Continuará la semana próxima el juicio por el transporte de casi 1.000
Droga

Continuará la semana próxima el juicio por el transporte de casi 1.000 kilos de droga

 

 

19/06/2014 Fuente elonce. El Tribunal Oral Federal de Paraná juzga a siete personas por el transporte de 1.000 kilos de marihuana en un sobrepiso de un camión Acusado apuntó al chofer de camión cargado con droga y menores imputados denunciaron apremios ilegales.

 

El juicio contra siete personas que serían como integrantes de una banda dedicada al tráfico de marihuana con fines de comercialización dio un giro a partir de que uno de los imputados cargó directamente contra el camión en el que fue hallada la droga, el 30 de agosto de 2012, en el puesto caminero de Rosario del Tala.

 

Policías que realizaban un operativo de control vehicular y documentológico interceptaron un camión grúa de auxilio en el puesto caminero de Rosario del Tala. Al revisar el vehículo constataron una serie de infracciones: cubiertas lisas, falta de inscripción de tara y carga máxima, falta de habilitación de transporte e incumplimiento de normas de transferencia, y por eso le aplicaron una multa de $3.269,10. El dinero fue aportado por tres personas que se acercaron en un automóvil Peugeot 206, luego de ser contactadas por el chofer del camión. Pero luego los policías detectaron un sobrepiso en la rampa que se utiliza para subir los vehículos, donde se ocultaban 984 ladrillos de marihuana, con un peso total de 998,25 kilos, e inmediatamente ordenaron la búsqueda del vehículo, que fue detenido en el puesto caminero de Victoria.

 

Leandro Félix López, que conducía el vehículo de apoyo y aportó el dinero para pagar la multa, echó culpas sobre Maximiliano Pablo Punzano, el conductor del camión grúa en el que estaba la droga. Dijo que lo había conocido una semana antes en el santuario del Gauchito Gil, en la localidad correntina de Mercedes, que compartieron algunas salidas nocturnas y que cuando estaba en viaje recibió un llamado de Punzano pidiéndole dinero prestado para pagar la multa.

 

“Yo estaba haciendo una changa en Mercedes, en la casa de mi tío; Punzano me contó que él también estaba haciendo una changa, pero no ahí”, dijo López en un momento de su extensa declaración ante el tribunal, abriendo un manto de duda sobre el chofer.

 

“Nosotros habíamos salido como a las 4.30 de la madrugada”, explicó López. En el Peugeot 206 que conducía lo acompañaba Lucas Ramón Sánchez y los menores Miguel S. y Daniel L. –no son sus nombre verdaderos–. “A eso de las 9.30 me entró un llamado de Punzano diciendo que tenía una banda de infracciones, que tenía mil y pico de pesos y necesitaba como 3.000. Me dijo que había llamado a su jefe, pero que no lo atendía. Yo le ofrecí llevarlo en el auto, pero me dijo que tenía que llegar con la carga”, agregó cargando más sospechas contra el conductor del camión.

 

López, como sus parientes imputados y otros que declararon como testigos, dijo que había viajado desde la localidad bonaerense de Moreno hasta la provincia de Corrientes para festejar el cumpleaños de una prima y hasta hizo una detallada cronología de cada paso que dio en Mercedes.

 

Antes, Punzano había evitado referirse a su relación con los otros imputados. Se presentó como “un hombre de trabajo”, se reconoció como “jugador” y admitió que había conocido en esos días Leandro López.

 

En su declaración ante el tribunal, contó que una mujer le ofreció un negocio que consistía en buscar un camión grúa en la provincia de Misiones y llevarlo a Buenos Aires, por lo cual le pagarían $3.000 y viáticos. “Me hacía falta la plata… mis padres son jubilados, yo ganaba muy poquito vendiendo rifas… y dije que sí”, contó.

 

Punzano afirmó que una vez en Misiones, un hombre lo esperó en una estación de servicio, le entregó las llaves y la grúa con el tanque lleno de combustible y viajó. “Cuando llegué a Rosario del Tala, me pararon, me pidieron la documentación y apareció la droga”, señaló el chofer del camión.

