar su conversación semanal que estaba prevista para el día siguiente. Víctor Manuel III lo recibe a las 5 de la tarde y le comunica su sustitución por Pietro Badoglio y le garantiza su inmunidad. Sin embargo, el Duce no sabía de las intenciones del monarca que le había puesto escolta y había hecho rodear el edificio de gobierno por 200 carabineros.

 

Los carabineros condujeron a Mussolini en un coche ambulancia de la Cruz Roja, sin especificarle el destino y asegurándole que lo hacían por su propia seguridad. En realidad, Víctor Manuel III había mandado arrestar a Mussolini, con el fin de salvar su propia dinastía, que peligraba al estar demasiado comprometida con el fascismo.

 

El anuncio de un armisticio con los aliados, firmado el 8 de septiembre sumerge al país en una guerra civil. El rey y su familia, Badoglio y sus principales colaboradores huyen a Apulia poniéndose bajo la protección de los aliados. Forman gobierno y declara la guerra a Alemania el 13 de octubre. Mientras tanto las fuerzas de la Wehrmacht entran masivamente en Italia y contactan con las divisiones alemanas ya estacionadas allí, juntas toman el control de las principales ciudades en pocos días y desarman a las tropas italianas, hallando poca resistencia.

 

Mussolini fue trasladado a la isla La Maddalena frente al litoral toscano y luego al hotel Campo Imperatore en los Apeninos del Gran Sasso. El 12 de septiembre es liberado por un comando alemán de paracaidistas al mando del oficial de las SS Otto Skorzeny y trasladado a Alemania, donde se encontraba Hitler. Este lo invita a formar una república fascista en las zonas de Italia aún ocupadas por los alemanes y con el apoyo militar de la Wehrmacht. El 18 de septiembre, Mussolini anuncia por radio la reconstitución del partido fascista, con la nueva denominación de Partido Fascista Republicano.

 

"Todo fue vertiginoso. Entre la llegada del primer planeador y la entrada en la habitación, no habrían pasado ni cuatro minutos".

 

Mussolini, sobre su liberación por Skorzeny en 1943.

 

Vuelve a Italia el 23 de septiembre y "constituye" un nuevo gobierno cuyos integrantes ya habían sido designados por los alemanes, que recién se reúne por primera vez el 27 de septiembre en

 

Rocca delle Carminate.

 

La República Social Italiana []

 

 

En realidad la nueva «república» era un gobierno títere del Tercer Reich, siendo que el poder real de Mussolini era muy escaso frente a las autoridades militares alemanas. Inicialmente Mussolini pretende volver a dirigir el gobierno desde Roma pero los alemanes lo impiden y el 27 de septiembre el gobierno se instala en la localidad alpina de Saló, cercana al Lago Garda de ahí se le conoció con el nombre de República de Salò.

 

El 14 de noviembre se celebró en Verona la primera asamblea nacional del partido fascista republicano. Se redactó el Manifiesto de Verona con el programa de gobierno que pretendía la Socialización fascista y una serie de medidas socialistas de imposible aplicación real. Mussolini anuncia que al final de la guerra se convocaría una asamblea constitucional para la redacción de una constitución de la república.

 

Entre el 8 y el 10 de enero de 1944 se llevó a cabo el llamado Proceso de Verona, en el cual fueron juzgados por traición los jerarcas que se habían opuesto a Mussolini. Entre estos fue condenado a muerte el yerno del Duce, Galeazzo Ciano.

 

El 21 de abril, el Duce se encuentra con Hitler en Klessheim y el 15 de julio se traslada a Alemania para pasar revista a las cuatro divisiones italianas que los oficiales de la Wehrmacht han estado entrenando. El 20 de julio se encuentra con Hitler por última vez, poco después del Atentado del 20 de julio de 1944 que sufriera éste.

 

Mussolini se trasladó nuevamente a Saló, donde vivía protegido permanentemente por unos guardias de la SS, y con poco contacto con otros jerarcas. No obstante logró acudir a Milán, en donde el 16 de diciembre de 1944, en un acto celebrado en el Teatro Lírico, pronunció su último discurso público, a veces mencionado como "discurso de la rebelión". [1]. Al hacerse evidente la derrota alemana en marzo de 1945, Mussolini intentó un acuerdo con los partisanos o con los Aliados para una capitulación condicionada, pero fracasó en sus esfuerzos; cuando el 25 de abril de 1945 estalló una revuelta partisana generalizada, combinada con una ofensiva general de los Aliados, Mussolini salió de Milán y se dirigió a la localidad de Como, Menaggio en un intento de escapar a Suiza disfrazado de soldado en un convoy alemán.

