Hacia dónde va Brasil: las nuevas medidas fiscales de Dilma suman conf
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Hacia dónde va Brasil: las nuevas medidas fiscales de Dilma suman confusión

 

 

27/07/2015 Fuente cronista. La economía brasileña registraría este año una contracción de 1,5 por ciento combinada con una inflación del 9 por ciento, considerada altísima.

 

El pesimismo y la preocupación marcaron los análisis políticos en Brasil, en los que se calificó como “capitulación” la decisión del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff de esta semana de reducir la meta de superávit fiscal, aplicar un nuevo recorte de gastos y admitir la posibilidad de sufrir déficit en las cuentas públicas.

 

“Brasil está a la deriva en un mar tempestuoso. El lamentable desenlace del debate acerca de las cuentas públicas acentuó la sensación de que nadie controla el timón de este gigantesco transatlántico”, sostuvo el editorial del diario Folha de Sao Paulo, titulado “¿Hacia dónde vamos?.

 

El texto refiere al anuncio de reducir en forma drástica la meta de superávit fiscal, del 1,1 al 0,15 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI); aplicar una nueva reducción de gastos, que sumada a la anunciada hace seis meses alcanza un total de 24.400 millones de dólares; y de implementar un mecanismo que permite un déficit fiscal de hasta 5.396,3 millones de dólares en caso de no conseguir los ingresos extraordinarios esperados.

 

Al comunicar las resoluciones junto al titular de Planificación, Nelson Barbosa, el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, declaró que el objetivo es “disminuir la incertidumbre de la economía al anunciar una meta que consideramos alcanzable y segura”. No obstante, el resultado fue, según todo indica, exactamente el contrario. El jueves, en la primera sesión tras los anuncios, la Bolsa de Valores de San Pablo retrocedió 2,18 por ciento, el dólar subió 1,91 por ciento y economistas citados por medios locales expresaron su temor de que el anuncio oficial sea reflejo de una situación económica más grave de lo que se piensa.

 

La magnitud de la revisión (de la meta fiscal) y sobre todo el modo como se expuso es lo que huele a capitulación”, añadió Folha. También la analista política del diario O Estado de Sao Paulo, el otro gran diario paulista, Eliane Cantanhede, habló de una sensación de que el gobierno desistió en su intento por recomponer la economía. “Travesía por el desierto”, tituló su columna la prestigiosa analista, quien afirmó: “Al reducir el superávit y anunciar cortes en el ya recortado presupuesto, el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff simplemente tiró la toalla. Fue el reconocimiento cristalino de que Dilma, Levy y Barbosa no consiguen ajustar las cuentas, mucho menos frenar la crisis”.

 

También el columnista Celso Ming habla de “incertidumbres” al analizar el cuadro en el que se enmarcan los anuncios de gobierno. “Los ministros Levy y Barbosa intentaron vender que la revisión de las metas fiscales contribuirá a devolver la confianza hoy abatida. Sin embargo, son tantas las incertidumbres que todo parece más confuso y generador de más desconfianza”, sostuvo. Según el especialista, la reducción de la meta de superávit primario implica una “prolongación del proceso de ajuste de la economía”, lo cual “significa que la recuperación del crecimiento económico también debe ser postergada”. “Ni siquiera está claro si esta meta (fiscal), mucho menos ambiciosa (que la anterior), será cumplida”, acotó.

 

En tal sentido, cabe recordar que la nueva política fiscal debe ser aprobada por el Congreso, que ha sido reacio a aprobar las medidas de austeridad propuestas por Levy. En algunos casos, la aprobación de esas medidas fue falaz, puesto que aplicaron modificaciones al proyecto original que redujeron el ahorro previsto.

 

Los diagnósticos y pronósticos negativos expuestos por los analistas ya comienzan a hacerse sentir en el gigante emergente y podría tener efecto para Argentina. Según la última proyección oficial, Brasil registrará este año una contracción del 1,49 por ciento y una inflación de nueve por ciento.

 

“Lo que más se temía puede suceder: la reducción de la nota de riesgo de Brasil, posiblemente perdiendo el grado de inversión en al menos una de las agencias (de calificación) más importantes, la Standard & Poor’s”, advirtió hoy el analista económico Merval Pereira. Standard & Poor’s no sería la única agencia que evalúa rebajar la nota de Brasil, que hoy es BBB, lo que significa que el país es buen pagador y lo coloca dos niveles por encima de la nota mínima para para perder el grado de inversión.

 

Folha informó que también la agencia Fitch evalúa bajarle la nota a Brasil, alegando que se esperaba una reducción menor de la meta de superávit primario. La crisis económica se enmarca en un momento más que delicado para Rousseff. La presidenta, quien sólo cuenta con el 7,7 por ciento de respaldo popular, según un sondeo reciente, está bajo amenaza de ser objeto de un proceso de destitución, a raíz de irregularidades detectadas en las cuentas públicas del año pasado y en las finanzas de su comité de campaña.