 

En la tercera audiencia también declararon policías que realizaban los procedimientos de control vehicular y documentológico en Rosario del Tala, donde fue interceptado el camión cargado con la droga, y en Victoria, donde detuvieron a los cuatro jóvenes que viajaban en el Peugeot 206.

 

Uno de ellos, Mario Andino, aportó otro dato comprometedor para todos los imputados al revelar que Punzano, en su nerviosismo y apuro por irse del lugar, le dijo que “los del auto eran parientes de su jefe y que venían de Nogoyá”.

 

Otro policía, Ramón Morales, explicó que allende las irregularidades que presentaba el camión, hubo varios elementos que los hicieron sospechar y señaló que Punzano dio una versión “incongruente” sobre el motivo de su viaje –y distinta a la que aportó en su propia indagatoria–: dijo que había llevado un Volkswagen Bora a Feliciano, pero cuando le pidieron más datos, aportó una patente que pertenecía a un Ford Ka.

 

“A simple vista, el camión no cumplía la función de auxilio: el cable de acero del malacate estaba oxidado, la rampa era fija, el camión no tenía ningún teléfono de contacto”, enfatizó Morales. Inclusive, aclaró que por el estado en que estaban las cubiertas del camión, debían ser reemplazadas antes que se lo autorizara a continuar.

 

Camión camaleónico

El policía Ramón Morales dio pistas de que el caso que los imputados en esta causa integran la misma organización a la que pertenecería Víctor Hugo Juárez, detenido un mes después en un operativo de control de rutas en Feliciano con 1.019,74 kilos de marihuana en un camión acondicionado para transportar vidrios y condenado el mes pasado por el tribunal a 8 años de prisión. Morales señaló que el camión que conducía Punzano había sido interceptado otras dos veces en el mismo puesto caminero de Rosario del Tala por infracciones a la ley de tránsito. Las dos veces el conductor era Juárez, el camión estaba pintado de otro color y en una de las ocasiones el chofer recibió el auxilio de una camioneta que apareció, como en el caso de Punzano, desde el lado de Nogoyá y aportó el dinero para el pago de las infracciones. “Siempre se buscaba que el camión siguiera viaje”, dijo el policía.

 

Al momento de ser interceptado con la droga, el camión que conducía Punzano estaba a nombre de una mujer, Patricia Liliana Anaya, propietaria de la empresa Todo Camión SA, en Junín. La mujer llegó a estar imputada en la causa, pero fue sobreseída. En su descargo, la mujer explicó que había vendido el camión el 31 de diciembre de 2010 a una persona que se presentó como Mariano Matías Martignoni y que ni siquiera lo pagó.

 

Entonces, el camión era rojo, luego habría sido pintado de blanco –así lo dijeron policías que lo vieron pasar por el puesto caminero de Rosario del Tala– y al ser detenido Punzano era de color azul.

 

Apremios

 

Daniel L. y Miguel S., los dos menores que están siendo sometidos a juicio, denunciaron ayer ante el Tribunal Oral Federal de Paraná haber sido sometidos a apremios ilegales por parte de los policías de Victoria que los detuvieron en el puesto caminero ubicado entre Nogoyá y Victoria.

 

“En Victoria nos recagaron a palos. Nos agarraron de los pelos para bajarnos del auto, nos apuntaron y preguntaban: ‘¿Dónde está la merca, dónde está la merca?’. Nosotros veníamos de un cumpleaños”, dijo Daniel L. “Nos pusieron una bolsa en la cabeza y después nos tiraron gas pimienta”, agregó el adolescente. Casi calcado fue el testimonio de Miguel S, el otro menor, cuando le tocó declarar. Y en los mismos términos declaró también Lucas Ramón Sánchez, otro de los imputados.

 

Sin embargo, el fiscal José Ignacio Candioti salió al cruce de la acusación de los jóvenes al advertir que los hechos que denunciaban no habían sido constatados en los informes médicos ni en el acta de entrega de los menores a la delegación local del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf). Del mismo modo, la jueza Lilia Carnero les inquirió por qué no habían denunciado los apremios al momento de prestar declaración indagatoria ante el juez federal.