 

El convoy fue detenido cerca de la localidad de Dongo el 27 de abril por un grupo de partisanos de la Brigada Garibaldi, de ideología comunista. Los soldados alemanes estaban mejor armados que los partisanos pero éstos dominaban por completo los pasos montañosos, al controlar las alturas. Ante ello, ambos grupos decidieron evitar la lucha en los últimos días de la guerra y los partisanos permitieron la retirada de los alemanes pero a cambio que todos los italianos del convoy se quedaran en Italia. Así, estos partisanos reconocieron a Mussolini entre los soldados alemanes y lo arrestaron de inmediato.

 

La muerte de Mussolini []

 

Los cuerpos de Mussolini y Clara Petacci

 

 

Los cuerpos de Mussolini y Clara Petacci en la morgue de Milán.

 

La decisión de ajusticiar a Mussolini fue tomada en el transcurso de pocas horas, en un contexto en el que era muy difícil para los partisanos comunicarse con Roma y reunir de inmediato al Comité de Liberación Nacional (CLN). Los partisanos que habían conducido la operación de captura sólo alcanzaron a informar al comando de Milán, que envió inmediatamente a un grupo de partisanos y algunos emisarios políticos como Aldo Lampredi, Pietro Vergani y el militante comunista Walter Audisio, conocido como "Coronel Valerio", este último venía con las instrucciones de dar una muerte violenta a Mussolini.

 

Según versiones posteriores que se hicieron oficiales, se autorizó a Clara Petacci el reunirse con Mussolini en Dongo. Fueron despertados, llevados en un vehículo por unas curvas sinuosas cerca del Lago Como y bajados a las puertas de una villa campestre en Giulino di Mezzegra. Una vez bajados de los vehículos, Audisio leyó una breve sentencia en nombre del pueblo italiano y a continuación levantó su ametralladora para dar muerte a Mussolini. Audisio ordenó, "Agachate!"; Clara Petacci abrazo a Mussolini e intentó interponerse. Disparos fueron realizados y Pettaci cayó muerta. Justo después Mussolini abrió su chaqueta y gritó "¡Disparame en el pecho!". Audisio le disparó en el pecho. Mussolini cayó pero no murió y estaba respirando con dificultad, Audisio se acercó y lo ultimó con un certero balazo en el corazón.

 

La ejecución se realizó el 28 de abril de 1945; según la versión oficial, Mussolini fue fusilado, junto a Clara Petacci, en Giulino di Mezzegra, cerca de Dongo. El método casi secreto y expeditivo de la ejecución fue decidido por la presunta intención de los Aliados de capturar vivo a Mussolini y procesarlo ante un tribunal internacional (con la posibilidad que fuese condenado a una pena menor o absuelto), mientras muchos partisanos exigían por el contrario que se aplicase pena de muerte al Duce tal como había sido decretada por el CLN italiano.

 

Los cadáveres fueron trasladados en la tarde del mismo 28 de abril en un camión a Milán, en el trayecto no se permitió a nadie acercarse a los cuerpos y éstos fueron dejados el día 29 en la Plaza Loreto de esa ciudad. Allí fueron sometidos a toda clase de ultrajes por la muchedumbre. El servicio de policía compuesto por partisanos y bomberos, colgó luego los cadáveres cabeza abajo en una gasolinera de la plaza.31 Esto se hizo para confirmar públicamente su muerte, y como gesto de humillación y venganza partisana, ya que en ese mismo lugar se habían colgado meses atrás los cadáveres de 15 partisanos antifascistas. El cadáver de Mussolini fue desfigurado a golpes a tal extremo que su rostro resultó casi irreconocible, algo menos ocurrió con Petacci. Aún muertos fueron objeto de crueles burlas e incluso fueron colocados uno al lado del otro para ser fotografiados en la morgue. Horas más tarde los líderes locales del CLN decidieron cesar la exhibición y retirar los cuerpos, éstos fueron colocados en cajones de madera con paja en su interior y retirados para sepultarse en tumbas anónimas.

 

Poco después del final de la guerra, los restos de Mussolini fueron robados del cementerio de Musocco por obra de un grupo de neo-fascistas autodenominados «SAM-Squadre d'Azione Mussolini» y capitaneados por Domenico Leccisi.32 El cuerpo de Mussolini estuvo desaparecido varios meses. Después de la restitución a la familia, su cadáver fue trasladado a la capilla de Predappio.

 

El mismo 29 de abril Adolf Hitler se enteró detalladamente de lo ocurrido con Mussolini y su amante. Se encargó de hacer arreglos para que no sucediera lo mismo con su cuerpo después de fallecer. En consecuencia, mandó que su cadáver y el de Eva Braun fuesen posteriormente quemados.

 

 

Fuente buscabiografias. Nació el 29 de julio de 1883 en Dovia di Predappio (Italia). Hijo de un herrero anarquista revolucionario llamado Alessandro Mussolini, y de Rosa Maltoni, una maestra de escuela. Aunque se convertiría en uno de los grandes oradores del siglo XX, empezó muy tarde a hablar, por lo que sus padres llegaron a pensar que fuera mudo. Niño conflictivo que constantemente se metía en problemas con los demás compañeros, a los once años fue expulsado del internado donde estudiaba por cortar con una navaja a un compañero de curso.

 

Ejerció como docente en las escuelas medias de Gualtieri hasta que escapa a Suiza huyendo del servicio militar. Allí trabajó como obrero, aprendió alemán e inglés y se integró en un sindicato de militantes socialistas hasta que fue arrestado y expulsado del país. En Italia se decretó una amnistía contra los desertores y aunque le evitó la condena, finalmente realizó el servicio militar en Verona. En 1910 se casó con Rachele Guidi y fruto de esta unión nacieron cinco hijos. Fue arrestado y encarcelado por su oposición a la guerra entre Italia y Libia (1911-1912). Algún tiempo después fue director del periódico oficial del Partido Socialista, Avanti!. En 1914 estalló la I Guerra Mundial y en un primer momento denunció el carácter imperialista del conflicto desde una posición neutralista, pero pronto cambió de opinión y reclamó la intervención de Italia en apoyo de los aliados.

 

Fue expulsado del Partido Socialista y en octubre de 1914 creó su propio diario en Milán, Il Popolo d'Italia. En marzo de 1919, fundó en Milán los Fascios Italianos de Combate, movimiento de carácter nacionalista, antiliberal y antisocialista. Tomó su nombre de las fasces, un antiguo símbolo de la disciplina romana. Llegó por todas las zonas rurales, donde sus milicias de Camisas negras conseguían el respaldo de los terratenientes mientras atacaban a las ligas de campesinos y a las asociaciones socialistas. El fascismo dejó su talante republicano para ganarse la confianza del Ejército y de la monarquía. Un día después de que los fascistas llevaran a cabo la 'marcha sobre Roma', el rey Víctor Manuel III invitó a Mussolini a formar gobierno.

 

En 1926 ya había cambiado el país a un régimen unipartidista y totalitario basado en el poder del Gran Consejo Fascista, órgano de nueva creación, y respaldado por las milicias de seguridad nacional. Tras la eliminación del Parlamento, fundó la Cámara de los Fascios y de las Corporaciones con un mero carácter consultivo. Dentro del nuevo 'Estado corporativo', los empresarios y los trabajadores se organizaban en grupos controlados por el partido que representaban a los distintos sectores de la economía. Se mantuvo el sistema capitalista y se incrementaron los servicios sociales, pero se abolieron los sindicatos independientes y el derecho a la huelga.

 

En 1929 se firmaron los Pactos de Letrán con el Vaticano, que acabaron con el conflicto que había enfrentado a la Iglesia y el Estado italiano desde 1870. En política exterior, contravino las recomendaciones de la Sociedad de Naciones e inició la conquista de Etiopía (Abisinia, 1935-1936), haciéndose de esta manera con la aclamación de casi todos los sectores de la sociedad italiana. Su popularidad se vio reducida cuando envió tropas para apoyar al general Francisco Franco durante la Guerra Civil española (1936-1939), por la alianza con la Alemania gobernada por el nacionalsocialismo (partido nazi) mediante la formación del Eje Roma-Berlín (1936), que culminó con el denominado Pacto de Acero entre ambos estados (1939), por la promulgación de leyes contra los judíos y la invasión de Albania (1939).

 

Al estallar la II Guerra Mundial, decidió mantenerse al margen pero cambió cuando los alemanes invadieron Francia en junio de 1940. Italia luchó contra los británicos en África, invadió Grecia y se unió a los alemanes en el reparto de Yugoslavia, la invasión de la Unión Soviética y la declaración de guerra a Estados Unidos. Tras las múltiples derrotas, el Gran Consejo Fascista destituyó a Mussolini el 25 de julio de 1943, le detuvo al día siguiente y firmó en el mes de septiembre un armisticio con los aliados, que habían invadido el sur de Italia.

 

A pesar de todo, los alemanes lo rescataron en septiembre de ese mismo año y proclamó la República Social Italiana, fugaz régimen radicado en Salò y que sólo subsistió por la protección alemana. Intentó escapar a Suiza con su amante, Clara Petacci, durante los últimos días de la guerra, pero fueron capturados y fusilados por miembros de la Resistencia italiana, el 28 de abril de 1945, siendo sus cuerpos expuestos públicamente en las calles de Milán.

 

 

Cargos

 

Duce de la República Social Italiana

 23 de septiembre de 1943 – 25 de abril de 1945

 

40.° Presidente del Consejo de Ministros de Italia

 31 de octubre de 1922 – 25 de julio de 1943

 

Primer mariscal del Imperio

 30 de marzo de 1938 – 25 de julio de 1943

 

Líder del Partido Nacional Fascista

 8 de noviembre de 19211 – 27 de julio de 1943

 

Líder del Partido Fascista Republicano

 23 de septiembre de 1943 – 25 de abril de 1945

 

 

Fuente biografiasyvidas. (Predappio, Italia, 1883-Mezzegra, id., 1945) Político italiano. Hijo de una familia humilde, su padre era herrero y su madre maestra de escuela. Cursó estudios de magisterio, a cuyo término fue profesor durante períodos nunca demasiado largos, pues combinaba la actividad docente con continuos viajes. Pronto tuvo problemas con las autoridades, y fue expulsado de Suiza y Austria, donde había iniciado contactos con sectores próximos al movimiento irredentista.

 

 

 Mussolini

 

En su primera afiliación política, sin embargo, se acercó al Partido Socialista, atraído por su ala más radical. Del socialismo, más que sus postulados sociales y reformadores, le sedujo su vertiente revolucionaria. En 1910 fue nombrado secretario de la federación provincial de Forli y poco después se convirtió en editor del semanario La Lotta di Classe (La lucha de clases).

 

La victoria del ala radical en el congreso de Reggio nell’Emilia, celebrado en 1912, le proporcionó mayor protagonismo en el seno de la formación política, que aprovechó para hacerse cargo del periódico milanés Avanti, órgano oficial del partido. Aun así, sus opiniones acerca de los enfrentamientos armados de la «semana roja» de 1914 motivaron cierta inquietud entre sus compañeros de filas, atemorizados por su radicalismo. La división entre Mussolini y el partido se acrecentó con la proclama de neutralidad del primero tras la entrada de Italia en la Primera Guerra Mundial en agosto de 1914. En noviembre del mismo año fundó el periódico Il Popolo d’Italia, de tendencia ultranacionalista, lo que le valió la expulsión del Partido Socialista.

 

Posteriormente, quiso capitalizar el sentimiento de insatisfacción que se apoderó de la sociedad italiana tras el fin de la contienda haciendo un llamamiento a la lucha contra los partidos de izquierdas, a los que señaló como culpables del descalabro, y para ello creó los fasci di combattimento, grupos armados de agitación que constituyeron el germen inicial del partido fascista. Consiguió ganarse el favor de los grandes propietarios y salir elegido diputado en las elecciones de mayo de 1921.

 

La impotencia del gobierno para hacer frente a la situación en que se encontraba el país y la disolución del Parlamento allanaron el camino para la denominada marcha sobre Roma, acontecida el 22 de octubre de 1922. Su entrada triunfal en la capital italiana, en la cual no encontró ninguna oposición, pues contó con el beneplácito del ejército y del gobierno, motivó su nombramiento de primer ministro por parte del rey Víctor Manuel III.

 

Gradualmente, aunque con mayor ímpetu tras el asesinato del diputado socialista Giacomo Matteotti en 1924, se erigió como único poder, aniquiló cualquier forma de oposición y acabó por transformar su gobierno en un régimen dictatorial. Apoyado por un amplio sector de la población y con la baza a su favor de un eficaz sistema propagandístico, realizó fuertes inversiones en infraestructuras y recuperó viejos proyectos expansionistas, como la conquista de Etiopía (1935) y la anexión de Albania (1939).

 

 

 Mussolini y Hitler

 

Tras la llegada al poder de Hitler en Alemania, fue acercándose al nazismo, y tras las primeras victorias alemanas en la Segunda Guerra Mundial, que juzgó definitivas, declaró la guerra a los aliados. Sin embargo, el fracaso del ejército italiano en Grecia, Libia y África oriental, así como el avance de las tropas aliadas, motivaron su encarcelamiento por orden de Víctor Manuel III, quien impulsó un golpe de Estado y decretó el fin del fascismo (julio de 1943).

 

Liberado por paracaidistas alemanes (12 de septiembre de 1943), creó una república fascista en el norte de Italia (República de Salò) pero el avance aliado le obligó a emprender la huida hacia Suiza. Intentó cruzar la frontera disfrazado de oficial alemán, pero fue descubierto en Dongo por miembros de la Resistencia (27 de abril de 1945), y al día siguiente fue fusilado con su compañera Clara Petacci.